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España España · Barcelona
Críticas de GCasalsLeon
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
9
20 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no te gustan las películas que tienen muchos giros argumentales, que te llevan de un lado a otro, te sacuden y al final te sueltan para ver como te has quedado, no veas esta película.

Una película que no te va a dejar indiferente. Una película del estilo del Nolan del principio (Memento) o incluso con matices del buen Burton del Siglo XXI (Big Fish).

Nemo Nobody es el único mortal en el año 2092. Mientras el resto de la especie, todos inmortales, espera la muerte del anciano de 118 años, un periodista consigue la más preciada de las entrevistas. Él, y solo él, va a poder estar con Nobody en lo que se antoja como su último día de vida.

A través de esa charla, el viejo nos traslada a su juventud. Nos traslada a la decisión de su vida: Nemo en una estación de tren debe decidir si irse con su madre a la gran ciudad o quedarse con su padre. A partir de ahí, la película o quizás Nobody, juega con las posibles vidas que podría haber tenido. ¿Qué es real y que no?

¿Con qué chica escogió pasar el resto de su vida? ¿Tuvo hijos? ¿Cuántos? ¿De qué forma murió? Y si murió, ¿cómo puede estar contando ahora su historia?

El peso principal de la película recae en un espléndido Jared Leto, que se mete de lleno en el papel de Nemo Nobody. El resultado es espectacular, y le hace ganar muchos enteros como actor. Llega a hacer hasta siete papeles diferentes y brilla en todos; a destacar, su papel de anciano, que no puede quedar tapado por el maquillaje que lleva encima. Claro está, que en la película Leto eclipsa a todo el resto, haciendo de los papeles de Kruger, Ifans o Polley, papeles insulsos. Sin contenido ni valor en la película.

La película es Leto y el guión. Un guión cuidado hasta el detalle. Van Doarmel tardó siete años en tenerlo a punto. Pero la película tiene muchos “pero”.

¿Quién no ha pensado qué falta algo por contar? Qué en todos esos saltos, y esa brillantez de imágenes, falta alguna cosa.

A mitad de la película se oye una frase. “La mayoría del tiempo no pasaba nada. Como una película francesa”. Y me da la sensación que Van Doarmel le pasó un poco eso, construyendo el guión se perdió por medio; y empezó a poner escenas visualmente impactantes, pero de contenido vacías.

Es una película que me hace sonreír; no es que ría a carcajadas como me pasaría con alguna comedia, simplemente me hace sonreír. Van Doarmel ha conseguido darle el toque especial a este film, para con una simple escena crear una cantidad de sensaciones brutales.

Consigue llevarte a su mundo, y eso es algo bueno. O no. Te lleva ahí dentro, y sabe que ahí manda él. Son sus normas y tú las vas a acatar, porqué no te queda otra. Eres un títere en sus manos, puede no contarte nada especial pero te va a hacer sentir especial. Esa es la grandeza de la película. Claro que a la vez es lo malo. Porqué pasado un tiempo, ¿qué nos queda? Nos quedan preguntas.

¿Le quedaba grande el guión? ¿Intentó hacer demasiado con tan poco? ¿Juntar el Big Bang, las dimensiones espacio-temporales, el efecto mariposa ("¿Has oído hablar de el efecto mariposa?") y la teoría de cuerdas, es quizás demasiada ambición?

Tengo muy claro que es una película de culto, que pasará a la historia como tal. Habrá quien la considere pésima, pesada, aburrida y un sin sentido; y habrá quien sea defensor radical, que será fan declarado. Que quizás le cegará la emoción y no querrá ver los fallos de guión. La considerarás mala o una obra maestra; difícilmente tendrás un término medio. Yo me acerco mucho más a la segunda, pese a que no creo que llegue al nivel de masterpiece.

Me quedará grabada en la memoria la explicación de las nueve dimensiones espaciales y la única temporal. Con su único sentido, siempre adelante. No puedes volver atrás. “Mientras no elijas todo sigue siendo posible”.

Pese a que el peso de la película, como ya he dicho más arriba recae en Leto, este se ve secundado por una banda sonora de mucho nivel (hecha por el hermano de Van Doarmel) y por unas imágenes fascinantes.

¿Podría llegar a existir un Big Crunch? "Why does cigarette smoke never go back into the cigarette?"

Las vías del tren, con sus cruces, es una clara metáfora de todas las vidas de Nemo Nobody. Son todas las posibles vidas que puede llegar a vivir. ¿O ya las ha vivido? ¿Y si sólo existimos en la imaginación de un niño de nueve años? Ha salido Nemo de esa estación, ¿o aún está escogiendo a qué padre quiere seguir?
GCasalsLeon
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9
20 de noviembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que la mezcla 3D, Scorsese y animación, me hizo temer lo peor. Pero lo cierto es que bajo la apariencia de un cine de animación y con un toque infantil, Scorsese esconde su enésima (y quizás la mejor) declaración de amor al cine.

Huérfano, relojero y ladrón, Hugo vive entre los muros de la Gare Montparnasse parisiana de los años treinta. Si quiere sobrevivir, nadie debe saber de su existencia.
Sin embargo un día tiene un descuido y es descubierto por una excéntrica chica, amante de los libros, y por un viejo y amargado juguetero. Y ya nada será como antes.
Un críptico dibujo, un valioso cuaderno de notas, una llave robada, un autómata y un mensaje oculto del difunto padre de Hugo son algunas de las claves de un intrincado misterio.

La película está basada en el libro escrito e ilustrado por Brian Selznik. Él mismo cuenta que tras leer Edison's Eve: A Magical History of the Quest for Mechanical Life de Gary Wood, que narra la historia de unos complejos autómatas de cuerda que fueron donados a un museo de Paris. Tras ser dejados en un ático de la capital francesa, se tiraron a la basura. "Imaginé a un niño encontrándolos y jugando con ellos. En ese momento, nació Hugo Cabret y su historia".

Hacía tiempo que Martin Scorsese quería probar suerte con el 3D; tanto es así que tras Infiltrados iba a rodar esta película. En un principio, su idea era incluir el 3D una vez rodada la película, en la sala de montaje; pero cuando empezó a trabajar con el guión vió claro que iba a filmar toda la película en 3D. Tras un curso acelerado de dos semanas con James Cameron y su equipo, Scorsese se puso manos a la obra.

En Hugo, Martin juega con el 3D, no tanto para crear efectos visuales gratuitos (como hemos visto en otras películas del formato) sino para conseguir planos imposibles. ¿El resultado? Segun James Cameron, una obra maestra.

Pese a que la película consta de una primera parte correcta, es a raiz de la aparición de Georges (Ben Kingsley) donde la película cobra sentido. El que a priori parecía el protagonista, el autómata, deja paso al viejo juguetero que es el verdadero protagonista de la película.

Hugo, junto a la niña que tiene a cargo el viejo Georges y su mujer, son solo el hilo conductor. El vehículo que, poco a poco, nos cuenta la historia de Georges Méliès: el primer gran cineasta.

De los tres nombres principales (Asa Butterfield, Ben Kingsley y Sacha Baron Cohen) me sobra uno. El teoricamente polémico actor (Ali G, entre otras) hace de Inspector Gustov, el guardia de la estación. Un papel que le viene grande y que hace empequeñecer a la película, dándole un toque cómico-patético. Caso opuesto son Butterfield y Kingsley; el primero es la sorpresa de la película con su interpretación de Hugo Cabret, papel que le ha abierto las puertas de Hollywood. El segundo es la confirmación de uno de los grandes actores de las últimas dos décadas; un actor que nunca decepciona. Martin ya trabajó con él en Shutter Island, tanto le gustó que decidió volver a contar con él. A parte, el semblante físico con Georges Méliès le avala.

Del resto de nombres, quiero quedarme con uno. Christopher Lee, cuentan que el veterano actor (90 años actualmente) le soltó a Scorsese: "Probablemente sea el actor vivo con más películas hechas, pero siempre pensé que mi carrera no estaría plena si no trabajaba al menos una vez para tí". Objetivo cumplido.

Lo cierto, volviendo al principio, y sin querer entrar en detalle en la sinopsis, La Invención de Hugo es una declaración de amor a algo que muchos amamos. El cine.

Scorsese nos traslada al principio de todo, a los hermanos Lumière y a Georges Méliès. Con Hugo colgado del reloj, nos envia un guiño a Harold Lloyd en El hombre mosca (1923). Nos cuenta la historia de un hombre (Méliès) que tocó la cima del cine y que tras la I Guerra Mundial montó una tienda de juguetes en la estación de Montparnasse.

La Invención de Hugo le valió a Scorsese para llevarse el Globo de Oro a mejor director; y la película recibió cinco Oscars artísticos (Fotografía, Efectos Visuales, Dirección Artística, ...). Pero tengo la sensación que a Martin poco le importaban los premios en esta ocasión. Que poco le importó que no arrasará en taquilla (183M de $, habiendo invertido 150M de $ en la película). Él, simplemente quería decirnos que adora esto, que ama este mundo en el que vive.

En ella vemos al Scorsese más personal, tanto le gusta la película que quiere hacer un cameo y todo. Se guarda un mini-papel como director artístico de Méliès. La historia de Georges Méliès es una de las muchas que esconde el cine, pero tiene algo especial. Fue una de las primeras. Y Martin le concedió su pequeño homenaje.

La Invención de Hugo es una película para cinéfilos. Para los que amamos esto. Una película que esconde muchos detalles, detalles que si conoces la historia del cine te fascinan. Hoy, hemos contado algunos, pero sin duda hay muchas más que no caben en este post.

Méliès fue el camino. Gracias a él, hoy, estamos aquí.
GCasalsLeon
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8
18 de noviembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de la película, tanto el original como el español, es un guiño a Casablanca. En la clásica película de Michael Curtiz, cuando el jefe de policía discute con sus oficiales sobre como empezar a investigar, responde: "¡Detengan a los sospechosos habituales!"

La historia de Sospechosos Habituales (1995) empieza el 1993, en el Festival de Sundance. Andaba Brian Singer celebrando el Premio del Jurado, y se topó con que Christopher McQuarrie ya tenía en mente otra idea. Cinco delincuentes que coincidían en una rueda de reconocimiento. A partir de ahí, se fue formando el resto del guión. Al cabo de un año McGuirre le presentaba el guión definitivo a Singer.

Sospechosos Habituales tiene un reparto de lujo. La élite (Pacino, De Niro, ...) rechazaron actuar en la película de Singer, debido a la poca fama del director. Así que los papeles principales corrieron a cargo de Gabriel Byrne, Chazz Palminteri y Kevin Spacey. Pollak, Baldwin o Benicio del Toro, son otros de los destacados. Claro está, que ellos en esa época no eran tan famosos como ahora, así que la película de Brian Singer supuso para algunos de ellos un salto a la fama.

La película te mantiene una hora y media en tensión. Todo empieza con una música tranquila, y Singer nos muestra el puerto de Los Angeles en una noche idónea; pero lo que vemos después ya es un cambio total. Dean Keaton (Gabriel Byrne) a punto de morir intenta hacer explotar el barco en el que se haya. Alguien se lo impide, y este alguien es un conocido de Keaton. Hablan durante un momento y el hombre de las sombras mientras se marcha prende una cerilla y quema el barco. ¿Alguien ha visto eso?

Dave Kujan (Chazz Palminteri) es el encargado de investigar las causas del incendio y la única fuente de investigación es Roger "Verbal" Kint (Kevin Spacey), el "tullido". Pero Kint, que goza de inmunidad y ha conseguido un buen trato con la policía, se remonta seis semanas atrás cuando coincidieron cinco sospechosos habituales en una rueda de reconocimiento.

La película, a partir de ese momento, pasa a ser un sinfín de flashbacks que nos llevan del presente (la sala de la comisaría) al pasado (la historia de los cinco sospechosos habituales). Kujan que lleva años investigando a Keaton lo único que tiene en mente es detenerle, así que solo espera que Kint le implique directamente.

Poco a poco, vamos descubriendo cómo son los cinco sospechosos habituales a través de la historia que nos cuenta Kevin Spacey desde la comisaria. Keaton (Byrne), Fenster (Benicio del Toro), McManus (Stephen Baldwin), Hockney (Kevin Pollak) y Kint, coincidieron seis semanas atrás en una rueda de reconocimiento, acusados sin pruebas y puestos en libertad después de pasar una noche entre rejas. En esa noche, se preparan para “un trabajo”. Todos ellos, sin saberlo, son simples marionetas de Keyser Sozé. Sozé los ha utilizado a todos, los ha unido y ahora les obliga a trabajar para él. Les asegura que si hacen el trabajo que les pide (no personalmente, sino a través de Kobayashi, su abogado), tendrán la libertad, y además pueden ganar 91M de $ a repartir entre los que sobrevivan. Pero, ¿quién es Keyser Sozé? Sozé es el diablo en persona. “Yo no creo en Dios, pero temo a Keyser Sozé”.

La película está contada a base de flashbacks. La conversación entre Kint y Kujan en la comisaria es el punto de partida. Pero, de todo lo que cuenta Kint, ¿qué es real y qué no? Es imposible saberlo.

Kevin Spacey, ese mismo año, participó en Seven de David Fincher. Dos interpretaciones de un nivel altísimo, que confirman a Spacey como un gran actor. Lo curioso del caso, es que se llevó el Oscar a Mejor Actor de Reparto por Sospechosos Habituales. ¿A caso Kevin no es el protagonista del film?

La obra, que le valió la fama a Singer, está considerada una película de culto. Pese a su fracaso en cartelera, a la película le llegó el reconocimiento que merecía pasado un tiempo.

Un espectacular guión (que le valió el Oscar a Mejor Guión Original), con una más que aceptable dirección, y unas buenas actuaciones, brillando por encima de todos Kevin Spacey, en su papel del tullido.


"El mejor truco que inventó el diablo fue convencer al mundo de que no existía. Y así, desapareció."
GCasalsLeon
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9
18 de noviembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarantino reavivó el cine a finales de siglo, creo que ahí no puede haber discusión. Hoy toca hablar de lo bueno de Quentin. Quizás lo mejor. Hay muchos que la consideran la mejor obra de Tarantino. El más puro, el niño que se cabrea con la industria y decide romper los moldes. Era el año 1992 y trajo al mundo un regalo llamado Reservoir Dogs.

Apetecía hablar de esto. ¿Qué se esconde tras Reservoir Dogs? ¿Qué pasó realmente ahí? Bueno, allá vamos.

Tarantino empieza a maquinar el guión en su estancia en la prisión. Quentin fue encerrado por impago de multas. Cuándo sale de su breve temporada encarcelado, empieza a buscar gente interesada en un guión sobre un grupo de criminales que pretenden robar unas joyas.

Tras pasar por varias manos, y que todas obviasen esa joya, el guión cae a manos de Lawrence Bender (amigo de Tarantino) que vio la suficiente calidad en ese guión como para meter dinero, poco eso sí. No se equivocó.

Quentin Tarantino, que pretendía grabarla con 30.000 dólares y en 16mm, ahora dispone de casi un millón de dólares con la ayuda de Bender. La sorpresa llega cuándo Bender "lo mueve" y llega a gente como Monte Hellman o Harvey Keitel. Es este último el que más contento queda con el proyecto, y decide que, a parte de actuar en él, quiere coproducirlo. Contando el dinero de Keitel, el presupuesto de la película se queda en 1,3 millones de dólares.

Obviamente, ahora la película ya no es indie, pese a que siempre se habla de ella como una cinta independiente. Lejos queda de las grandes producciones de Hollywood, también es cierto.

Son once personajes, y algunos extras (la carrera de Buscemi por la calle y poco más). En una película que suma influencias de la cultura pulp y de películas como Atraco perfecto, de Kubrick; o Honor, plomo y sangre de John Woo, Quentin da ese plus que le ha hecho ser lo que es.

Ese extra que da Tarantino se hace latente en todo el film. Están Keitel y Buscemi, Madsen y Tim Roth, el ex-presidiario Eddie Bunker y la leyenda Lawrence Turney, y está Tarantino. Él y nosotros. Somos muchos pero estamos a gusto. Apaguen los móviles que empieza la película.

Y arranca la película y Tarantino se estrena a los ojos del gran público con un diálogo brutal sobre Like a virgin (ya lo contamos). Ahí con los saltos y cortes, en la conversación conocemos a los personajes. Sabemos, o al menos nos hacemos una idea de, cómo son. Están los ocho, siete hombres con nombre de color y Joe.

Después viene el fracaso de robo, el reclutamiento contado en flashbacks, la violencia, los diálogos, la música, y el desenlace.

Muchos han sido los que han acusado a Tarantino de plagiador alegando a la honkgonesa City on fire de Ringo Lam, pese a ello triunfó. Tarantino arrasó. Entró por la puerta grande a Hollywood, y ahora la marca Tarantino es reconocida a nivel mundial. Muchos premios, y sobretodo la crítica, le avalan.
GCasalsLeon
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7
18 de noviembre de 2012
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Cine indie inglés. Me pareció correcta, pero sin más.

Las películas de nazis/skins hay que hacerlas muy bien y no es el caso. Debe tener una calidad visual, un impacto en las escenas, cosas que no tiene la película.

No es una mala película pero esperaba más. Si buscas una película de nazis, mira antes American History X.
GCasalsLeon
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