Haz click aquí para copiar la URL

Bienvenido, Míster Marshall

Comedia Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, que se dispone a ofrecer a los americanos un ... [+]
<< 1 2 3 4 10 18 >>
Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
30 de diciembre de 2007
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no tienen nada que ver la gran obra maestra de Berlanga con el inmortal film de Bogart, pero se trata de nuestra GRAN película patria.

Un fresco sobre un pueblecito cualquiera, rural, con su alcalde, su noble, su pregonero, su maestra, su cura, etc. Un gran retrato coral de ácidos ingredientes y mirada, en torno a las ilusiones y al revuelo -canción de bienvenida incluída- que se provoca en un tranquilo paraje campestre ante la inminente llegada de unos ultramares trasuntos de los Reyes Magos a una España de posguerra en la que su gente se las apañaba como buenamente podía. Una gente de un pueblecito, Villar Del Río, devenida de repente en una "compañía teatral" en representación de un folklore admirado por exótico allende los mares. Inolvidables personajes, principalmente ese alcalde sordo inmortalizado por el magnífico Pepe Isbert, a la cabeza tanto del pueblo como de la película en sí misma. La parte de los sueños de los habitantes del pueblo, de lo más hilarante (ver SPOILER).

Apuntar que se rodó en la localización real de Guadalix de la Sierra, localidad famosa hoy en día por el dudoso honor de ser escenario de esa maniquea y nauseabunda reunión televisada de vagos, cumbre de la podredumbre televisiva, con irrisorias, patéticas y pretenciosas ínfulas científicas -pues es calificado de "experimento sociológico"- con una presentadora a la altura de sus bajísimas circunstancias. Penoso, realmente penoso y vomitivo que la audiencia apoye a fusilables espacios como éste.

Permítanme ponerme utópico: ¡Hagamos frente a esta pestilente programación, apagando la tele, poniendo DVDs o poniendo espacios de calidad! Ojalá que la audiencia les bajara tanto que tuvieran que quitarlos sin remedio de la enfermiza programación.

Como diría, a buen seguro, Leónidas sobre el tema: ¡¡¡ESPARTANOS!!! ¡Que nuestros mandos a distancia sirvan no de báculo de apoyo a la basura, sino de lanza para atravesarla!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de febrero de 2007
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magistral largometraje con actores en su mayoría secundarios de otras muchas películas, Manolo Morán y José Isbert, que en este clásico del Gran García Berlanga se convierten en los principales artífices de esta comedia que pasará a la historia no sólo por su famosa canción de “americanos”, si no la visión de un pueblo español a expensas de los grandes americanos con sus dólares y la fantasías de unos ciudadanos que en horas de penuria todos ayudan, desde el más reticente al más confiado.
Sueños frustrados en la noche mágica que pudo ser la de Reyes y se convirtió en trago amargo.
Lo mejor de film, aparte de la excelente actuación de los dos protagonistas, son los sueños que cada uno elabora en la intimidad de la noche, desde el más picante, el de la profesora, siendo un quiebro a la censura, hasta el más gracioso y recordado, el del Pepe Isbert en el Oeste.
Grandiosa película que ofrece la visión del sueño de todo un pueblo y la colaboración del mismo en la adversidad, pueblos que por suerte o desgracia ya no existen.

PD: Obra maestra del Cine Español
max
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de agosto de 2010
20 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que acaba con un "colorín colorado este cuento se ha acabado" no puede caer mal, esa tradicional y simpática coletilla final venida de la voz de Fernando Rey explica mucho de lo que hay detrás. Se considera una obra mayor del cine español, yo no diría tanto desde luego, aunque los méritos que tiene ya han quedado constatados por muchísimos otros. Yo destaco que en menos de 80 minutos Berlanga explica lo que otros explicarían hoy mismo en el doble de tiempo. Pero sobre todo me impresiona la manera de saltarse la censura de la época, ese medio camino entre el drama y la comedia significa pasar desapercibido y hacer posible la crítica monumental a una situación vivida entonces bajo mandato de aquel horrible y despreciable dictador. Me encanta también la voz en off pincelando los rasgos destacables de la idiosincrasia del pueblo, recurso fácil para la mayoría, para mí le da un sentido a la narración que complementa perfectamente con el resto.

Debía verla por coherencia, porque forma parte de la historia del cine, pero los gustos personales son los que son y escenas como la del sueño en el oeste yanki puede que entonces fuera genial, 50 años después me parece todo lo contrario. Los actores sí que se salen, Isbert, Manolo Morán, los secundarios... ¿qué decir de la música?, no creo que haya nadie que no conozca la canción de bienvenida. El tono de simpatía general es con lo que me quedo, por encima del drama, como si fuera un censor falangista, bobo e idiotizado, me la acaban de meter y ni me he dado cuenta. Berlanga aún se está riendo, me lo imagino y me encanta.
Luisito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2012
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que mucha gente se ha reído (yo misma) con «¡Bienvenido, Míster Marshall!», pero ¿alguien ha llorado? Porque yo lo he hecho, y quiero pensar que no soy la única.

Vistos algunos comentarios, tal parece que los censores de la época eran idiotas perdidos y se tragaron toda una película sin enterarse de nada. A mi esta postura me parece un poco pretenciosa, la verdad. Es muy fácil interpretar los acontecimientos a través del tamiz de los años, pero dudo mucho que en 1953 Berlanga y compañía tuvieran mucha idea de lo que iba a ser «¡Bienvenido, Míster Marshall!».

Que otros se queden, si lo desean, con las banderitas en el arroyo o los supuestos simbolismos del «ozú» de Lolita Sevilla. Y que se den golpes orgullosos en el pecho pensando en la crítica política que subyace a la recreación de este pueblo llamado Villar del Río (que no Del Campo).

Yo lo que veo en «¡Bienvenido, Míster Marshall!» es un retrato precioso, enternecedor y amargo de los sueños perdidos y las esperanzas derrumbadas, no de un país, no de una sociedad, sino del ser humano. De este ser humano de campo, a quien no se le ha arrebatado la inocencia ni la humildad, lo suficientemente ingenuo para soñar y reírse de sus sueños, y aceptar la derrota con la misma dignidad que la victoria. Hombres y mujeres muy alejados de las ideologías de los libros, de los tejemanejes políticos, ambiciones europeas y críticas cinematográficas. Personas cuyo mayor deseo es una tableta de chocolate o unos prismáticos de colores. Yo lloro por ellos, y lloro por mi: porque todos, absolutamente todos, hemos sentido esa sensación de vacío cuando los sueños se destrozan

Es más, puede que estas gentes sean analfabetas y no sepan nada de lo que hay más allá de su pequeña tierra, pero ¿acaso debemos sentirnos avergonzados por don Pablo, la maestra Eloísa, o el campesino Juan, que sólo quiere que su hijo no llore por las noches? ¿Es que nosotros somos mejores que ellos? Yo siento admiración por su grandeza en la sencillez; y, al mismo tiempo, una inmensa pena por su pobreza, una de las grandes vergüenzas de la humanidad. Ellos, sin embargo, seguirán soñando, siempre soñando sin un reproche. ¿Es o no es para llorar?

Totalmente vigente, universal, humana. Imprescindible.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de mayo de 2012
28 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el espectador no ha vivido en España en los años cincuenta del siglo pasado, no podrá apreciar en esta película más que una comedieta simplona. Comedieta a la que al final se le ha querido adosar una moraleja mediante una voz que ensalza la abnegación y bondad del pueblo llano.

Si, por el contrario, el espectador sí vivió de niño en aquellos años, sonreirá recordando a Pepe Isbert y Manolo Morán. También tareará la cancioncilla de "¡Americanos, os recibimos con alegría! Pero, por desgracia, se aburrirá con tanta voz en off y con tantos sueños tontos e interminables que se filman en los dormitorios de los personajes principales.

Visionada en 2012 no da para más. Todo esa aureola de película audaz que bordea la censura resulta completamente difuminada. La historia no es más que un cuento con personajes acartonados que podría haberse rodado en cualquier época y en cualquier otro pueblo del mundo. Nada queda en ella que refleje situaciones humanas o sociales capaces de interesarnos.
Espectador ingenuo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 18 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow