Luke Cage (Serie de TV)

Para este tipo de series, en especial Luke Cage, pero refiriéndome más a la fórmula Marvel, el villano se me hace absurdo, no creo que haya que tener un villano que pueda detener a nuestro héroe, pueden ser otro tipo de complicaciones, pero hacer a alguien muy similar a él para poder combatirlo, no me gusta esa fórmula.
La banda sonora es una gozada, rollo blues, con altos temazos y altos artistas, me flipa.
E reparto y las interpretaciones son de lo mejor, Rosario Dawson y Alfre Woodard son una auténtica locura.
Las cámaras lentas inservibles, sin significado, incluso petadas de frames, no tienen ningún sentido.
Los combates, es decir, la coreografía de los combates, son demasiado toscos, no molan nada, aunque intentan que sí lo hagan, pero no logran.
Episodios larguísimos, así como la temporada, no entiendo el porqué alargarla a 13 episodios lo que se podía contar en 6 como mucho. La temporada es verdad que está mejor construida que la previa, pero tiene peores personajes y un peor villano.
El capítulo 10 es el mejor, aporta frescura a todo lo que llevamos viendo, y se agradece, aunque no se puede esperar tanto para que una serie empiece a mejorar.
No produce ninguna intriga en cuanto a trama, ningún misterio, sabes en todo momento lo que va a pasar.
En resumen, las interpretaciones, la banda sonora y la construcción bien, pero la torpeza narrativa, la lentitud, los personajes y el combate, mal.

Para ser franco, no me ha gustado la serie, no me ha gustado la estética, la percibo actuada, noto una actitud teatral por parte de todos los integrantes del casting en hacerse ver mas profundos y con más bagaje del que los eventos nos dejan ver, así pues, se nos espera que empaticemos con lo que no vemos y con lo que muy muy livianamente se sugiere.

Luke Cage es un personaje mas plano que sus superpoderes, y tengo la sensación de que los dramas que rodean al protagonista son más inherentes a su involucración proactiva en disrumpir en conflictos generando problemas que sentimientos de deber que le animan a intentar solucionarlos.

He leído críticas de aquellos que han encontrado en Luke Cage una obra maestra, me hablan sobre lo que es implementar un superhéroe negro, un modelo de conducta que protagoniza historias criticas con el sistema y con un poso moral y filosof…. Jajajajajajajajajaja. A ver, puedo estar de acuerdo con el mensaje, es mas que evidente que las series Netflix+Marvel intentan apelar a sectores culturales y raciales diferentes, pero si pretendes usar una serie como medio de apelación cultural tienes que tomarte en serio a ti mismo, puede que incluso dentro de la comedia, pero no puedes maltratar tu trama y tus personajes para convertir la critica en algo tragable y atractivo a tu espectador objetivo. Me da la sensación de que el publico objetivo de Luke Cage son jóvenes afroamericanos que sueñan con estar mazados, ser inmunes a las balas de los policías sesgados y seducir a cualquier pandero armenio que se les cruce por delante; casi parece más una parodia nociva que una narrativa reivindicativa, y os pregunto, ¿Qué sería de la serie sin el carácter racial? Ya os lo digo yo, absolutamente nada.

El final es al menos interesante, pero al igual que su universo, han terminado antes de culminar, creo que por ello, hay que darla un crédito.

Durante toda la serie Luke Cage se pasea por Harlem con los auriculares puestos y no me extraña, porque solo es interesante la banda sonora. La historia no tiene nada que ver con Luke Cage, él simplemente estaba allí.
Lo mejor de la serie es la banda sonora.

No llegué a terminar la segunda temporada.

Aflojan, lo noto sobretodo en lo ridículo de su barba y pelazo durante el flashback de su pasado...no hay tanto cariño. Vaya por delante que ya de por sí, Power Man, no es que sea un superhéroe muy agradecido. La superfuerza se le supone a cualquier héroe, tan solo añade superpiel y eso ya nos lo sabíamos desde su aparición en Jessica Jones.
En fin, supongo que había que darle vidilla antes de que forme parte de los Defensores.

Veo por los títulos y las puntuaciones de las críticas que, una vez más, la gente demuestra no leer los periódicos, ni ver los telediarios, ni enterarse de nada, ni entender un carajo de nada. Qué sorpresón.

En fin. Vayamos al grano:

En una época en la que, una semana sí y otra también, nos llegan desde Estados Unidos noticias acerca de ciudadanos negros desarmados que son sistemáticamente tiroteados y asesinados por agentes de la misma policía que se supone que está ahí para protegerlos, Marvel y Netflix nos obsequian con la primera gran serie sobre un superhéroe negro. Un superhéroe, un héroe, un personaje que, además de no llevar mallas ni tener un nombre friki y molón, viste precisamente una sudadera con capucha. La misma prenda que llevaban la mayoría de esos negros asesinados por nada a manos de una policía criminal y que, en los últimos años, se ha convertido en un símbolo cultural para los jóvenes negros estadounidenses. Un símbolo como el jazz, el hip hop o los coloridos y reivindicativos grafitis murales de Harlem que el abajo firmante ha tenido la enorme suerte de poder contemplar en persona.

Y de eso va esta serie, ni más ni menos: de música, de arte, de cultura, y de las aspiraciones y desesperanzas de un pueblo descendiente de esclavos al que la bota del hombre blanco, hoy en forma de pobreza, falta de oportunidades y una sistemática y despiadada criminalización, continúa sin dejar ponerse en pie. Una historia de hermanos.

También hay tiros, tortazos al genuino estilo de Bud Spencer, el mejor duelo final de los cuatro que, hasta ahora, nos han ofrecido Marvel y Netflix, y aleluya, hermanos, por fin un auténtico banquete de Rosario Dawson.

¡Luke! ¡Luke! ¡Luke! ¡Luke!