Al este del oeste

1984 no sólo fue el año (al menos para la taquilla en España) de Freddy Krueger ni de Indiana, los Cazafantasmas, los Goonies ni Academias de Policia ni ocho cuartos. Es el año del primer western (bueno, el único) de Mariano Ozores y una de las colaboraciones individuales con Fernando Esteso -como lo serían siempre deahora en adelante- donde, digamos que la canción interpretada por el Esteso, compuesta por Mariano y el incombustible Gregorio García Segura, deja poco espacio a la intuición de lo que vas a encontrarte después, con una iguana quejándose de una calor "que te torras" y un buscavidas que odia el agua sin gas antes de combatir a los "gunmen que viven out of the ley" y de enamorarse de las mozas "que se tropieza in my way".
El relato se ha repetido hasta la saciedad -Terence Hill y Bud Spencer inclusive- con el vengador anónimo y errante que deberá defender al hospitalario pequeño pueblo de unos bandoleros que lo saquean continuamente.
Si en el final de 'Los Liantes' con Pajares jugando a ser Buffalo Bill te anticipaba que algún día Mariano coquetearía el género aquí hay un delirante clímax con tiroteo final también premonitorio con esa espectacular exhibición de artes marciales (¡qué patada, joder!) de cuya responsable me averguenza admitir que desconozco su nombre.
En lo tocante a Pilar Bardem tal vez sea el papel al servicio de Mariano Ozores en el que más y mejor la he visto desatar el histrionismo de cartoon característico en la mayoría de sus trabajos cómicos de los 90 en adelante.
Antonio Ozores y Juanito Navarro gozan, otra vez, de su propia buddy movie paralela, con Navarro mas tieso y contenido que de costumbre, por exigencias del guión, como el barman indio Black&Decker.

Comedia, parodia, esperpento ... con las cintas del Oeste como tema central.
Pero hay comedias y comedias bufas, y donde no hay mata no hay patata.
Sobre la base de un grupo de actores cómicos bien conocidos, se plantean una serie de situaciones disparatadas y chuscas cuya presunta gracia radica en los excesos que rozan en ocasiones la zafiedad.
Diálogos que remiten sistemáticamente a cuestiones de la época, publicidad, marcas comerciales, etc. Adobado todo con el destape del momento.
Los numerosos guiños al western en títulos de películas, personajes y actores clásicos no mejoran la cosa.
Gustará a los seguidores de los cómicos del elenco pero no a los aficionados al género cinematográfico por excelencia.