Quisiera saber que tipo de sustancias psicotrópicas tomaba el señor Davey Bowers para hacer estas películas. Y esta, dentro de lo que cabe, es de las más normales que le vi.

Más o menos la historia es así: Un detective escoces, con su kilt como no podía ser de otra forma, escogido mediante el método del pito pito gorgorito, viaja a los Estados Unidos para investigar los misteriosos acontecimientos que tienen lugar en una casa, perpetrados por un misterioso y barbudo ser que se desplaza en patines.

A destacar el ayudante del detective, un monigote que vive en una caja de cerillas.

Lo dicho, todo de un surrealismo y, sobre todo, de una imaginación desbordante, y que me hace pensar si David Lynch no bebió mucho de este director para realizar su cine, tambien psicotrópico.