Tim Burton y Michael Keaton se movieron en su salsa en esta curiosa comedia tenebrosa que solamente podía haberse rodado con esa atmósfera tan peculiar ochentera. La buena de Winona Ryder no tanto, hasta el punto de temer estar haciendo un film satánico. Pecados de juventud que resultan absueltos en la inclasificable "Bitelchús", un film que demuestra que una pareja encantadora (Alec Baldwin y Geena Davis) pueden sobreponerse a la mismísima muerte para seguir queriendo permanecer en su casa.

El personal director da un toque muy comiquero a su planteamiento, haciendo gala asimismo de unos efectos especiales novedosos para su tiempo, todo para mayor gloria de uno de sus fetiches (luego vendría Johny Depp) actorales, Michael Keaton. El personal intérprete crea un espíritu socarrón, carismático y con un punto de abandono de su higiene personal digno de resaltarse.

El experimento tuvo tanto éxito que incluso dio pie a una serie de dibujos animados bastante popular, mientras que, incluso hoy en día, se habla de una posible secuela que nunca parece materializarse.

Siempre quedará aquello de llamarle tres veces por su nombre...