La actriz Elizabeth Banks prueba como directora con esta irregular secuela, de la divertidísima Dando la nota de Jason Moore, que no consigue ni siquiera igualar a su antecesora. La directora quiere cantar bien y termina desentonando, y mucho, debido a un guión de Kay Cannon que no tiene ni pies ni cabeza, pero que resulta insólito cuando ofrece algún que otro gag brillante y un arranque prometedor. La película entre tanto canto y tanto número musical y entre tanto gag tonto no logra coger el tono y hace que la historia resulte típica y tópica. Temas como el alcance del éxito, la competitividad o la demostración de ser el mejor son arrastrados a lo superficial y convencional, pero descaradamente. La narración tan adornada de la directora produce inevitablemente algún que otro bostezo y demuestra que es peor directora que actriz.

Si no te gusta el cante, el baile y las fiestas universitarias, olvídate, Dando la nota - Aún más alto no es tu película. Por el contrario, si quieres pasar un rato entretenido y divertido puede que disfrutes pero no tanto como la primera, al menos yo.