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Voto de Especialista Mike:
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Documental
Promises trata del viaje de Goldberg a través de las comunidades palestinas, los asentamientos en la Orilla Occidental y los conocidos barrios de Jerusalén. Allí conoce y pone en contacto a niños palestinos e israelíes de edades comprendidas entre los nueve y los trece años. Aclamado documental rodado en los años 1997, 1998 y 2000 durante un tiempo de relativa calma, después de la firma de los acuerdos de Oslo y antes de la última ... [+]
7 de julio de 2011
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Promesas”… El póster sugiere buen rollo: la inocencia de los niños es capaz de vencer un conflicto tan vetusto como el palestino-israelí.
Pero “Promesas” está lejos de ser un documental ingenuo. Más bien, que presente la perspectiva infantil del conflicto le da mayor honestidad. Honestidad asegurada porque es evidente que respeta una serie de premisas: Que los niños tienen el derecho y la capacidad para expresar su opinión propia acerca del conflicto. Que tienen la capacidad y el derecho de hacer reflexión sobre sus propias opiniones y prejuicios. Que deben y pueden confrontar sus opiniones entre ellos, libre de las distorsiones egoístas de los adultos y hasta cierto punto mejor que ellos.
Tampoco se trata de un documental cómplice que presente el conflicto desde una pretendida y políticamente correcta “imparcialidad”. Sólo unos cuantos se muestran dispuestos a cuestionarse sus prejuicios heredados y se atreven a conocerse. Y las condiciones del encuentro tampoco son equitativas. De encontrarse, son los judíos los que deben “viajar” al otro lado de la frontera. No porque los palestinos no quieran: sino porque el gobierno y el ejército israelí lo dispone así y de sus vidas con veterotestamentaria omnipotencia. Y lo más triste es que los niños apenas se dan cuenta de una situación en la que los nuevos amigos son los prisioneros o carceleros de otros. Así eran las cosas tras los acuerdos de paz de Oslo.
El título “Promesas” alude a la reconciliación posible, a la paz acariciada tras los acuerdos de Oslo. A finales de los 90 los acuerdos se estancan. A finales de los 90 los niños que se conocieron son adolescentes, algo menos dispuestos a profundizar la amistad. Uno estaría tentado a pensar que es el desengaño de la adultez lo que se ha tragado la voluntad de paz. Más bien fue el sabotaje de los acuerdos por parte de Sharon, la segunda Intifada, la desproporcionada represión israelí y la indiferencia esquizoide de la comunidad internacional.
Más bien resultan ser niños que han heredado un mundo dividido.
Pero “Promesas” está lejos de ser un documental ingenuo. Más bien, que presente la perspectiva infantil del conflicto le da mayor honestidad. Honestidad asegurada porque es evidente que respeta una serie de premisas: Que los niños tienen el derecho y la capacidad para expresar su opinión propia acerca del conflicto. Que tienen la capacidad y el derecho de hacer reflexión sobre sus propias opiniones y prejuicios. Que deben y pueden confrontar sus opiniones entre ellos, libre de las distorsiones egoístas de los adultos y hasta cierto punto mejor que ellos.
Tampoco se trata de un documental cómplice que presente el conflicto desde una pretendida y políticamente correcta “imparcialidad”. Sólo unos cuantos se muestran dispuestos a cuestionarse sus prejuicios heredados y se atreven a conocerse. Y las condiciones del encuentro tampoco son equitativas. De encontrarse, son los judíos los que deben “viajar” al otro lado de la frontera. No porque los palestinos no quieran: sino porque el gobierno y el ejército israelí lo dispone así y de sus vidas con veterotestamentaria omnipotencia. Y lo más triste es que los niños apenas se dan cuenta de una situación en la que los nuevos amigos son los prisioneros o carceleros de otros. Así eran las cosas tras los acuerdos de paz de Oslo.
El título “Promesas” alude a la reconciliación posible, a la paz acariciada tras los acuerdos de Oslo. A finales de los 90 los acuerdos se estancan. A finales de los 90 los niños que se conocieron son adolescentes, algo menos dispuestos a profundizar la amistad. Uno estaría tentado a pensar que es el desengaño de la adultez lo que se ha tragado la voluntad de paz. Más bien fue el sabotaje de los acuerdos por parte de Sharon, la segunda Intifada, la desproporcionada represión israelí y la indiferencia esquizoide de la comunidad internacional.
Más bien resultan ser niños que han heredado un mundo dividido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Entre mis momentos favoritos, figura el diálogo de eructos, en la ciudad vieja de Jerusalén (Jerusalén Este), entre el judío y el palestino con quien se encuentra por casualidad. Más clara metáfora de los conflictos humanos no puede haber: la voluntad de comunicarse sin comunicar nada.
No dejo de tener la impresión de que aunque algunos de los niños judíos son muy inteligentes, son los niños palestinos quienes tienen mayor sensibilidad y conciencia política de lo que les rodea.
No dejo de tener la impresión de que aunque algunos de los niños judíos son muy inteligentes, son los niños palestinos quienes tienen mayor sensibilidad y conciencia política de lo que les rodea.