Van Wilder: Animal Party

Al ver Van Wilder: Animal Party sentí nostalgia por la inocencia perdida de una película como American Pie en la que si no me falla la memoria el semen humano era el ingrediente secreto de un pastel. En Van Wilder hay lefa de perro cocinado en una masa cremosa de repostería... ¿Es sólo cuestión de tiempo hasta que los protagonistas de las comedias guarras para la chavalería se inyecten liquido seminar directamente a través de las paredes de sus estómagos?

Esta película, una pálida sombra de Desmadre a la americana, nos cuenta la historia de Van Wilder; (Ryan Reynolds) un inutil que se jarta de ser el "mayor hombre del campus" durante siete gloriosos años previos a la graduación. El difinitiva que el retrasado no tiene ninguna prisa por graduarse, ¿Por qué iba quererlo, si tiene estatus, fama, chicas y la adulación de todo el campus? excepto del profesor cuya plaza de aparcamiento ocupa y del vil lider de la fraternidad rival que es su enemigo jurado. Nuestro protagonista es en esencia un buen tipo, lo que en mi opinión constituye un gran riesgo para una película de este genero; el chorbo recauda fondos para el equipo de natación, da sermones a los alumnos con tendencias suicidas y organiza legendarias fiestas de la cerveza, Ryan Reynolds es, supongo, el actor perfecto para interpretar a Ryan Reynolds... porque no es un vago consumado, sino, simplemente, un estudiante profesional.

La película es un vómito comparada con otras obras ochenteras pioneras y ya consagradas como "Screwballs" en las cuales se puede hacer casi todo tipo de funciones corporales excepto practicar un sexo sano, donde podemos encontrar semen, pechotes y culos desnudos, flatulencias y demás cagadas épicas, extrañas formas de cascarsela, desnudez pública, vómitonas a chorro y una extensa escena de defecación explosiva con unos efectos sonoros que parecen de chiste. Producto que no defraudara a los aficionados al cine para adolescentes hormonados que no se ofendan por un humor vulgar y en ocasiones soez. En fin, animo a los demás espectadores que se puedan sentir ofendidos por las ofrendas ya descritas anteriormente a que hagan otra cosa físicamente imposible, por ejemplo; salir adelante sin ayuda de nadie... Debo admitir que esta crítica me mantiene confuso, ¿Es mejor o peor que una película te produzca arcadas hasta casi vomitar? Pienso que algunos de los espectadores de mayor edad se podrían llegar a sentir ofendidos por su humor insulsamente vulgar, hay un defecto en este razonamiento que aquí os espongo: la variable no es la edad, sino el humor, creo yo.

La risa fue para mí una imposibilidad física y remota durante el visionado de Van Wilder, que, de no haber prometido a mis acompañantes permanecer sentado durante toda la puta película, habría salido de un brinco corriendo y huido, muy lejos, fuera de la sala, sin ayuda de nadie... abandonandoles ahí mismo, sin remordimiento alguno.

Prescindible, pero sobre todo, comedia de mal gusto en multitud de situaciones. Si lo necesario entre los americanos, o mejor dicho, entre la juventud americana, para reirse, es explotar las situaciones asquerosas y los chistes malos basados en guarradas, pues lo llevan bastante claro. Lo curioso del caso es que una "comedia" de este tipo pueda llegar a atraer al expectador europeo, y rizando el rizo, al español.
Y que quede claro que los antecedentes de películas de este tipo me gustaron y sigo creyendo que eran buenas (pongo como claro ejemplo, "Despedida de soltero" con Tom Hanks).
Por decir algo que me ha gustado, pues la chica, muy guapilla, pero que por otro lado, como uqe no pega mucho aquí (demasiado madura).

Película para ver sin ningún tipo de prejuicio, ni con afán de encontrarse interpretaciones majestuosas. La película dura en olvidarse lo que se tarde en desacomodarse del lugar de proyección. Lo más rescatable es la interpretación de Penn, y las ganas de vivir unas juergas como las de la pelicula. Tiene algún que otro "gag" para poder pasar un buen ratejo con los amigos.

Walt Becker «Cerdos salvajes (Con un par... de ruedas)» dirige la primera parte de las dos partes que son partes de la gran parte que es «National lampoon» que es una saga basado en la revista de humor estadounidense que lleva el mismo nombre. En esta primera parte tenemos a un reparto de casi desconocidos en la época; Ryan Reynolds, Tara Reid, Tim Matheson y Kal Penn. El primero interpreta a Van Wilder un chico que tiene que buscarse las castañas después de que el padre le deje de financiar la universidad.

La película es bastante sosa y le falta una gran cantiedad de humor, es de las que te recuerdan en todo momento a «American pie» solo que parece que Van Wilder fuera su hermano menor feo y al que le falta madurar. Es la típica historia en la que un chico tiene que madurar a la fuerza por equis circunstancias de su vida. Todo ello aliñado con cero por ciento de sentido del humor.

Los actores pues están bien y aunque Ryan Reynolds ya daba selas de tener un cuerpazo de infarto me he dado cuenta después de ver esta película que no es Ryan Gosling ni va a poder serlo nunca. Los demás del reparto en su línea con el único que destaca un poco por el personaje tan particular Kal Penn.

En el sitio de agregado de críticas tienen un veinteiseis lo que indica generalmente críticas negativas hacia la película y en la tomatá un diecinueve por ciento lo que indica críticas aún peores. A mí personalmente no me ha hecho nada de gracia, me pareció mucho más graciosa la segunda parte a la que esta está relacionada exclusivamente por el personaje de Kal Penn. Realmente me parecieron casi iguales pero si tengo que poner nota acorde a la experiencia y por no subirle a un seis a la segunda le pondré a esta un cuatro.

No nos engañemos, esta no es una buena película, pero si es tremendamente entretenida.

Tiene un argumento muy divertido con varios momentos que te llevan a la carcajada a lo largo de su metraje (sobre todo el del perro, para que nos vamos a engañar), que la convierten en un film muy ameno, pero que no pasará a la historia.

Hay varios homenajes a "Desmadre a la americana", la madre de este tipo de películas, empezando por el cartel publicitario y siguiendo con la presencia de Tim Matheson, interpretando un papel que tal vez podría ser el suyo propio de "Desmadre...", pero treinta años después.

Para pasar un rato entretenido.