Mamma mia!

Cuando en agosto de 2008 se estrenó esta película, parecía que los días de gloria de ABBA habían vuelto. La fui a ver cuatro días después de cumplir quince años, tras numerosas recomendaciones y bueno, me hacía gracia la idea de ver a Julie Walters, a quien conocía por interpretar a la señora Weasley en las películas de "Harry Potter", y a Stellan Skarsgård, a quien conocía por interpretar a Bill el botas en la saga "Piratas del Caribe", en una película musical. Me lo pasé genial viéndola. Es una película alegre que te llena de optimismo. En una situación de bajón, incluso podría ser terapéutica.
El reparto es atractivo y están muy bien elegidos los actores que interpretan a los tres posibles padres de Sophie. Meryl Streep también queda muy bien y lo mismo digo de Amanda Seyfried.
Sin duda, "Mamma Mia!" fue la película que marcó el verano de 2008 y una que recomendaría a todo aquel que necesitase un soplo de optimismo.

Que gran musical. ``¡Mamma Mia!´´ es un gran musical, apasionante y capaz de dejar a los espectadores con buen sabor de boca.
Con su complejidad técnica, su diseño brillante y sus buenos gags será un auténtico y divertido `pasatiempo´ cinematográfico.
El pilar que sostiene la producción es Meryl Streep (su participación en las películas es brillante), una actriz bastante buena que lucirá la película. Se ha sabido poner comedia y romance en el producto, de manera bastante compacta, lo que realza el argumento del filme y mejora la calidad del guión. Lo mejor, es que está bien proyectada y sabe independientemente de los pequeños fallos, entretener de manera correcta. Recomendable, muy recomendable y sobre todo es una película ligera y práctica, es decir, el espectador puede disfrutarla sin ningún problema. Eso sí, si no te gustan los romances y los musicales, no la veas.

¡Mamma Mia! es una película que, la vea cuando la vea, siempre consigue alegrarme. La verdad, es imposible no alegrarse visualizando esta película (a mí por lo menos es lo que me pasa). Personalmente, me llena de buenas sensaciones y me entran ganas de olvidarme de todo y acompañar a los personajes en sus espectaculares canciones y bailes.

El aspecto más destacado es, sin duda alguna, la música de ABBA. Hay canciones para absolutamente todos los momentos de la película. A mí me encantan todas las que aparecen en ella, pero sí que es verdad que si no eres una persona muy aficionada a este tipo de música, puede resultante bastante aburrida. A pesar de que hay canciones un poco más tristes, la mayoría de ellas son muy alegres y es prácticamente imposible no bailarlas, aunque sólo sea siguiendo el ritmo con los pies.

La historia de una joven que quiere averiguar quien es su padre y lo hace invitando a su boda a los 3 candidatos. Esta es la propuesta que nos hace su directora. A ritmo del grupo ABBA ya que la película se basa en la obra de teatro sustentadas por canciones del popular grupo sueco. La película funciona bien con ritmo y una simpática Amanda Seyfriend. Que hace mas ameno todo. Todo a la atenta mirada de una excepcional Meryl Streep. Acompañado por un elenco actores del que único que desentona es Pierce Brosnan no se personalmente que pinta en la película parece mas preocupado en acabar el film que en disfrutar. Si la directora le hubiera despedido a mitad de película nadie se hubiera dado cuenta de ello.

Estamos ante la versión llevada al cine del exitoso musical de ABBA. Tiene la película una dirección genial de Phyllida Lloyd, que le imprime a la película una frescura, alegría y colorido, que sólo por eso ya merece la pena verse. El guión de Catherine Johnson está muy bien construido, y tiene la cinta, claro está, la bonita música de Stig Anderson, Benny Andersson y Björn Ulvaeus. La fotografía preciosista de Haris Zambarloukos, la coreografía exultante, el vestuario luminoso y el dinamismo de la obra hacen el resto.
El reparto es de lujo con una Meryl Streep radiante y unos acompañantes de excepción con Pierce Brosnan (un poco flojo), Collin Firth (estupendo) y Stellan Skarsgård (muy bien). La joven está interpretada convincentemente por Amanda Seyfried, y están a gran nivel Christine Baranski y Dominic Cooper.
La he visto unas tres veces y siempre me divierte y me contagia la alegría desbordante de los actores y actrices (que parece que se lo pasan bomba en sus trabajos), la bonita música de ABBA, el colorido, una inolvidable y apabullante Meryl Streep saltando sobre las camas, y momentos de euforia desbordantes.
Es una obra incluso simple, con una trama sencilla, unos personajes límpidos, y probablemente, esa cándida simpleza es lo que la hace contagiosa.
Amigos, no esperéis ver la gran película, y si la veis, lo cual aconsejo, disponeos a pasar un rato divertido y alegre. Ya lo decía nuestro poeta José Hierro: “Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría/ no podrá morir nunca”.