Había visto películas en las que una persona veía como su cuerpo de la noche a la mañana pasaba a ser el cuerpo de otra persona, pero jamás había visto una película en la que te encontrases a ti mismo con treinta años más, pero con la mentalidad de alguien mucho menor.
Este cambio (de niño a adulto) es una grandísima idea, porque siendo un cambio en cualquier otra faceta puede que el resultado no haya sido tan bueno como el conseguido de esta manera.
La película es muy entretenida, y aunque tiene un final bastante predecible, el caso es que por momentos te hace ver, que en el fondo, todos los adultos siguen siendo niños.