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2046 - Los secretos del amor

Romance. Drama. Ciencia ficción Un escritor que creía escribir sobre el futuro, en realidad estaba escribiendo sobre el pasado. En su novela, un misterioso tren salía de cuando en cuando con dirección al año 2046. Todos los que subían a él lo hacían con el mismo propósito: recobrar los recuerdos perdidos. Se decía que en 2046 nada cambiaba. Nadie sabía a ciencia cierta si eso era verdad, porque ninguno de los que viajaron regresó jamás. Con una excepción. Él estuvo ... [+]
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Críticas 152
Críticas ordenadas por utilidad
15 de febrero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace mucho que una cinta no provocaba en mí las buenas sensaciones que me produjo “2046” de Wong Kar-Wai. Interpretada por caras conocidas del cine oriental como Tony Leung, Zhang Ziyi, y las hermosas Faye Wong y Gong Li, entre otros, el filme es una verdadera apología a la estética y al poder visual y sonoro.

La cinta narra la historia de Chow Mo Wan, intrepretado por Leung, un escritor bohemio y mujeriego en los años 60s del siglo pasado, que se presta a escribir una novela de ciencia ficción titulada “2046”, la cual se convierte en una metáfora de sus triunfos y fracasos amorosos. Inclusive el título de la obra responde a un número que le trae ciertos recuerdos. Nada es casual en su novela ficticia y todo tiene su historia y su secreto.

De esta forma el director desarrolla una cinta que visualmente no deja reparos, los planos lentos, a veces con poca luz y el uso de cámaras hiperlentas son algunas de las técnicas que hacen del filme una absoluta obra maestra. El acompañamiento de estos trazos visuales va de la mano de una banda sonora sublime. El uso de la pieza maestra de “Adagio” en las escenas futuristas es de lo mejor que he experimentado en mucho tiempo en materia de bandas sonoras, y cumple de buena forma al otorgarle sensibilidad a un futuro que se quiere mostrar desnaturalizado y donde los recuerdos emocionales han sido arrinconados.

Estos detalles estéticos se fusionan de forma ideal con un argumento que si bien puede parecer complejo para quien no haya visto “Deseando amar”, funciona en la medida en que la metáfora que le acompaña evoluciona. En efecto, la idea de un protagonista que escribe sobre el futuro lejano -a modo de Ciencia ficción-, al tiempo que busca con su novela el propósito de enfrentarse a los fantasmas de su pasado (como aquel número enigmático de 20-46 que le persigue), sirve para desarrollar la intriga y el contraste entre un pasado y un futuro con algo en común, el miedo a amar.

La cinta está excelentemente acompañada de una ambientación y un vestuario que reproducen lo más cercano posible lo que fueron los sitios de vanguardia de oriente en los años sesenta, como restaurantes y casinos. Respecto al escenario futurista propuesto en "2046", hay que señalar que si bien las escenas se despliegan en espacios cerrados y con un básico uso de efectos visuales, éste se encuentra artísticamente bien expuesto, con lo cual le alcanza para marcar el contraste deseado.

Destaco las actuaciones de sus protagonistas, en especial a Tony Leung como el Clark Gable de oriente, y a la bellísima Gong Li como la “araña negra”.
Héctor A Martínez
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24 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto muy poco cine de Wong Kar-Wai, hasta la fecha. He visto "2046" y me ha gustado, y no sé muy bien por qué. Se puede decir que es una obra lenta, con un ritmo moroso, muy tranquilo. Sí, pero el director se sitúa deliberadamente en ese ritmo lento para conseguir una determinada cadencia, una cadencia por medio de la cual llega a la poesía, a una poesía muy personal, en la que el futuro se entrecruza con el pasado, en la que las frases se repiten, en la que oímos hablar en chino, pero también en japonés, y luego suena una canción en español, otra en inglés...El mundo de "2046" es un mundo intemporal, irreal, y, sin embargo, increíblemente vivo y cálido, tal vez por ser un mundo compuesto exclusivamente de deseos.

El mundo que crea Wong Kar-Wai no es sólo muy personal, es también un mundo interior; una ensoñación en la que el escritor interpretado por el carismático Tony Leung -¿trasunto del cineasta?- es un creador envuelto en una red de deseos, siempre dispuesto a descubrir o redescubrir el amor, a través de cada mujer y de cada relación de pareja, propia o ajena, que conoce. "2046" es lo que tú quieres que sea -un tren, una habitación de hotel, un año del futuro- porque no es más que un número mágico para recuperar el pasado, para soñar sueños de amor perdidos. Kar-Wai, el cineasta soñador, encuentra su peculiar refugio, y su cadencia personal, en un romanticismo desesperado, lúcido, evocador y sensual.
Pedro Triguero_Lizana
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25 de mayo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer film que visiono de este director de culto.

Wong Kar-Wai mezcla dos tipos de cine, dos tipos de géneros, dos tipos de estéticas.

El primero la componen secuencias intermitentes cargadas de un tono de ciencia afición filosófico-romántica, desde mi punto de vista prescindible y donde la estética de videoclip poco aporta al drama. Aunque la estética futurista es correcta, es un tono de "cine de culto" pretencioso, pero sin alma verdadera. Esta parte resulta monótona y sin demasiado sentido fílmico apartándose del drama real.

El segundo la componen tres historias de diferentes mujeres que pasan por la vida amorosa del protagonista masculino. Aquí Wong Kar-Wai consigue una penetrante narración entre erótica y romántica, cargada de un fondo dramático amoroso que impacta visualmente por la planificación y la estética que se transmite. Los personajes son filmados de forma elegante, seductora y bella. Los planos son visualmente impactantes, recreándose la cámara en las expresiones de los rostros mientras hablan desde un lado del plano y mirando fuera del mismo, hacia el otro personaje que se encuentra fuera de plano. La estética es moderna y con algún aire de videoclip, pero sin dejar de ser altamente cinematográfica. El guión engancha por diálogos y por la tensión erótica y amorosa, con duelos psicológicos de alta carga dramática. Los actores están perfectos, en especial las actrices femeninas, en cuyos planos se recrea el director. Se transmite una cierta melancolía y un pesimismo amoroso. No hay ternura ni corazón, sólo pasión auto-destructiva pero transmitida con fuerza visual y mano firme en la dirección.
Hector
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5 de julio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hongkonés Wong Kar-Wai firmó tras la imprescindible In the mood for love (2000) una bellísima secuela en la que recupera al personaje del escritor interpretado por Tony Leung y en la que deja de manera palpable su sensibilidad y talento visual, brindándonos su cénit artístico hasta la fecha.

Kar-Wai se ha convertido en uno de los cineastas más valorados e influyentes de la posmodernidad actual con su poética y sensibilidad visual y por su original mirada romántica hacia las relaciones sentimentales y la memoria.

La memoria recoge evidentemente un papel fundamental en este filme, presentándonos las excepcionales mujeres (destacando a una bellísima y fascinante Zhang Ziyi) que pasan por la vida del escritor y a las que no supo o no se atrevió a amar; una recopilación de sensualidad visual y de magnetismo que Kar-Wai emplea magistralmente subrayando su talento natural en el uso narrativo de la música y creando un fascinante universo.

Un filme que busca confirmar la relación entre la creación y la vida y experiencia propia del artista a partir de su mezcla narrativa entre las memorias y vida del escritor y la creación de su nueva novela.

Kar-Wai crea uno de los filmes más románticos del siglo además de una poética y sútil historia sobre la memoria y los amores y pasiones a los que no nos hemos atrevido. Una romántica y fascinante obra maestra.
JasenV19
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1 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Louis de Pointe du Lac: -"Soy un espíritu de carne sobrenatural. Indiferente. Inmutable... Vacío."-
Ese fue el epitafio final que exhortaba a un impertérrito periodista, Louis, el inmortal y despechado vampiro que odiaba su condición de amar, su unión eterna con Lestat.

Wong Kar-Wai expresa lo mismo de una forma diáfana, besos en luces de neón marchito, todo hastío y muerte que significa el valor circular de nuestras vidas: cuando creemos huir hacia delante, inconscientemente, solemos caer en nuestros vicios pasados. Porque, aunque no lo reconozcamos, es imposible huir de nosotros mismos.

Y aunque firma una obra muy menor a su "El Fluir de las Lágrimas", "2046" reafirma el teatro de máscaras en clave oriental, universal después de todo, del valor de amar y el dolor que ello conlleva. De la aceptación, la negación, la resignación, todos postergados en el boulevard de los sueños rotos.
Son sin lugar a dudas, el cine asiático y su osada, pero a la vez delicada mirada, los únicos que al hablar de un tema tan trillado como el amor, provocan en espectador emociones encontradas. Recordando una de las escenas más conmovedoras y a la vez brutalmente perversas de Old Boy cuando Mi-do grita a su amante:
"-Daesu, ¡¡me duele mucho...!!!pero lo aguanto.-"

Son sólo ellos, capaces de consternar al espectador en un crisol de emociones tan intensas, como violentas e inánimes. Porque después de todo, y recordando un poco el cine Occidental de calidad, cuando Copper espeta a Brand, la 3ª Ley de Newton: "-Para avanzar, siempre hay que dejar algo atrás-"

Y eso, sólo eso, es hacia donde apunta "2046": la búsqueda del amor, es la búsqueda del yo, significación y osada muerte, ante lo desconocido. Y para ello, hay que partir desnudo...
Buscapé
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