Terrorífica, siniestra, lúgubre y maravillosa historia de amor gótico basada en un cuento popular ruso. La peculiaridad de Tim Burton consiste en crear personajes raquíticos y esqueléticos arropados con una ambientación oscura y tenebrosa. A todo ello hay que sumar un laborioso e impresionante trabajo de animación tradicional con la técnica del stop motion, misma técnica utilizada en ‘Pesadilla antes de navidad’.

El guión podría ser acusado de ser un tanto vulgar, con un joven a punto de casarse, el cual despertará el espíritu de una novia asesinada poco después de llegar al altar. Pronto se creará un fuerte contraste entre el grisáceo mundo de los vivos frente al colorista y alegre mundo de los muertos. Burton y su codirector Mike Johnson plasman vitalidad en cada momento de la película y sensibilidad para describir a los personajes. Una ágil narración es acompañada de unos números musicales perfectamente planificados, ambientados musicalmente con las canciones compuestas por Danny Elfman, compositor fetiche del director, que sin llegar a brillar demasiado, la música cumple a la perfección el crear atmósfera con algunos temas bellos y elegantes. Sin duda estamos ante una de esas películas que merecen ser visualizadas en versión original, para percibir el encanto de los temas musicales.

Lo mejor: su minuciosa técnica.

Lo peor: su horrorosa comparación con ‘Pesadilla antes de navidad’.