Otra ronda

Sensacional película del gran Vinterberg, un director que nunca defrauda. Otro aspecto a destacar es la gran actuación de Mads Mikkelsen, que hace un papel brillante.
La película te va envolviendo en su propio mundo hasta crear una nueva existencia muy bien llevada por el director.
De lo mejor del año sin dudar a dudas.

Un buen día, a un psiquiatra llamado Finn Skårderud se le ocurrió la fantástica idea que el ser humano nace con un déficit de alcohol en sangre del 0’05 y que llenando esta ausencia con un par de copas de vino todo era mejor. Uno se vuelve más relajado, más confiado, seguro, creativo y menos preocupado, y si consigues mantenerte en esta línea delgada, popularmente conocida como “el puntillo”, uno conseguirá mejorar en todos los aspectos de su vida, siendo la mejor versión de sí mismo.

Poco tiempo le faltó al genial director danés Thomas Vinterberg para usar ésta descarada idea, coescribirla junto a su aliado Tobias Lindholm, y así ponerla a prueba en su nueva película, “Druk”, donde cuatro amigos y profesores de instituto, en crisis de madurez, con vidas monótonas y aburridas, y con problemas de confianza, se deciden a poner en práctica dicha “teoría” a modo de experimento sociológico con deseos de mejorar sus infelices vidas.

Siendo un delicado drama, Vinterberg enmascara la tristeza de sus protagonistas en una comedia simpática con la que seguimos con gracia las aventuras y desventuras de los protagonistas, en las que se reflejan ciertos problemas sociales de Dinamarca y de la Europa actual. Protagonizada por el magistral Mads Mikkelsen que acompaña una vez más al director, junto a sus tres mosqueteros, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe, donde todos y cada uno de ellos nos conquistan con sus actuaciones creíbles y cercanas, haciéndose un cuarteto digno merecedor y ganador del premio "ex aequo" del pasado Festival de Cine de San Sebastián. Y mención aparte a la maravillosa escena de baile de Mikkelsen, al son de “What a life” de Scarlet Pleasure, con la que no podíamos cerrar la cinta de mejor manera.

Una muy notable tragicomedia, embriagadora y compleja a la vez que equilibrada. Una evasión de la realidad mediante la borrachera donde se hace casi imposible no rendirse a sus encantos. Siendo consciente de sus arenas movedizas, y mucho más triste de lo que parece, dejando claro que el alcohol no es ninguna broma. Pero que posee la belleza suficiente como para ser divertidamente disfrutada. Así que yo, alzo mi copa y brindo por “Druk”, la que es por ahora una de las películas del año.

El agotamiento de ideas en el cine de cualquier latitud, hace que la película de Thomas Vinterberg adquiera un protagonismo exagerado, según mi discutible opinión y criterio.

Mads Mikkelsen, compone un personaje enérgico y valioso para la historia; es por ello que durante un tiempo nos identificamos con estos tipos que beben como una especie de recurso profesional potenciador... al menos así lo consideran ellos; para concluir adoptando el típico discurso acomodaticio y simplón.

Lo que podríamos considerar entretenimiento novedoso, se resuelve a medida que avanza con escaso brío, entramado precario y argumento manoseado en exceso.

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Mi crítica no es al film, simple, pretencioso y sin nada que decir sino insinuar cuatro tópicos acerca de la vida, de las expectativas no cumplidas, de los efectos del alcohol o de las relaciones personales; por cierto sólo enunciadas y nunca descritas nada mas que en la superficie. Mi crítica es a los críticos, festivales, aficionados de esta misma página etc. etc. El naufragio de una sociedad, sin referencias, conocimientos y desarrollo del pensamiento, que llega a creer que este subproducto tiene algo que ver con el gran cine nórdico como Dreyer o Bergman o simplemente con el cine de calidad. Claro que como dice alguien en esta misma página uno viene de ver alcohólicos en films como "The lost weekend" o "Days of Wine and Roses" o el genial mano a mano entre Burl Ives y Paul Newman en la obra de Tennessee Wylliams.
Por cierto, la cena en la que se presume de conocimiento de vinos es penosa por su incuria, más allá de la publicidad a un cava español.
Lo siento pero en este film no se produce el "clik", ni se le espera.

Para mi la mejor película sin discusión proyectada en la sección oficial del Festival de San Sebastián, que solo consiguió el premio al mejor actor o actores porque se lo dieron a los cuatro Mads Mikkelsen, Thomas Do Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe. 

Con mucho ingenio el director Thomas Vinterberg consigue frivolizar el consumo de bebidas diciendo que el cuerpo necesita diariamente un 0,5 de alcohol en sangre para estar más desinhibido despejando más la mente y así poder rendir mejor en le trabajo. Cuatro profesores que dan clases aburridas comienzan a hacerlo en plan de broma y la cosa funciona, pero claro todo se desmadra....

Los cuatro protagonistas metidos de lleno en la crisis de los cuarenta en un país como Dinamarca que tiene grandes problemas de alcoholismo, intentan rescatar su vida de la miseria con este juego inocente, una especie de experimento sencillo que alterara la percepción de la realidad en la que viven. Para ello proponen ciertas reglas...

Lo bueno es que con cierto toque de humor no se juzga los protagonistas, a pesar de sus continuas y bochornosas borracheras, dejando así que la lógica de los hechos la vaya descubriendo el espectador.

Mads Mikkelsen que ya había trabajado con Vinterberg en "La caza", encabeza el reparto seguido de Thomas Bo Larsen, al que conocía por la serie "La ruta del dinero". A los otros dos no los conocía, pero la verdad es que los cuatro consiguen unas interpretaciones memorables.

Una película estupenda que le auguro una buena carrera comercial distribuida en España por BTeam, y que se podrá ver en el primer trimestre de 2021.
Destino Arrakis.com