Los cazafantasmas

Nueva York, tradicional emplazamiento para todo tipo de desgracias colectivas, sufre una masiva oleada de apariciones espectrales. Eso hace que un grupo de parasicólogos monten un chiringuito de caza y captura de seres del más allá. Sin embargo, el mayor enemigo de esos tipos no son los divertidos y no tan divertidos fantasmas que pululan por la ciudad, sino la gente que piensa que todo es en realidad un timo.

Esta película y otras películas por el estilo siguen una de las máximas de la industria cinematográfica: el entretenimiento. No todo es realismo y seriedad, de vez en cuando no viene mal buscar el humor en el mundo de lo imposible; desde luego como comedia vale más que muchas otras basadas en el culo, caca, pedo, pis. Tal vez no tenga un guión muy elaborado, pero tiene situaciones geniales como todo lo relacionado con el maestro de las llaves y la guardiana de la puerta.

En cuanto a los actores, tal vez Bill Murray esté algo pasado de vueltas; pero, al igual que el resto de actores, cumple a la perfección el cometido de su personaje (incluyendo un Harold Ramis que nunca ha destacado como actor).

Mención a parte merecen la fabulosa canción principal, y un extraordinario Rick Moranis.

Me considero parte de una generación en la que productos como Ghostbusters resultaron ser ideales para demostrarnos que el cine era una divertimento inteligente y emocionalmente lleno de vitalidad. Los populares cazafantasmas luchan, pero lo hacen con excelente sentido del humor; los cazafantasmas posan de grandes científicos, pero son torpes en sus maniobras; los cazafantasmas son cuatro hombres que sacuden el alma de una época y se quedan en el corazón de una generación para siempre.
Esta no es una película grandiosa, pero sí es un clásico, un clásico que no buscaba serlo, de ahí que tenga mayor mérito, porque cada vez que la miramos vemos los grandes actores que han sido Murray, Aykroyd, Ramis (que en paz descanse ahora), Ernie Hudson (luego famoso y premiado por Oz), y hasta el sin querer queriendo cómico Rick Moranis. Nada qué agregar a la siempre sensual Sigourney Weaver...
Es una película para una generación que siempre la tendrá como referente de lo que fue, de lo que dejó ser. Es cierto, cine así ya no se ve, para bien y para mal.

Los cazafantasmas de Ivan Reitman es una comedia de terror fantástico basado en un grupo de amigos científicos que deciden montar una empresa para dar caza a los fantasmas que aparecen en Nueva York. Dirigida con un ritmo activo y con un estilo que mezcla con mucha habilidad la comedia con el terror, es una obra atractiva por tener en su interior todos los componentes necesarios para sobrevivir el paso de los años y ser descubierta por nuevas generaciones, ya que su humor ingenioso, sus efectos y cómicas interpretaciones, además por supuesto de su banda sonora, cautivan al público para ser recordada como una de las cintas de entretenimiento familiar imprescindible de los 80.
La fotografía es alusiva y fantástica gracias a unas imágenes llamativas y vistosas que estimulan con sus lumínicos efectos su visionado, apasionando a todos los seguidores de los géneros ya que logran un espléndido trabajo repleto de detalles. La música es rítmica y excitante por tener una de las bandas sonoras más reconocibles de la historia del séptimo arte, dando espectáculo y cautivando a todos con sus sonidos. Los planos y movimientos de cámara consuman una labor estupenda mediante el uso de la cámara en mano, primeros y primerísimos planos, seguimiento, plano-contraplanos, panorámicos, reconocimiento, travellings, steadycam, detalles, avanti y retroceso que sacan lo mejor de las interpretaciones y la acción. Cabe señalar también, los efectos visuales y de sonidos competentes y asombrosos para su momento que añaden más atractivo al film si cabe.
Las actuaciones son carismáticas y auténticas. Como protagonistas Bill Murray está genuino y admirable en su línea habitual, Dan Aykroyd está irreprochable en su personaje inocente y Harold Ramis está adecuado añadiendo su toque peculiar al grupo, además son oportunos los acompañamientos de Sigourney Weaver, Ernie Hudson, Rick Moranis y William Atherton entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones estéticamente originales y bien trabajados en una espléndida labor que se recuerda y que junto con los magníficos decorados y exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por Dan Aykroyd, Harold Ramis y Rick Moranis, fue de lo más original en su momento y supo calar en toda clase de públicos por ser de esa clase de films comerciales que cautivan y dejan estupendas vibraciones tras su visionado, finalizando una obra indeleble, apasionante e hilarante que después de tantos años sigue pegando al público al televisor cuando la echan por la tele. Esto se lleva a cabo con una narrativa expresiva y sugerente que gracias a unos comentarios disparatados y unos diálogos ingeniosos y ocurrentes sacaran las risas de toda clase de públicos. Cabe señalar también, el montaje seguido y acompasado que mete buena historia y entretenimiento en algo más de 100 minutos que pasan en un santiamén.
En definitiva, la considero una obra inolvidable y esencial dentro de las comedias de terror y de los films comerciales de los 80 que supo cautivar a todos aquellos que visionaron el film y que lo han vuelto a ver en posteriores ocasiones, ya que entretiene y divierte, y además tiene la chispa necesaria para sobrevivir con estilo el paso de los años. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, decorados y diálogos que convierten a Los cazafantasmas, en un film genial y divertido como pocos que es de visión obligada para todos aquellos que aún no la hayan visionado.

La ciudad de Nueva York está llena de fantasmas deambulando, y un grupo de universitarios, con doctorados en ciencias paranormales (que Univ. da ese título?), que es expulsado de la casa de estudios por la poca seriedad de sus estudios, emprende una pyme de cazar entidades espectrales. El grupo de chantas está formado por Billy Murray y Dan Aykroyd, en el papel de Peter y Ray, también está en científico más serio Egón, y el niga neoyorquino Winston, rentado por día por su color piélico.
La trama gira en torno al departamento de Sigourney Weaver, vecina de Rick Moranis, una adinerada holgazana que vive justo en la entrada interdimensional de fantasmas, que mala suerte.
Los personajes son muy similares a los de la serie de dibujos animados con el mismo nombre, lanzada en 1986. Es más, en el film aparece "pegajoso" pero todavía no es amigo de los 4 usureros. Los efectos especiales son bastante buenos y bizarros para la época. La moraleja es que dentro de la heladera puede haber una puerta a otro mundo, el del alcohol.

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Lo que me ha gustado

No es solo porque sea un clásico ochentero (mala o buena lo es) si no es que es una película muy divertida y entretenida desde el concepto narrativo y en el desarrollo de personajes, guarda respeto por el producto original pero también se toma algunas licencias que funcionan bien.

Hay una comicidad bastante aceptable en el filme, el hecho de que todo lo propuesto nunca se sienta serio aquí funciona extrañamente bien. Ese desentendido Bill Murray que actuá casi igual en todas sus películas, aquí da buenos momentos cómicos.

Eso de naturalizar la aparición de fantasmas como cualquier cosa da un toque de costumbrismo muy válido. Cosa que el remake desperdicio épicamente.


Los efectos especiales están tan bien ubicados que no se nota que pertenecen a una era predigital. La secuencia del hombre malvavisco es un icono del cine ochentero.

Sí o sí, es un filme sumamente entretenido y nostálgico.

La canción es un todo un referente de la cultura ochentera.
Sale Sigourney Weaver y hay que ver todo en lo que ella actuá.


Lo que no me gusta

A niveles argumentales, al filme no se le puede tomar en serio, y eso la hace perder validez. De alguna manera esperaba que tuviera una atmosfera más oscura.

La película no arriesga nada, se queda con su formula y en parte desaprovecha una oportunidad valiosa.

7.5/10

Opinión Final: Ciertamente regular y facilona en su argumento, Los cazafantasmas es un clásico del cine ochentero y tiene sus méritos, posiblemente más para los que pasamos de los 30 y resto años, que sentimos esa nostalgia por las series de antaño, tiempos buenos que no volverán. En su momento uno de los taquillazos más inesperados que ocasionó una secuela que luego comentaré.