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España España · Madrid
Críticas de triforme
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Críticas 155
Críticas ordenadas por utilidad
9
25 de septiembre de 2010
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va?:

Un joven príncipe heredero se enamora de una sencilla camarera mientras cursa sus estudios fuera de su ciudad natal, pero el rey muere y debe volver inmediatamente para ocupar el trono...

Crítica:

En ocasiones veo muertos, no lo puedo evitar, en lugar de ver la última peli de la Coixet o una nueva entrega de Harry Potter (AKA Harry Cipotter), o incluso la enésima comedia del Apatow como haría cualquier persona honrada y decente, me pongo a ver películas en las que hasta los niños de cinco años que salen huelen a ciprés desde hace un par de décadas. Pero es que este acercamiento a tanto muerto resulta que me suele reportar pingües beneficios, ya que me reencuentro a menudo con valores cinematográficos que se han perdido, algunos se perdieron con la llegada del sonoro y otros se perdieron con la llegada de los cálculos mercantiles el día que estos le ganaron la batalla al arte.

El príncipe estudiante es una gran película de la etapa muda de Ernst Lubitsch, de un lirismo tremendo, aunque a los republicanos convencidos no les hará mucha gracia, porque al fin y al cabo es una apología de la abnegación monárquica y una reflexión sobre la servidumbre que provoca tener la sangre azul en vez de roja como todo el mundo, pero sobre todo es una película sobre un amor imposible, el de un futuro rey y una sencilla camarera, ¿cómo iba a prosperar un amor como ese?, sería algo así como si a un príncipe hoy en día se le antojara casarse con... ¿qué sé yo?, con la presentadora del telediario, por poner un ejemplo.

Cómo han cambiado los tiempos, coño.
triforme
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3
2 de septiembre de 2010
36 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va?:

A principios de los noventa, y en el contexto de la corrupción política y la cultura del pelotazo en su máxima expresión, Berlanga coloca a Sazatornil en una especie de nueva lectura de la brillante La escopeta nacional (1978). El argumento gira en torno a unas jornadas del Día Internacional del preso de conciencia en la prisión de Valencia, donde caraduras de todo tipo y condición, desde curas a políticos pasando por empresarios y funcionarios pululan por el recinto en busca de sacar tajada...

Crítica:

El director valenciano pone sobre el tapete su estilo clásico, nada que reprochar en ese sentido, a los que van con sus ideas hasta el final hay que respetarles. Sin embargo ese estilo tantas veces aplaudido con razón (La vaquilla, La escopeta ancional, Plácido. Sólo por citar algunas), en esta ocasión provoca sobredosis berlanguiana aguda. Desde el principio se le da al espectador mucha más información de la que puede digerir, muchos más chascarrillos de los que puede asumir y mucho más descontrol del que es mentalmente asumible. En realidad llega un momento en que la historia es devorada por los personajes, que son lo único a lo que uno puede agarrarse aquí.

Como digo, los personajes tienen bastante enjundia, el reparto es de una calidad indiscutible y todos dan lo mejor de sí, Galiardo inconmensurable y arrollador como siempre, Saza haciendo su papel eterno de puteado crónico y haciéndolo muy bien, Sacristán convincente y locuaz, Agustín González en su línea, Alexandre o López Vázquez no hace falta ni decirlo pero...

Berlanga fracasa en esta ocasión quizá porque repite en exceso fórmulas que le funcionaron bien en el pasado o quizá por la ausencia del siempre fundamental Rafael Azcona en la creación del guión, pero el caso es que el cine de Berlanga fue paulatinamente decreciendo en calidad conforme fue creciendo la libertad en España. Algunos dirán que es la edad la que no perdona, pero yo creo que la maldita censura, paradójicamente, nos dio la oportunidad de ver las mejores películas del genio valenciano, películas que hubieran sido muy distintas posiblemente de no haber contado con la amenaza permanente del tijeretazo, de la prohibición, que hace que los creadores a veces den lo mejor de sí mismos para esquivarla y creen obras con varias capas. Todos a la cárcel sólo tiene una, la del exceso, un exceso berlanguiano indigesto por repetitivo y excesivamente grosero. Un poco de la contención obligada de antaño no le hubiera hecho ningún mal a la película.
triforme
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9
23 de septiembre de 2010
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va?:

El agente del FBI Nick Curran (Michael Douglas), de pasado turbulento y expediente abierto recibe el encargo de investigar a Catherine Tramell, una escritora maciza que es sospechosa de un crimen mediante el viejo método de agujereamiento del torso con punzón de hielo en el momento del orgasmo obtenido mediante la postura del potro desbocado, conocido método que ella misma utilizó en el argumento de una novela escrita años atrás.

Con esa pista como punto de partida Nick entablará una relación extrañamente sensual con Catherine, que parece saber todo de él e incluso planea escribir un libro sobre un agente del FBI que es asesinado...

Crítica:

Pongamos las cosas en su sitio, Instinto básico es una gran película, un thriller erótico de manual (manual en ambos sentidos, de formato thrillerístico clásico y de uso de la mano opcional en alguna escena). Paul Verhoeven, que sabe hacer buen cine y lo ha demostrado sobradamente, hace uso de todos los tics del género con una solvencia espectacular, y nos dosifica la información en la dosis justa para que la película no decaiga en ningún momento hasta llegar al clímax final.

Mención aparte merece la carga erótica del filme, y es que al cineasta holandés, al que siempre le ha gustado rodar escenas subidas de tono, se las pusieron como a Felipe II con el reparto, ya que además del glamour erótico festivo que desprende la Stone, que estaba en su momento álgido, resulta que la Jeanne Tripplehorn con su aire de mosquita muerta y sus labios carnosos también tiene lo suyo, y el bueno de Michael Douglas, que no se quita la cara de salido en toda la película, algo al parecer sencillo para él ya que por aquel entonces era adicto al sexo (lo que no entiendo es por qué narices se ha quitao, ¡rajao, que eres un rajao!), la pone convenientemente en su sitio para deleite del espectador en una de las escenas folladoras mejor rodadas de la historia del cine no—porno (9 de cada 10 pajilleros lo confirman, el otro es gay).

Para la posteridad quedará siempre el cruce de piernas de la Stone, dejando entrever un chochito delicatessen mientras Newman, el archienemigo de Jerry Seinfeld, es mostrado en primer plano tragando saliva y descomponiéndose por momentos.

Muy buena.
triforme
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8
16 de septiembre de 2010
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va?:

En el Madrid de finales del XIX una mujer de buena posición y poco agraciada es encontrada asesinada. Todas las pesquisas parecen señalar como asesino a Miguel de la Torre, un vividor que la había seducido con galanterías y que en los días previos al asesinato la había exigido dinero para unos negocios turbios. El testimonio de la criada, Petra, una mujer de avanzada edad será determinante...

Crítica:

Es una gozada poder disfrutar sesenta y pico años después de una película hecha con el buen gusto con el que se hacían las cosas entonces, de un estilo muy teatral, clásico en el mejor sentido posible, con un reparto magnífico y una ambientación muy lograda. Una película de cuando todas las criadas se llamaban Petra y todas las mujeres que iban a La bombilla eran de las que se dejaban (con o sin cobrar).

En lo particular, si bien es cierto que todos los actores demuestran unas dotes interpretativas de primer nivel -¡qué tiempos!- sobre todos ellos destaca la magnífica actuación de una actriz de teatro que se prodigó poco en el cine, Antonia Plana, en un papel de raza memorable con un final de mucho lucimiento que supo aprovechar a la perfección. Puro cine señores.

En lo que respecta a la película en sí, desde los primeros planos ya se advierte una gran calidad en el trabajo de Neville en todos los aspectos, con un inicio que recuerda mucho a Asesinato, la obra dieciséis años anterior de Hitchcock, con esos vecinos saliendo en masa a la calle al olor de un posible incidente en la casa del vecino (no se emitía Sálvame ni Dónde estás corazón y claro, la gente se aburría en casa), a partir de ahí se va desarrollando la historia a modo de flash-backs, en la mejor onda del film noir americano y con matices próximos al expresionismo alemán, todo bañado, eso sí, de un espíritu profundamente cañí, la España más negra que uno se pueda imaginar pero con un sentido del humor corrosivo que no deja títere con cabeza, ya sean prensa, burgueses, jueces o plebe en general, todos son pasados por la túrmix de un guión tan efectivo como efectista, y en esta ocasión ambas cosas casan estupendamente.

Notable alto.
triforme
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9
4 de febrero de 2011
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va?:

Un ex presidiario se ve abocado tras su liberación a volver a las actividades delictivas. Junto a algunos compinches preparan un golpe maestro a una joyería.

Crítica:

Toda la esencia del cine negro se fundamentó siempre en lo mismo, la irresistible atracción por el crimen que tienen los seres humanos, su inconsciencia ante su destino, la necesidad de tener sueños imposibles basados en el delito, o la redención que a menudo no llega a tiempo. Si la película está bien hecha y los protagonistas tienen carisma, pronto el espectador compartirá esos sueños, olvidará el delito en el que se fundamentan, y deseará con todas sus fuerzas que esos tipos que viven al filo de la navaja consigan sus propósitos.

En Rififi, la mirada lánguida, inexpresiva de Jean Servais refleja como pocas veces se ha visto en la pantalla ese aire de perdedor, ese aceptado fatalismo ante el cual no se puede huir por muy profesional que seas o mucho empeño que pongas en triunfar, ya que el camino que has elegido solo tiene una meta, y es la autodestrucción.

Fantástica película francesa del director americano (a pesar de su nombre), Jules Dassin, uno de los damnificados de la caza de brujas de McCarthy que se tuvo que buscar las habichuelas fuera de Hollywood y a fe que lo hizo con clase. Un ritmo magnífico sostiene desde el principio una trama en la cual tiene cabida desde un robo de guante blanco rodado con una esquisitez que para sí quisiera Tom Cruise en sus misiones imposibles, hasta homenajes a Lang (ese globo volando al cielo cuando se llevan al niño bebe directamente de M, el vampiro de Dusserdolf), o algunos planos muy sorprendentes para la época de mujeres muy voluptuosas enseñando chicha (ojo a la mujer de Mario y sus transparencias con premio).

Cine de etiqueta negra.
triforme
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