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Cinco metros cuadrados

Drama Álex y Virginia compran un piso, sobre plano, en las afueras de una gran ciudad porque no pueden permitirse grandes lujos. Con sus ahorros pagan la entrada y aceptan una hipoteca a 40 años. Cuando sólo faltan unos meses para la entrega de la vivienda, el edificio aún está sin terminar. Un día, inesperadamente, precintan la zona y paran las obras. Los compradores forman una plataforma de protesta y denuncian a la constructora. Así es ... [+]
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Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
12 de noviembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho estaban tardando en tocar uno de los temas más polémicos y controvertidos de la actual e infecta sociedad española, y ahora que lo han hecho y con la clase con la que lo han hecho, me apetecía escribir.

La película carece de efectismos, algo que engrandece la idea en la que se mueve debido a sus interpretaciones, destacando la de Fernando Tejero. El desarrollo de su personaje es, probablemente, lo mejor de la cinta, y su interpretación (si es que se le puede llamar así), sensacional. Tejero se encarga de humanizar mediante un guión lleno de sátira al prototipo de personaje llano y vulgar convertido en héroe para el espectador porque no se conforma con lo que un sistema lleno de resquicios le ofrece.

La historia circula en busca de una DIGNIDAD HUMANA, alimentada por los impulsos del amor y el NO conformismo. Mientras que una serie de elementos contentan a personajes para caer en ese conformismo el protagonista, y el pulso de su orgullo, hacen en el espectador que una fuerte alarma social salte y arrase con las causas personales de cada uno de nosotros.

El estilo recuerda al mejor cine de Berlanga (con soberbios planos secuencia donde los actores se desenvuelven con naturalidad), pero, y he aquí mi pero, que va directamente al director Max Lemcke: ¿Por qué en ciertos momentos, yo como espectador estoy en medio de un asombro interpretativo por parte de los actores, y no puedo ver ciertas reacciones que estoy deseando ver? Si bien es cierto que en el cine hay que procurar evitar el derroche de planos mientras estés contando una y otra vez lo mismo en esencia, también para mí, hay que saber que si se tiene la suerte de contar con unos personajes con los que el público simpatiza, ¿por qué no llevarnos hasta sus emociones para sentirnos más cerca de ellos, con planos más cerrados? En el spoiler hablaré de esto último.

Creo sinceramente que todo el mundo debería de ver esta película, con guión, dirección y una fuerza narrativa más potente de las que se han hecho últimamente. Pero si de verdad hay una razón, esa es Fernando Tejero, que siente y padece ese guión, la dirección y esa fuerza narrativa. Su interpretación lo consolida como actor de múltiples registros, y lo encabeza como favorito para los próximos Goya. ENHORABUENA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Aguado
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4 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Max Lemcke, su director, aborda el tema de la vivienda, la especulación y el engaño, con buena dosis de empatía hacia el conflicto inmobiliario, generado en los últimos años.

Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutiérrez Caba, dan cobertura a una historia costumbrista, actualizada, dura; en la que obviamos los evidentes fallos narrativos, dada la profundidad del drama abordado con notable seriedad.

Soluciones extremas, que aunque poco creíbles, confortan finalmente a un espectador, que si no ha sufrido parecida situación, no le resulta ajena.

Un 6
LEUGIM
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24 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Tejero cada día es mejor actor. Nació bueno, y morirá mejor. El es el protagonista absoluto de este dramón sobre las estafas de las constructoras en nuestro pais. Buenisimo el comienzo, en los créditos, con los grandes edificios y rascacielos de Benidorm. Esta película te proporciona auténticos momentos de dramatismo, aderezado con algunas gotas de humor negro muy bien dosificadas. Y provoca sensaciones, que es lo interesante del cine. Sensación de impotencia antes esos hijos de puta jugando al paddel. En sus grandes casas adquiridas gracias a la estafa a humildes trabajadores. Que HIJOS DE PUTA. Y que final. Bueno, un final quizá discutible. Quizá un poco increible, aunque dentro de los limites de lo creible. Lo entenderéis cuando la veáis. Eso si, si el guión fuera mío, todo esto habría acabado como el rosario de la aurora...ríete de la novia de REC 3.
Hansolo
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9 de abril de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Álex y Virginia, Fernando Tejero y Malena Alterio, representan la pareja de españolitos de clase trabajadora en busca de una vida digna. Sin lujos, simplemente digna. Y con una casa. Un piso propio, porque el carácter español es propenso a la propiedad, no quiere vivir de prestado ni de alquileres. También forma parte de la idiosincrasia nacional el 'ya lo haré mañana', el 'ojos que no ven, corazón que no siente', el engaño y el autoengaño. Y de ahí a la estafa hay solo un paso. Álex y Virginia reciben la presión de una sociedad que los obliga a formar su propia familia bajo sus cuatro paredes. Pero los pobres son engañados por la constructora y por esas gentes que van al trabajo con esmoquin, con su coche caro tras dejar su mansión de lujo.

Siempre pringan los mismos. En la realidad y en el cine, porque Cinco metros cuadrados recuerda a las penurias de los seres de El pisito por tener un techo bajo el que refugiarse del frío madrileño. La misma situación que vivían Emilio y Belén, de nuevo Tejero y Alterio, en la serie Aquí no hay quien viva, obligados a mantener sus escarceos amorosos en el escaso espacio de una portería bajo la atenta mirada del padre de él. En el film de Cinco metros cuadrados hay una escena similar pero a la inversa, nada cómica, todo drama: el monólogo de un suegro que invita a su yerno a buscarse la vida y a saldar una deuda económica. Pero Álex, el protagonista, solo pide dignidad. Lo mismo que imploraban los personajes del gran Berlanga. Porque al final todo es una cuestión de cantidad: los novios discuten si poner uno o medio bogavante en el menú de su boda, si renunciar a unos cuantos metros cuadrados y acatar el chanchullo que les proponen sus estafadores. O todavía mejor: lo que simboliza ese plato y esos metros cuadrados.

De forma austera pero certera, Cinco metros cuadrados logra una sensación de claustrofobia notable, encajonando a los personajes en unos escenarios que los oprimen. El guión en boca de los actores discurre de forma natural, como si fueran víctimas de una estafa auténtica y sus palabras fueran la sentida crónica de una realidad social. El director hace que su película no funcione solamente como oportunista ficción sobre la crisis: habla de muchas más cosas y la historia no perderá vigencia cuando la burbuja vuelva a estabilizarse. Un final precipitado y excesivamente peliculero pone en peligro los endamiajes de esta historia de obras paradas, pero en líneas generales se agradece la sencillez y la sinceridad de una historia que no suena a nuevo. Sería un error creer que el periplo de Álex y Virginia termina allí donde acaba la película. La lucha sigue, y la vivienda será irremediablemente el epicentro de otras tantas historias que nos volverán a recordar lo mejor y lo peor de nosotros.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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11 de noviembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Remón en la escritura y Max Lemcke en la realización vuelven a ir de la mano en este tercer largo del director. Tras un modesto resultado que no estaba a la altura del solvente reparto en "Casual Day", ahora a la tercera va la vencida. En esta ocasión gracias fundamentalmente a un guión fresco y ágil que sabe combinar tres estilos en uno (drama, denuncia social y toque de thriller), fluyendo allá donde parecía empantanarse su antecesora.

La película es por una parte un drama que mezcla la tragedia personal de sus protagonistas, Álex y Virginia interpretados por Fernando Tejero y Malena Alterio con una naturalidad que hace que los espectadores respiren la desesperación a la que llegan, y la denuncia social que nos resume la especulación, corrupción inmobiliaria, tejemanejes políticos, judiciales y burocráticos de fondo, acercándola a los principales perjudicados -las personas que ven cómo se juega con sus sueños, su dinero y su vida- resultando tan demoledora que llega a ser otro motivo más de indignación en los tiempos que corren.

Por otro lado, tenemos un componente algo atenuado pero bastante sutil de thriller -thriller urbanístico me atrevería yo a bautizar-, sobre todo en este caso además de mérito del guión, de la planificación de dirección, del ritmo en las secuencias así como de las composiciones de plano (lograda toma por ejemplo esa de dos de los personajes clave subiendo a contraluz en el atardecer las escaleras de la obra). De ese modo se crea tensión ante la situación de un protagonista convertido en una olla a presión al que la acumulación de circunstancias sobrevenidas de modo hábilmente dosificado -sin prisa pero sin pausa-, van dejando sin salida, apuntando a una resolución que se prevé con fuerza y mantiene la expectación y en cierto modo la intriga.

Reseñables son las aportaciones de Manuel Morón y Emilio Gutiérrez Caba, cuyos personajes llegan a ser realmente odiosos -tal cual requiere su papel-, convirtiendo la historia en su relación con Álex en un sarcasmo tan irónico como cruel por su reflejo de una realidad que también está ahí en nuestra sociedad de hoy.

El final podría verse de modo ambiguo, me gusta creer que posiblemente buscado así adrede, y eso le dota en mi opinión de mayor originalidad, pues puede interpretarse como desenlace de un futuro feliz, o como desenlace impregnado de ese mismo cruel sarcasmo que también invade el filme en su última parte (* ver spoiler).

Probablemente la historia parezca llevada al límite, algo más allá de lo creíble, pero también muchas vidas reales son y están siendo llevadas al límite, tan al límite que muchas veces a uno quizás Álex llegue a parecerle más héroe que antihéroe. Esa será nuestra cuestión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro
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