El nido vacío

No ha estado esta vez tan fino como en otras ocasiones el director argentino Daniel Burman. Lo que en sus anteriores películas resultaba inteligente y ligero, aquí resulta más torpe y pesado.
En sus anteriores películas Burman trataba temas que afectaban a personajes de su generación. En El nido vacío, en cambio, se centra en los problemas que, en el día a día, debe superar una pareja, cuando después de muchos años viviendo para sus hijos, se encuentran solos en casa, y ven que pasado ese tiempo son casi dos desconocidos.
Daniel Burman utiliza un tono de comedia, supuestamente inteligente y algo desencantada, para contarnos una historia llena de lugares comunes y homenajes encubiertos (o no tanto) al cine de Woody Allen. Ya desde la primera secuencia, durante la cena del restaurante, queda bastante claro por donde van a ir los tiros en El nido vacío. Y esta secuencia es además un claro ejemplo de lo que no funciona en esta película.
La pareja protagonista de El nido vacío son un escritor al que no le gusta el mundo de la literatura, ni el ambiente social en el que se mueve, y su esposa, una mujer hastiada que decide recuperar la ilusión volviendo a la universidad, ante el escaso entusiasmo de su marido.
Es difícil sentir simpatía por el protagonista. Su carácter y sus circunstancias hacen de él un hombre pedante, obligado por el guión a recitar diálogos sin parar, que no ayudan a entenderle mejor. A su lado la positividad del personaje de sus mujer queda en un segundo plano. Quizás si el "duelo" de personajes hubiera sido más equitativo la película hubiera ganado en interés.
La pareja protagonista hace correctos trabajos, destacando como siempre la fuerza de la estupenda Cecilia Roth.
Puede ser que Daniel Burman hable de cosas que no conoce bien (cosa que no le ocurría en sus anteriores películas), pero lo cierto es que los problemas del protagonista, sus reflexiones y comportamiento, resultan más fruto del cálculo que de la naturalidad.

Daniel Burman prescinde de su habitual Daniel Hendler y nos regala su película más alleniana. Siempre ha estado cerca el de Buenos Aires del de Brooklyn pero en ésta su hasta la fecha última película se acerca tal vez hasta más allá de lo deseable. "El nido vacío" es un film inferior a sus, por pensar a corto plazo, dos trabajos anteriores y aunque mantiene cierto aire creativo reseñable el conjunto adolece de fuerza. No acaba de cuajar el loable tema o eje final de la historia, la cierta crisis matrimonial, la aventura con la dentista, la separación de los hijos (desaprovechada Inés Efron de imborrable recuerdo en "XXY") y lo que sí va tomando interés son esos toques cómicos puntuales ( y no me refiero a esos momentos musicales de dudoso acierto ). Y por si creíamos que en este trabajo nos libramos de la judaica, estabamos equivocados con su viajecito a Israel hacia el final de la película. Es interesante más por lo que pretende que por lo que consigue.

Ligera y facil de disfrutar. La actuación de Cecilia Roth es muy buena, le agrega un componente tanto visual como armonico al film. Nuevamente Daniel Burman a través de la historia nos brinda visiones diferentes de las cosas. El actor tiene algo que no me convence, sin embargo, no alcanza a dañar el buen trabajo.