Haz click aquí para copiar la URL

El hombre de dos reinos

Drama Para divorciarse de su esposa Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos y tía del emperador Carlos V) y contraer matrimonio con Ana Bolena, Enrique VIII (1509-1547) trata de obtener el apoyo de la aristocracia y del clero. Sir Thomas Moro, uno de los más notables humanistas europeos ("Utopía", 1516), ferviente católico y hombre de confianza del monarca, se encuentra en una encrucijada: ¿debe actuar de acuerdo con su conciencia, ... [+]
<< 1 3 4 5 6 10 >>
Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
23 de febrero de 2020
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay que confiar mucho en la fiabilidad de las películas históricas, ni en el cine clásico ni el actual. El Espartaco de Kubrick no se parece al que describen los textos; El Alamo de John Wayne reinventa lo realmente ocurrido; no digamos El Cid de Mann e incluso La batalla de las Ardenas, de Annakin. El cine es, ante todo, espectáculo, y ajusta a él sus guiones, incluso cuando el director se esfuerza en acercarse más a los hechos históricos, como en Lawrence de Arabia o Cleopatra.
Esa exigencia del séptimo arte puede aplicarse a "Un hombre para la eternidad", de Fred Zinnemann. Zinnemann fue un liberal que ya había dirigido films parecidos donde un hombre se queda sólo frente a una comunidad, sea el sheriff de "Sólo ante el peligro" o el maquis español de "Y llegó el día de la venganza". Al adaptar la obra del inglés Robert Bolt fue muy fiel al texto, pero más que la biografía de Tomas Moro pretendía reflejar los ideales del liberalismo de su generación.
Moro es un santo polemizado, pues fue duro con los herejes, aunque no es cierto que los hiciera torturar y quemar. Eso forma parte de la leyenda negra contra los católicos creada por los protestantes. Bolt y Zinnemann despreciaron muchos detalles de la biografía del santo, como que tuvo tres hijas (una era de su segunda mujer) y un hijo; o los severos juicios que hizo a protestantes cuando fue canciller. Ambos se concentran en el enfrentamiento entre Moro y Enrique VIII por la cuestión del divorcio del rey. Ese es el gran conflicto del film y el eje en torno al cual gira el mismo lo encontramos en la fidelidad de Moro a su conciencia. Pero aclaremos esto: el personaje, ejemplarmente interpretado por Paul Scofield, sabe que el papado es corrupto y en una secuencia de la película lo reconoce. Lo que defiende es el principio de que el rey (Robert Shaw) no tiene ningún derecho a convertirse en cabeza de la iglesia de Inglaterra, es decir, a obligar a los ingleses a ser protestantes por su conveniencia de tener un heredero con una nueva reina.
La corte inglesa de ese tiempo no tenía ningún escrúpulo moral ante sus necesidades. A Enrique VIII le importaba poco la religión y mucho el poder político. Igual le ocurriría a su hija Isabel cuando le convino practicar la piratería o ejecutar a María Estuardo.
Por lo tanto la razón de Estado choca con la conciencia individual, algo que recuerda la caza de brujas de Hollywood. Ese es el tema del film, de gran calidad estética, brillantemente interpretado y con unos diálogos profundos y exactos. Sin duda Moro está idealizado e incluso Enrique VIII no aparece tan brutal como fue en realidad. Pero de esa manera se consigue transmitir con sencillez y sobriedad al gran público la idea de que la justicia no existe en un reino donde se ha condenado de antemano a muerte al que se ha de juzgar.
La actualidad de este título es total. Hoy ocurre lo mismo. La justicia se ha puesto al servicio de la política y se usa la mentira como prueba contra los que estorban. Toda gran película va más allá del tema concreto que trata. Es eso lo que la convierte en clásica.
Dudo mucho de que el sacrificio de Tomas Moro sirviera para algo. En ese tiempo los católicos quemaban a Giordano Bruno y los calvinistas a Servet. Y la Inglaterra protestante, surgida de modo tan ruin, triunfó en la historia posterior. Pero la imagen de un hombre que no traiciona su fe ni ante la muerte siempre me resultara admirable.
Luis
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de enero de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oscarizado drama histórico escrito por Robert Bolt sobre su propia obra teatral, en torno al enfrentamiento entre Tomás Moro y Enrique VIII.
Adolece del tratamiento del cine de época británico y se beneficia de un sólido reparto encabezado por Paul Scofield, quien ya representara en las tablas al protagonista.



"Cuando los hombres de Estado se olvidan de su propia conciencia y la anteponen a sus deberes públicos, conducen a su patria por el camino más corto hacia el caos."
CINECLUB
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de agosto de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda el mayor mérito de la obra radica en su cuidada puesta en escena y en un reparto de férrea sobriedad. Con una bella iluminación en interiores y un aprovechamiento sobrenatural de los planos de la naturaleza. Así como las gárgolas que ilustran el principio y el final.
El arranque para mí lo mejor de la historia desde las gárgolas al momento de vuelta a su hogar en Chelsea.
Con el soberbio enfrentamiento interpretativo del cardenal y Moro.
La música de Deleure muy apropiada para crear el ambiente de época que tan espléndidamente sabe transmitir. Impactante y sobrecogedora interpretación de Welles. Me divierte la secuencia en que Robert Shaw abronca a Moro, sirviendo como "excusa". Para retratar a Enrique Vlll. Mostrando lo veleta y caprichoso que podía llegar a ser.
Gracias a la sabia dosificación de unos cuantos momentos divertidos e incluso humorísticos la salvan de ser un tostón aburrido y pretencioso.
Zappianin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de enero de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
-¡Hazle arrestar!- Exclamó Roper al ver que Rich se marchaba en libertad.
-¿Por qué?- Respondió Tomás Moro.
Mujer: -Es peligroso.
Roper-¡Por libelo y espía!
Hija de Tomás Moro: -¡Padre! Ese hombre es malo.
Tomás Moro: -No hay ley alguna contra eso.-
Roper: -¡Está la ley de Dios!
Tomás Moro: -Pues que lo arreste Dios. -
Roper: -Mientras todos habláis se ha ido.-
Tomás Moro: -Sería libre de irse aunque fuera el diablo en persona hasta que violara la ley.-
Roper: -Vaya, con que darías al diablo el beneficio de la ley.
Tomás Moro: -Sí. ¿Tú qué harías? ¿dar un rodeo alrededor de la ley para coger al diablo?
Roper: -¡Sí! ¡Me saltaría todas las reglas de Inglaterra para hacerlo!-

-¡Ya! ¿Y cuando te hubieses saltado la última ley y el diablo se volviera contra tí, ¿dónde te esconderías, Roper, si las leyes son planas? Este país está sembrado de guerras de costa a costa. Leyes humanas, no divinas. Si te las saltaras, ¿crees de veras que podrías resistir impasiblemente los vientos que se levantarían? ¡Sí! Yo concedería al diablo el beneficio de la ley por mi propia seguridad.-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Buscapé
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre para la eternidad de Fred Zinnemann, es un drama histórico basado en el final de la vida de Tomas Moro. Dirigida con un ritmo lento pero majestuoso, es propia y objetiva, además de idónea e impecable en una realización maravillosa y espléndida, realizada en la gran pantalla pero como la obra de teatro en la que está basada, con un resultado interesante.
La fotografía, es sensacional y espléndida, muy sugestiva por ser naturista y hermosa, con imágenes exquisitas y confortantes que cautivan por su belleza lumínica e inspiradora. Y la música, es intensa y penetrante, con melodías estimulantes y acertadas por parecer de la propia época en que se basa el film, y profunda en líneas generales en su acompañamiento.
Las actuaciones, son arquetipos, brillantes y con profundidad psicológica. Realizando una deslumbrante interpretación Paul Scofield con carácter y convicción, Robert Shaw implacable y señalado y Orson Welles realizando un pequeño papel con personalidad y acierto. Y son notables las actuaciones de John Hurt, Vanessa Redgrave, Wendy Hiller, Leo McKern y Susannah York. Los cuales llevan vestuarios y caracterizaciones evocadores y estéticamente elaborados con acierto basándose en la época, bien distinguidos y majestuosos en una gran dirección artística.
El guion, escrito por Robert Bolt y basado en su propia obra de teatro, es interesante y agradable, además de realista e incitador por mostrar el injusto final de la vida de Tomas Moro, argumentado de modo excepcional y muy trabajado en sus diálogos. Empleando para llevarlo a cabo una narrativa clásica, antigua, educada y sugerente, además de impoluta, siendo uno de los principales atractivos del film. Y destacando también, unos sobrios y elaborados con acierto planos y movimientos de cámara.
En definitiva, la considero una buena obra biográfica inmortal, con 6 oscars entre ellos el de mejor película, por ser un correcto, profundo e inspirador drama de época. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, vestuarios y caracterizaciones y una narrativa que la hacen una digna obra de gran belleza visual y narrativa, que gustará a todos los cinéfilos de cine clásico que busquen obras basadas en hechos históricos reales.
Elcinederamon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 6 10 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow