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Onibaba, el mito del sexo

Drama. Fantástico. Terror En el Japón medieval, la madre y la esposa de un guerrero esperan su vuelta del frente. Sobreviven engañando a los soldados perdidos en los campos, a los que asesinan para luego vender sus pertenencias... (FILMAFFINITY)
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
16 de noviembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película la de Shindô, impresionantes interpretaciones dignas de actores de primera clase. Como hacer de pocos medios un filme tan redondo y tan bien construido...la versión original subtitulada, creo, que es imprescindible para valorar el gran mérito de su dirección e interpretación...Cualquier secuencia, desde el principio hasta el final, son sencillamente magistrales. El blanco y negro llevado a su cénit. Muy recomendable para los amantes del cine y en especial de los maestros japoneses.
JAVIER_D
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15 de abril de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciertamente la película se construye con cuatro cosas, su minimalismo es de manual, y sin embargo la composición funciona. Kaneto Shindo consigue impresionar profundamente con la historia que protagonizan tres personajes, es la historia de su supervivencia (interior y exterior) y sus miserias, las que padecen en una durísima época en la que todo es pobreza (también interior y exterior) Es muy factible construir paralelismos, metáforas o como se quiera llamar al hecho de estar señalando, a través de "Onibaba", los duros momentos de la posguerra japonesa, larga y maldita, tras la IIªGM. No negaré la relación de esos monstruos interiores, de una desesperanza común, el Japón feudal en un lado, la lamentable historia contemporánea en otro, y elementos comunes que tienen que ver con la degradación del ser humano.

La vieja, el verdadero eje explicativo de la historia, es capaz de hacer cualquier cosa por subsistir, por mantener lo que tiene y no perderlo, es capaz de adaptarse a la llegada del nuevo protagonista y ponerse a la misma altura, así que se desatan sentimientos nacidos de la desesperación. Todo va encajando, Kaneto Shindo entonces introduce el elemento de la máscara y consigue un efectismo elogioso.

Cuando se desencadenan los finales y tristes hechos, es cuando me he dado cuenta de que la película nace desde la tristeza, que el drama no ha abandonado ni un minuto el largometraje, me doy cuenta de que el pueblo japonés debió sentirse arrasado tras la IIªGM y que la guerra es muy perra, siempre lo gritaré mientras pueda, la guerra es un sinsentido y el dolor se mezcla con el calvario.
Luisito
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23 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Onibaba es una metáfora visual que retrata los horrores de la guerra, el hambre, la perdida de los seres queridos y la lucha por la supervivencia ante el caprichoso revolotear de la muerte.
En un ambiente claustrofóbico, putrefacto, espectral, afloran las pulsiones  más extremas del ser humano. Dentelladas de comida y sexo en escenas con desnudos, cargadas de erotismo bajo el movimiento constante de los juncos y al compás del deseo.
En nuestra retina quedará grabada como lo hace la mascara en el rostro de la mujer anciana, el agujero negro que separa la vida de la muerte y el mecer de los juncos que desata los demonios internos.

"¡No soy un demonio!¡Soy un ser humano! "-grita desahuciada la anciana.

Shindo logra que sientas pánico de la condición humana... puede haber algo más terrorífico?.
Lil Dagover
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16 de febrero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace bastantes años soy un lector asiduo de la revista de música "POPULAR 1", y, por casualidad, en un número que leí hace poco, encontré una reseña de la película del sr. Kaneto Shindo.
La verdad es que me gustó lo que leí, y como a mí me apasiona ir descubriendo clásicos del cine, y cuanto más desconocidos mejor, no me pude resistir a querer echarle el guante a éste.

En efecto, es un clásico de clásicos, uno de esos films que por su composición, su brillante fotografía, su argumento retorcido y extravagante, lleno de símbolos y metáforas, sus actuaciones dignas a la par que sencillas y su escalofriante puesta en escena en un campo enorme de cortaderas, han hecho que el estatus de "película de culto" no se lo quite nadie.
Y es verdad; es una de esas películas desconocidas, extrañas, que no resultan fáciles de ver y, sobre todo, de encajar en un género. Muchos la han catalogado como drama, otros en el marco del terror y hay cinéfilos que han hablado de ella como un "drama erótico de terror psicológico"...hay acepciones para todo.

En realidad está basada en una leyenda de esas ancestrales del folclore japonés, y, junto con dos grandes como Jitsuko Yoshimura y Nobuko Otowa, y su bizarra historia, hacen de este film una delicia para los que les gusta el cine clásico y, sobre todo, con grandes cargas simbólicas. Es para un público muy, muy selectivo, pero, al menos yo, la considero ya de visionado obligatorio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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16 de noviembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
200/06(08/11/19) Turbador drama japonés con incisivas trazas de terror, obra realizada y escrita por Kaneto Shindo, enmarcada en un hecho histórico, se desarrolla en el país del Sol Naciente durante una guerra civil en el siglo XIV, el director maneja de modo cautivador el minimalismo del relato, donde apenas hay tres personajes (encarnados por Nobuko Otowa y Jitsuko Yoshimura como dos solitarias mujeres [nuera y suegra], que para sobrevivir matan soldados extraviados de la guerra para robar sus posesiones, y Kei Satō como el hombre que se interpone entre ellas), concentrados en un extraño lugar del campo, un lugar agreste, que transpira agresividad en esos juncos alargados cual lanzas que se mecen de modo lírico al son del viento emitiendo un sonido siniestro de susurro, teniendo en su centro un agujero avernal que parece conectar este mundo con el Infierno, lugar donde se apilan cadáveres, convierte a esta vegetación inquietante en co-protagonista en su modo de proyectar sudor, hastío, o agobio. Lugar opresivo donde se dan cita en un triángulo asfixiante temas como los celos, la lujuria, el instinto de supervivencia, la vejez, el egoísmo, la paranoia, la cobardía, ello en una historia con cabida al anti belicismo, al sin sentido de las guerras, ello desarrollado con mezcla de sutilidad y solidez narrativa, con efluvios oníricos en sus secuencias, de cuasi ensueño, ello reforzado con un manejo de la híper-realista cinematografía sensacional Kiyomi Kuroda, con marcados contrastes grises, con contrapicados, planos nadir, tomas generales cuasi-hipnóticas del campo infinito de juncos, con enfáticas cámaras lenta, ello en miscelánea con la jazzística música de Hikaru Hayashi

Después de haber sobrevivido una temporada de 21 meses como soldado en la Segunda Guerra Mundial, Shindô muestra cómo la guerra expone la naturaleza humana en su forma más salvaje y revela una capacidad de maldad en todos cuando la supervivencia básica está en juego. Shindo, tomó como punto de partida una parábola budista Shin de yome-odoshi-no men (máscara para asustar a la novia) o niku-zuki-no-men (máscara con carne unida), que escuchó de niño: una anciana está furiosa con su nuera por descuidar continuamente los quehaceres domésticos para ir al templo y rezar. Se esconde en los arbustos a lo largo del camino y cuando aparece la mujer más joven, salta con una máscara de demonio, aterrorizándola. Buda castiga a la anciana por su deshonestidad e impiedad pegándole la máscara a la cara. La anciana araña y araña desesperadamente la grotesca máscara, pero no puede quitársela; finalmente ella le reza a Buda para que la deje quitársela y él acepta misericordiosamente, pero su gentil misericordia se revela como algo completamente diferente cuando la mujer se lo arranca y se lleva la carne de la cara. Análisis filológico del título en su versión, Onibaba viene del vocablo ryukyuense Oni, que significa 'mala' y de la palabra kanto 'baba', que designa el líquido que sale del hocico de los bóvidos. Juntos, expresan que el sujeto alberga aviesas intenciones.

El director japonés aborda un drama tórrido, cargado de un clima sórdido, dosificado de terror, apoyándose en la amoralidad de unos personajes darwinistas que solo piensan en sí mismos. Donde la mujer mayor viuda sabe de la importancia de tener de compañera a la joven, siente que la llegada del hombre las puede separar, y decide poner trabas a esta relación; la joven es otra viuda que siente que la llegada al entorno del hombre puede satisfacer sus bajos instintos, aunque ello le lleve a abandonar la su suegra, dejándola en la soledad; el hombre es un desertor que abandonado la guerra, tipo amoral capaz de reírse vilmente cuando apuñala por la espalada alguien, o que se vanagloria de matar a un religioso por sus ropas, es la espoleta de los conflictos cuando en su lujuria de testosterona desea a la joven; los tres sobreviven matando guerreros desorientados para despojarles de sus pertenencias (armaduras y espadas), son unos carroñeros amorales; la llegada del hombre suma a las mujeres a su hambre, el deseo carnal, deseo cuasi animal.

La pareja de féminas reflejan la sororidad, la solidaridad entre mujeres, aunque en este caso sea para algo tan macabro para convertirse en asesinas, ello por necesidad del apetito (incluso expuesto esta desesperación cuando cazan un perro para comérselo), el robo para conseguir comida, esta carencia básica tiene su epicentro tétrico en el alegórico pozo, que bien puede ser la proyección de Kaneto Shindo de su ideología comunista, en el sentido de ver esta sima como el Capitalismo salvaje, el que devora a las personas con sus fauces oscuras, alimentado por la desesperación de la precariedad. Ello también se puede ver en esa tienda donde van las mujeres a vender lo esquilmado a sus víctimas, el sacrificio de unas vidas para que otras continúen, el comercio de “las pieles humanas” como símbolo del despellejo de unas existencias por unos “Buitres” desesperados, en una serie de actos cuasi de caníbales. Asimismo se puede ver como un mensaje de anti belicismo, ello en como los hombres tiene que abandonar sus hogares, con ello dejan de abastecer a su prole en pos de servir a su Jefe guerrero, y con ello dejan atrás unas familias a las que ya pude abastecer, además se deja entrever la deserción, el abandono, la deslealtad con sus Señores, lo que se puede entender como anti patriotismo, puede que referencia a la Segunda Guerra Mundial en la que combatió Kaneto. Todo esto sumado da una radiografía desgarradoramente pesimista de la Condición Humana.

Sorprende y mucho el tratamiento que Kaneto da al sexo como algo tan vital como el obtener alimento, ello expuesto en toda su crudeza, donde las personas se llegan a comportar como cuasi-animales, vemos a las mujeres dormir semi desnudas (muy rompedor esto para su tiempo, además de parecerme esto desconcertantemente gratuito),... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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