This Is England

La película en su primera hora de historia se nos muestra fluida y entretenida. Nos relata las diferentes aventuras que el personaje de Shaun esta viviendo. La película sucede de tal forma que te sientes atraído y te distraes del tiempo transcurrido, integrándote con la historia de los personajes y manteniéndote únicamente como un espectador que esta asistiendo a una simple historia de un chico que quiere cambiar. El problema ocurre cuando la historia gira, debido a los acontecimientos, a la moralina que casi todas las películas británicas nos tratan de meter con calzador en los últimos 15 años. De repente te encuentras con unos personajes que habían tenido una serie de conflictos, tanto externos como internos, con los cuales eran capaces de mantenerte enganchado, a pasar a unos personajes que se ven que están en medio de una espiral de violencia y odio en la cual se han sumergido ellos solos. Provocando así que la película se haga lenta y tediosa.

El problema no esta en que se cuenta, sino como se cuenta. La historia es inevitable que se acabe resolviendo, pero la dolencia del film esta en el hecho de que Shane Meadows no encuentra la forma de mantener el ritmo y la tensión que ha ido acumulando la película hasta ese momento, porque al tratar de sumarle la cuestión de que nos quiere transmitir un mensaje produce que la película sea cargante y se ralentice el ritmo que había mantenido atraído al espectador. Nos lleva hasta a la conclusión de la película dejándonos claro el mensaje que nos quiere transmitir, gracias a una escena final cargada de contenido y significado (que la dejo para interpretar por el publico), pero el camino final que ha recorrido se nos ha hecho largo, y puede que para el publico más exigente hasta aburrido (como fue mi caso).

La historia que cuenta la película hace que sea interesante y en un principio entretenida. Pero el hecho de que su tramo final se nos haga tan cargante y pesado debido a la contención de un mensaje moralizante, puede provocar la sensación en el espectador de que la película nos haya sabido a poco.

Un final sobrecogedor, más aún si el tema de la banda sonora, que acompaña a Shaun en la última escena hubiese sido el original de los Smiths.
El pequeño llega al mismo sitio donde antes se escondía del resto cuando se sentía excluido, una barca abandonada en la orilla. Con una pequeña diferencia: ahora ya no es un niño y es su mirada lo dice todo en la última toma tras tirar la bandera al mar. Una bandera que le hizo sentirse uno más entre todos los skinheads, pero que ahora rechaza porque eso también duele. Ni hay buenos, ni hay malos. Todos están atados por sus prejuicios. Nadie se libra de ellos, ni tan siquiera Milk.

La fotografía es muy interesante, al igual que la banda sonora, que acompaña perfectamente al relato en todo momento.

Shaun ha aprendido más de lo que debía en unas semanas. La inocencia, la vulnerabilidad, los prejuicios, la soledad y, los pros y los contras de lo que significa el individualismo y el concepto de comunidad o pertenencia a un determinado grupo o colectivo son algunas de las cosas de las que habla esta película.