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Braquo (Serie de TV)

Serie de TV. Thriller Serie de TV. (2009-2016). A raíz de la condena injusta y el suicidio de su superior, cuatro policías de París deciden cruzar la línea roja de la ética policial, usando la violencia y la intimidación para vengar a su jefe. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
23 de marzo de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caí en esta serie por suerte al preguntarme un poco por su creador, Olivier Marchal ya que es director de varias de mis películas preferidas: "36, Quai des Orfèvres" (aquí sorprendentemente traducida como "Asuntos Pendientes"), "MR73" o "Les Lyonnais (A Gang Story)", todas ellas enmarcadas en este nuevo cine policiaco francés que bebe de muchas fuentes y lo hace todo muy bien, es crudo, sucio, feo, sobrio y creible.
La serie me ha descolocado para bien, pese a que su estructura y guion puede pecar de enrevesado a veces (lo mismo que le pasaba a aquella mítica Perdidos, que cada episodio sumaba un marrón o dos más al la historia), de acuerdo a su desarrollo todo va desenmarañándose a un ritmo perfecto, no se pierden los hilos y el foco es mas que preciso. Si a eso le sumamos lo bien interpretada que está (destacando sobretodo Nicolas Duvauchelle y Karole Rocher) con unos personajes bastante bien definidos, un guión sin apenas agujeros: realista, retratando lo mundano y no tan bonito que puede tener el oficio de un policía al que se le va la olla, un montaje bastante aseado, buena fotografía y escenas de acción solventes nos encontramos con una primera temporada más que notable, muy redonda, pero que nos crea un verdadero problema...

Y el problema se convierte en problemón al minuto de empezar la segunda temporada, ya desde la primera secuencia se denota un cambio que queda reflejado en la pésima realización de unas escenas de acción forzadas y nada verosímiles (joder, si parece un videoclip!), ¿que ha pasado aquí?
Los personajes (casi todos los protagonistas repiten), sus matices y su creíble cotidianidad han desaparecido para convertirse en maniquíes de Rue Du Temple, el guión parece escrito por mí, la trama se vuelve un sinsentido y ese ritmo que te atrapaba desaparece en esta segunda temporada (o al menos los cuatro primeros capítulos que me he atrevido a ver).
Un orto total, un fiasco. No puedo entender como ha virado todo esto de un producto muy muy bueno a una autentica bazofia digna de Atresmedia Series...se habrá optado por un nuevo director? me encantaría saber que ha pasado pero el cambio de una temporada a otra es tan tan increíble que casi se te olvida todo lo que viste anteriormente.

Le daré una oportunidad a la tercera temporada o me quedaré con el recuerdo de aquel amor de verano que fue tan bonito pero acabo truncándose?
Sinuhete
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25 de diciembre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De unos años acá vengo siguiendo el Cine Francés, concretamente el cine policiaco, y todo desde que disfruté el film, Asuntos Pendientes, todo un ejemplo de como debe rodarse el género de atracos y policías que actúan al borde de la Ley. Desde entonces muestro interés cada vez que sale a cartelera un film francés que toque este género. Braquo es una serie, injustamente minusvalorada por el gran público, donde se relata el día a día de un equipo de policía judiicial, al borde de la legalidad en su hacer diario, que tienen que lidiar con lo peor del crimen organizado de París. Esta serie rezuma mala leche y realismo en cada plano y escena y a mi gusto, está muy por encima de las serie americanas similares en su género.
Carlos
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23 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
111/15(21/05/18) Potente thriller galo en formato serie para Canal+, creada por Olivier Marchal (fue policía), de cuatro temporadas (2009-2011-2014-2016) de ocho capítulos cada una, desarrollando un drama criminal que recuerda indefectiblemente a la majestuosa serie estadounidense creada por Shawn Ryan “The Shield”, al igual que la americana aquí los protagonistas son un grupo de asalto que intentado vengarse por la muerte de su jefe Max Rossi (Olivier Rabourdin) cruzan una línea de la ley que solo hará hundirlos más y más en el fango, una huida permanente hacia adelante en la que se cruzaran con bandas y mafias de todo pelaje (armenios, rusos, turcos, hasta franceses,…), con unos métodos bastante discutibles intentan conseguir sus difusos objetivos. Asimismo se hará un fresco desolador de las autoridades corrompibles y moldeables, derivando todo esto en unos personajes que rebosan ambigüedad moral, anti-héroes donde predominan los grises, donde cuando se sobrepasa el código ético de la ley ya no hay marcha otras. Es una serie que rebosa crudeza, con una puesta en escena estupenda, con mucha violencia, un ritmo trepidante, con mucha acción, tiroteos, explosiones, peleas, muertes, secuestros, sexo, mucha sangre, exhibiéndonos el lado anti-glamuroso de París, una ciudad en permanente acoso de las fuerzas del mal, ello en hábiles guiones, sobre todo en la primera temporada, que saben atraparte, consiguen que empatices con estos falibles protagonistas, un muy entretenido producto, donde destaca el carisma de sus cuatro protagonistas Nicolas Duvauchelle como el bohemio Théo, Joseph Malerba como el duro y familiar Walter Morlighem, Karole Rocher como la adusta y mal-encarada Roxane Delgado, y sobre todo un Imperial Jean-Hugues Anglade como el líder del grupo Eddy Caplan. La primera temporada estableció audiencia récord para una producción original del Canal+, superando la de muchas producciones estadounidenses transmitidas por la cadena, esta inicial fue la mejor, extraordinaria como sabe emitir realismo, lástima que el showrunner Marchal dejara la serie y cambiara para las siguientes por Abdel Raouf Dafri (guionista de la saga Mesrine y del film “El profeta”), esto se nota en un viraje hacia la exageración que hace que en muchos casos se pierde la coherencia y autenticidad de la primera para las siguientes, con personajes que en algún caso llegan a la caricatura (caso de Vogel encarnado por un descontrolado pasado de vueltas a partir de la segunda temporada por Geoffroy Thiébaut). El nombre de la serie proviene de la palabra francesa braquage, significa robos a mano armada, particularmente de bancos.

Serie donde los protagonistas entrecruzan sus vidas profesionales con sus vidas personales, dualidad sostenida en un castillo de naipes siempre en constante peligro de colapsar, con un desarrollo tenso donde todos parecen vivir al límite, donde a cada problema la solución los lleva más y más lejos. Protagonistas que forman una familia, donde las dificultades de uno son las de todos, protagonistas matizados, con aristas, imperfectos, que en muchos casos sucumben a sus tentaciones, en clara consonancia con el cine noir tan de moda en los 60 y 70 en Francia, siendo los protagonistas émulos de los míticos roles encarnados por Delon, Belmondo o Ventura, donde la autoridad era ejercida por tipos rudos, individualistas, viscerales, hieráticos, en muchos casos confundiéndose con los criminales a los que persiguen, sirviendo este elemento como elemento de crítica al poder, en este caso extendido a los que vigilan a la policía (Asuntos Internos).

La primera temporada es sensacional, con dirección del propio creador de cuatro capítulos, arrolladora en su crudeza y autenticidad, con guiones incisivos, trenzados de modo inteligente, envolviendo a los protagonistas en halo de fatalismo, una telaraña que los embadurna de suciedad moral, que ya no se podrán quitar por mucho que intenten lavarse (redimirse), los protagonistas son aquellos que sumergidos en aguas pantanosas al intentar salir lo que consiguen es hundirse aún más, sus “buenas intencionesa2 les hacen circular más y más adentro de la ciénaga de la corrupción moral. Todo ello desarrollado con tensión, e intensidad, con situaciones de gran fuerza dramática, con emoción, con vigor narrativo, con unos actores que dan lo mejor de sí mimetizándose con sus roles, un placer entusiasta que te agarra queriendo más y más; Pero termina esta espectacular temporada de 10, y llega la segunda (y la tercer y la cuarta última), como he mencionado arriba con cambio de showrunner, y la bajada de calidad se nota, sobre todo por el listón tan alto que había dejado, y los elementos se anabolizan, parecen dopados en sus recursos, cayendo en excesos que rompen con lo visto hasta entonces, sigue habiendo momentos atractivos, situaciones potentes, ritmo vertiginoso, pero rozan el hiperrealismo, aumentado por villanos hinchados en su simpleza de cuasi-comic, hay tiroteos además de increíbles en las calles de París, mal planificados, por haber hay hasta lanzallamas, el argumento se retuerce hasta niveles inverosímiles, tiene que ver con un grupo de ex soldados de élite franceses que roba un cargamento de otro que quiere vender par a comprar armas para acometer su venganza contra el estado francés, rocambolesca trama. Las lagunas en su desarrollo son enorme, el modo en que salen de muchos aprietos los protagonistas atacan la razón, con lo que para verla hay que dar muchas licencias dramáticas; Lo peor es que en su cuarta y última temporada es que no saben cerrar de modo emocional la serie, me ha resultado anticlimática. Estas tres temporadas-secuelas no son malas, pero por sí solas quizás me hubiera bajado de terminarlas, pero el muy grato recuerdo de la primera me hace que mantenga la esperanza en la garra de esta mencionada temporada, esperanza no satisfecha.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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22 de junio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ningún momento he renegado de la series hollywoodenses, sería como negar nuestra infancia. Pero hemos salido a pasear y en nuestro recorrido por el viejo mundo ya consumimos series danesas, suecas, irlandesas, españolas, italianas, noruegas, polacas, inglesas y hasta islandesas, aunque aún no habíamos llegado a territorios galos y ya era hora. Así es como me encontré con Braquo, una serie policial francesa con muy buenas recomendaciones que tenían sus fundamentos.

Braquo cuenta la historia de cuatro policías del SDPJ (Service Départemental de Police Judiciaire) en Hauts-de-Seine. Ellos son Eddie Caplan [Jean-Hugues Anglade], Walter Morlighem [Joseph Malerba], Theo Wachevski [Nicolas Duvauchelle] y Roxane Delgado [Karole Rocher] que heredan la brigada tras el suicidio cometido por su comandante y amigo Max, tras ser acusado de torturar a un detenido (entre varias otras delicadeces) y no encontrar otra salida frente a la investigación de Asuntos Internos.
Hasta acá podía ser la historia de una D.D.A. (Delegaciones Distritales Antinarcóticos) en el conurbano, pero con el perfume que dejó en cine polar francés de los 60’. Haciendo honor a Delon, Belmondo, Ventura y tantos otros próceres del policial negro que se desarrolló en tierras galas como en ningún otro lado.

Excelente dirección de su creador, Olivier Marchal. Un director con vasta experiencia en esta lides, como mostró en Gangsters, 36, Quai des Orfèvres, MR 73 y la serie Flics, donde además de crear y dirigir, ponía los guiones en la mayoría de los casos.

Así transcurre la primera de las cuatro temporadas de Braquo, sin maniqueísmos, siguiendo los dogmas del polar francés, donde no sabés quién es más corrupto entre el policía y el traficante. Hasta acá un sobresaliente. Y justo ahí, cuando estaba en lo mejor, lo más creíble, oscuro, áspero y embarrado de vida poli-criminal… cayó en uno de los dos pecados mortales en series de TV.
Una falla típica -y no por eso menos condenable- es estirar las series exitosas, deformando, agostando su trama y virtudes [Lost]; el otro yerro popular es lanzar una serie con un plot (planteo) espectacular, una idea brillante, y no poder sostenerla más allá de una primera (a lo sumo segunda) temporada. Y ese es el caso de nuestra prometedora Braquo, que parece haber abatido en riña a sus guionistas, dejándola en piloto automático.

No por esto vamos a condenarla, después de una excelente primer temporada nos da tres interesantes seasons más, que no hacen justicia con sus inicios. Ya dijimos algunas vez que “la felicidad es cuestión de expectativas”… entonces, quizás su mayor pecado fue dárnoslas.
Espero sus comentarios para saber a qué les sabe esta Interesante serie policial francesa.
Nagus
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23 de octubre de 2016
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Braquo es una de las series más infladas que he visto hace tiempo. La causa se debe al cambio brutal que hay entre la primera temporada y la segunda, que no he acabado ni de ver…

En la primera no tiene nada que envidiar a The Shield a la que creo que se asemeja mucho más que a the wire, dos series de culto sin duda para mí. Pero en la segunda, o han cambiado completamente los guionistas o no se entiende el cambio. En una quinta o sexta temporada, se puede entender agotamiento de argumento, pero en la segunda todo el guion está forzado, roza lo absurdo y las situaciones son completamente imposibles de creer. Los personajes evidentemente han de sobreactuar para hacerlo posible y al final como me ha pasado a mí te indignas de haber comprado esta segunda temporada que ni he acabado, porque no tuve paciencia.

Por tanto si queréis una serie de largo recorrido desaconsejo esto, por llamarlo algo, una gran pena porqué la primera temporada prometía muchísimo, yo diría que es la serie con un cambio tan brusco en la calidad, sobretodo en una sola temporada, incomprensible.
Forestry
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