Tiempo de valientes

Motivado por el éxito de sus "Relatos salvajes" me he aventurado a buscar y ver ésta, la que era su película más destacada hasta la fecha. No ha sido complicado encontrarla, está ni más ni menos que en "youtube".

Me ha resultado una propuesta simpática, inocente y con un guión brillante. El problema para que no sea mejor es que a su reparto le falta carisma y a las escenas de acción un mejor diseño. Todo disculpable.

Buddy movie argentina, con música de spaguetti-western y trama internacional que sería perfecta para James Bond.

Lo más destacable las dotes cómicas cargadas de mala uva con la sociedad argentina, la infidelidad de pareja, el psicoanálisis y la corrupción policial y política. Seguramente mi visión viene muy marcada por como estas propuestas han madurado de una manera muy alta en sus cada vez más imprescindibles y visionarios "Relatos salvajes".

Qué difícil parece a veces hacer una buena película, que sea entretenida, que te rías con ganas en varias ocasiones sin necesidad de humor vulgar ni de mal gusto, que te mantenga pendiente del argumento, que comprendas a los personajes al minuto de verlos, que te sorprenda con situaciones que no te esperas e incluso que disfrutes viendo las que son más previsibles o directamente increíbles.

Qué difícil parece…

Pues un puñado de argentinos vienen a dar una lección a todo el mundo de habla hispana: ¡señores! resulta que es posible hacer un thriller en español con momentos de sobra para la intriga y para el cachondeo, alternándolos o mezclándolos sin ortodoxia alguna, y conseguir un producto brillante, genuino, capaz de vencer y de convencer sin aparente esfuerzo.

Lo de la pareja protagonista, y en especial Diego Peretti merece un capítulo aparte, ¡qué bárbaro!

Qué difícil parece muchas veces.

¡Y qué fácil me ha parecido viéndola, la concha de su madre!

La pareja que conforman Diego Peretti como sociólogo y Luis Luque como policía funciona estupendamente, con diálogos y situaciones que describen excelentemente bien la idiosincracia y el sentido del humor tan propio del rioplatense. Cuando el relato se abre al policial se vuelve más tosca pero funciona. Vale la pena verla.

Aunque es muy típico en las películas norteamericanas las parejas de policías, esta comedia argentina es divertida y refrescante. La formula de dos personalidades diferentes que combinan bien en pantalla funciona en este especie de western moderno.
Diego Peretti hace un buen papel muy gracioso, con un humor muy simple pero efectivo. Luis Luque interpreta muy bien su papel, al final son dos cornudos destinados a luchar contra el crimen y la abundante corrupción que critica esta cinta, donde la codicia y la lealtad son las enemigas principales de esta pareja de pelotudos.
El resto de secundarios no están muy bien en general, excepto Tony Lestingi que hace un buen trabajo en un creíble papel de villano.
Atrevida apuesta del director que salió bien, con un guión que cumple la función de entretener, un bajo presupuesto que se nota en las localizaciones, pero con ganas de pasarlo bien. Esa música del Oeste americano a lo Ennio Morricone, todo muy divertido. Siempre es un placer ver una buena película argentina.

Divertida, con momentos de humor, un guión inteligente, paciente y bien tejido por el que el director nos va llevando con su talento acostumbrado, apenas con algunas señas de una madurez que quince años atrás estaba en proceso. Un policía tiene problemas personales y le es asignado un psicólogo para contenerlo. Rápidamente un caso de asesinato los conducirá a lidiar con ladrones de autos, poderosos agentes de inteligencia y militares amables, mientras construyen una relación de amistad y confianza que da sustento a la historia. Héroes improbables, transcurren en la vida cotidiana de Buenos Aires intentando resolver el caso y llevando las acciones al límite de lo verosímil. Nada extraño en Szifron, que suele jugar en esos bordes con éxito.