Una vez en la vida

Creamos una vida, ponemos los pilares de nuestra existencia en torno a algo en lo que trabajamos; en el esfuerzo más o menos fructífero está la satisfacción de una vida acorde según lo que creemos. Desarrollamos nuestra carrera profesional con sus más y sus menos, nos enroscamos con alguien con el que la vida se nos hace más fácil, tal vez demasiado anodina en un breve lapso de tiempo. Seguimos construyendo-nos. Junto a otros; frente al espejo cuyo reflejo creemos conocer al ser que tenemos enfrente... Y aún así vivimos ingenuamente pensando que podemos controlar todo. Como si la vida no tuviera un As bajo la manga que te suelta cuando menos te lo esperas, cuando creías que ningún sobresalto era posible en la calmada atalaya desde la que te instalas cuando ya estás de vuelta de casi todo en la vida.. Y eso le pasó a Stephen.

En esta película, el protagonista es el deseo. Ese despertar que parece borrar de un plumazo todo lo que has vivido antes. Que ni valores, ni ética. Eso que te ciega, que no te permite pensar, dormir, comer con tranquilidad.. tu cabeza, tu cuerpo, tu ser, vuela junto a la fuente de ese deseo. Y eso es lo que le sucede al Doctor Fleming; se enciende en los más profundo de su parte más primitiva una llamarada tras ver a la sensual y melancólica Juliette Binoche, Anna. Como punto negativo diría que el comienzo de este enredo parece más propio de una cita Tinder que de algo más real, (visto con los ojos de 30 años después del estreno) no hubiera hecho falta mucho para introducir la relación con algo más de sutileza, porque se devoran con la mirada desde el primer encuentro y a mí me resulta algo forzado. Solo en la primera escena. Luego ya todo fluye de una forma extraordinaria.

En una ocasión el doctor le dice "tienes que ser mía", cuando realmente él es el que está totalmente, perdidamente y locamente entregado a ella. O más bien a lo que despierta ella en él. Qué desgarrador y a la vez erótico resulta ver las imágenes más tórridas, cuando ves esa necesidad de fusión para con el otro, esa danza salvaje que precede a la unión total con quien te atormenta pero te prende de tal manera, que es imposible no acabar quemándose. Ese cierto acercamiento violento en los encuentros sexuales como manifestación de la desesperación que siente él por ser un títere del deseo. Perseguirla, someterte a su fuego, "compartirla" con tu hijo, traicionar tu matrimonio y enturbiar tu vida con la mentira ... Qué difícil es actuar estoicamente cuando un sentimiento así te arrolla por completo.

Por otro lado, el personaje de Anna es demasiado frío, no sé si visto desde un hermetismo consecuencia de las heridas que arrastra, o fruto de ser demasiado calculadora. No termino de entender cuál de las 2 es. Pero esa mirada desde la melancolía, el abandono de la figura del hermano, la primera aparición tan directa hacia el doctor, esa comedida manifestación de afecto como si disfrutara de saberse capaz de controlar ese deseo que siente por Stephen, cuando él esta claro que no puede. Tendría que volver a verla para aclararme un poco.

La actuación de los actores mediocre (cosa inevitable debido al argumento de la película), sí, si te da morbo ver follar y tal sin importarte ver algo totalmente insípido, adelante.

Una historia de amor despiadada y sin escrúpulos cuyo único objetivo es saciar el apetito humano, muy a expensas de las consecuencias que pueda ocasionar. Así resumiría yo "Herida". No es un gran film, ni se merece mis más reservadas alabanzas. Más que nada porque en ocasiones se hace pesada y vacía, carente de la profundidad de guión que debería tener una historia como esta para resultar redonda y enternecedora. En más de una secuencia me ha parecido estar disfrutando de una encantadora, sensual y risueña película pornográfica, aunque con un poquito más de diálogo, eso sí. "Para una paja bastaría", pensaba yo. Y la verdad es que me habría quedado con ese pensamiento (placentero o decepcionante, según cómo se mire) si no hubiera sido porque el final salva con mucho toda la película, un guión que chirría y una dirección desalentadora que no está a la altura. Juliette Binoche, para variar: espectacular. Encarna su personaje con una frialdad sorprendente, muy apta para las pretensiones de tal, aunque encantadora y seductora a la vez; su maravillosa interpretación pone en jaque al resto de las actuaciones de sus colegas de reparto, exceptuando a Miranda Richardson, que en una de las más importantes escenas trágicas de la película se luce por todo lo alto. Luego, les sigue Jeremy Irons en una papel que podría ser mejorable, y que se queda en superfluo. Con esto no quiero decir que haya hecho un mal trabajo, sólo que a mi parecer le falta más carácter y una mejor interpretación, sobretodo en las escenas apenadas y de llanto.
Por lo que respecta a la iluminación y la banda sonora: un aprobado alto. Aunque esperaba más de un Zbigniew Preisner que he visto espectacular en otras cintas como en "Tres colores: rojo" y "Tres colores: azul".
Sin duda clasificaría esta película en ese clase de filmes cuyo final les hace más que mejorables, pese a un desarrollo bastante flojo. Exceptuando la interpretación, me quedo con un poco de mal sabor de boca. Es una pena que Louis Malle no haya sido capaz de sacar más jugo a un argumento que podría dar más de si y no quedarse en superficialidades. Bueno, en suma, lo que decía por ahí arriba: decepcionante.

Joder. Joder...

No, no, no me refiero a lo que hacen los protas en la peli (que lo hacen, y mucho). Es que acabo de verla y me he quedado... buf, no sé cómo explicarlo. Sólo me sale decir "joder" sin parar. Es que, joer, yo esperaba una película infame tipo "Atracción fatal" y demás pelis de thriller erótico típicas de la época, pero me he encontrado con una verdadera joya del séptimo arte.

A ver, no es perfecta. El inicio de la relación es poco convincente (*). La interpretación de los personajes no es soberbia, a ratos me recordaba a un típico telefilm americano de los de casa con garaje en un barrio residencial. Y... bueno, que sigue sin convencerme la obsesión del tipo con esa tipa. No la entiendo (y mira que yo también me he enamorado locamente, pero es que no puedo empatizar con él, no entiendo por qué le ha dado por actuar así con ella, no entiendo el motivo). Las escenas sexuales (excepto la última en el fatídico "flat M", donde sí sentí cierta ternura y cariño, al fin) me daban -como suelen decir hoy en día- cringe, y reconozco que adelantaba la cinta para no tener que soportarlas.

Pero, si dejamos de lado todo lo anterior, tengo que decir que la historia está muy bien narrada. Llevo despierta desde las dos de la madrugada (ahora mismo son las once y media de la mañana), y, lejos de dormirme por la falta de sueño, me ha tenido súper enganchada pese a su ritmo tranquilo y pausado y sus largos silencios. ¿Quién es Louis Malle? Me suena muchísimo... no he querido investigar su identidad por si acaso fuese a mirar la película con algún prejuicio. Pero sabía que era un buen director, y además había leído un comentario sobre dicha peli que fue lo que me llevó a decidirme verla:

"It should be noted, no disrespect to him, that Jeremy Irons is exceedingly good at playing the creep: just look at his fawning over teenage Liv Tyler in Stealing Beauty, and his role in Louis Malle’s Damage (the less said about that, the better)."

"The less said about that, the better". ¿No es acaso una frase que os hace picar la curiosidad, verdad? Gracias por el anzuelo, autor. Mereció la pena verla.

No sé... Estoy pensando. Te esperas un thriller erótico, como te decía, y de hecho llega un momento concreto en que estás totalmente convencido de que sí, que ella es una manipuladora deseosa de sangre (**). Y, de repente, bueno, no, poco a poco en realidad, se convierte en un tratado existencialista sobre, bueno, pues eso, la existencia humana. Sobre cómo... uhm... Creo que necesito tiempo para procesar lo que acabo de ver.

Una cosa que me sorprendió mucho fue la forma en que retrataron a los personajes en los peores momentos. Esperaba reacciones habituales de un film dramático, pero al final actuaron como realmente habrían actuado en la realidad. (***) Eso me gustó, les dio mucha credibilidad y conseguí empatizar profundamente con ellos.

Creo que la película trata sobre cómo hacemos frente a la pérdida y las grandes tragedias de la vida. Y, sobre todo, sobre cómo seguimos adelante. El final causa melancolía pero, al mismo tiempo, optimismo. (****)

Me impresionó la escena del primer encuentro entre Irons y Binoche. Sin una sola palabra, sus miradas lo describían perfectamente: Aquí hay tomate.

Aunque el tema pueda resultar increíble, que un padre le ponga los cuernos a su propio hijo y que la novia de este se preste a ello, la pelicula es más que interesante, ya que explora las relaciones humanas llevadas al límite.

El final de la pelicula, desde mi punto de vista, resulta decepcionante.

Saludos.