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Luchando con mi familia

Comedia. Drama Un antiguo luchador de lucha libre y su familia se ganan la vida actuando a lo largo del país, pero sus hijos sueñan con poder vivir del Wrestling.
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
18 de enero de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El "wrestling" es un cuento, aunque muy bien coreografiado y no poco sufrido. Quienes se dedican a ello fingen peleas pintorescas que, aunque falsas en motivación y ejecución, son reales en elaboración. Simulan odiarse y pegarse, pero hay que trabajar con detalle ese teatro o, de lo contrario, se harían daño de verdad. O peor aún, se notaría el engaño.

A sus practicantes los llaman "luchadores", pero eso es parte de la iconografía y su lenguaje, porque son actores. Eso sí, no actores cualquiera, ya que están mucho más próximos a los especialistas de cine que a quienes declaman libretos en un teatro, tanto en intepretación (casi nula), como en riesgo (muy elevado). Aunque la violencia mostrada es una engañifa, sí que es cierto que algunos golpes, vistosamente exagerados, requieren de una violencia leve para resultar creíbles. Al fin y al cabo, una caída, por muy bien que se aterrice, sigue siendo una caída. Lo llaman deporte, pero es un numerito bien montado.

A pesar de toda su falsedad, el "wrestling" es duro. Los entrenamientos para llevar a cabo las piruetas son sobresalientes, y la preparación física debe ser acorde. Un movimiento mal ejecutado, un sobreesfuerzo o un empujón insuficiente, y se puede terminar con una lesión grave. Como los especialistas de cine, vaya. Sin embargo, aquí no hay un director que grite cuándo dejar de rodar, ni una sala de montaje en donde jugar con los planos para esconder el truco. En el "wrestling" hay público, es en directo y las cámaras observan desde todos los ángulos. Las llaves tienen que ser creíbles. Y eso tiene mucho mérito.

También decir que el "wrestling", ni es cosa nueva, ni son cuatro tarados. Viene de lejos, y mueve cantidades obscenas de dinero en diferentes países. Es un culebrón, una telenovela y, como tal, las interpretaciones son burdas, las reacciones exageradas y los personajes maníqueos. Pero a sus aficionados les chifla.

El cine reciente se hizo eco de este mundo tan especial en "El luchador" (2008) en donde, a través de un Mickey Rourke hecho añicos, se nos contaba el crepúsculo de unos tipos que se pasan años recibiendo tortas que, si bien son mayormente falsas, no están exentas de situaciones dolorosas e, incluso, peligrosas. Su director reflejaba el deterioro físico y mental de quienes se han dedicado a ello durante demasiados años, así como la humillación que les supone envejecer. Sin trabajo, sin apenas dinero y con cuerpos molidos por los excesos, sus vidas no son fáciles.

"Peleando en familia" se mueve en ese microcosmos, aunque opta por los orígenes de los aspirantes. Los duros procesos de selección, los directivos controlando el negocio, la obligación de crear un circo a su alrededor para vender entradas, y la frustración de quienes, queriendo dedicarse a ello, encadenan rechazos. Puede que el "wrestling" no sea verdad, pero la dedicación y el dolor, tanto de quienes triunfan como de quienes no pasan los filtros, sí que lo es.

Para ello, cuenta la historia real de la "luchadora" Saraya-Jade Bevis, oriunda de Inglaterra y criada en una familia de perdedores que había hecho del "wrestling" amateur su forma de poner un plato de comida caliente en la mesa. Sabedores de que en el Reino Unido no tenían ninguna oportunidad, intentaron abrirse paso hacia la WWE. Una especie de "chavs" (véase spoiler 1) persiguiendo el sueño americano.

A lo largo del metraje se relata lo difícil que es tener éxito; los miedos y las dudas cuando nos enfrentamos por primera vez a la realidad de un problema; la necesidad de tragarnos el orgullo, de agachar la cabeza, para plegarnos a lo que nos da de comer, aunque sea una idiotez. No sé si será una lección de madurez, pero sí de realidad dolorosa.

Un punto a favor es que detrás está la productora de Dwayne Johnson, Seven Buck Productions, por lo que el guion, bueno o malo, tiene visos de reflejar con veracidad el oscuro mundo de los procesos de selección, sus entrenamientos y todo el negocio que hay detrás (véase spoiler 2). El propio Johnson, que aquí se marca algún cameo, es producto de todo ello.

Porque, que nadie se engañe, el "wrestling" es una industria, y quienes se dedican a ello son esclavos de esa mentira mediática (véase spoiler 3). Los que tienen dinero mueven los hilos y, con suerte, algún actor destacará entre los demás. Pero todo es una farsa para que el dinero cambie de manos. Asimismo, creo justo reconocer que los actores no lo hacen nada mal. Ello, sumado a que permite ver este negocio desde dentro, le da un valor casi documental, con todas las licencias que se hayan podido tomar (véase spoiler 4).

En resumen, película que, con la excusa de ser biográfica, ofrece una perspectiva interesante sobre ese espectáculo tan peculiar y que a algunos nos parece aberrante. Al menos cuenta con un productor que sabe de lo que habla, lo que no es habitual. Merece el beneficio de un visionado dejando los prejuicios a un lado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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31 de marzo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con amplía experiencia en el mundo de las series, siendo un habitual colaborador de Ricky Gervais, el actor y director Stephen Merchant presenta en su segundo largometraje un acercamiento al mundo de la lucha libre de la WWE, a través de la figura de Paige, una luchadora británica que debió sortear un sinfín de obstáculos para alcanzar su sueño.

Habiendo nacido en el seno de una familia entregada completamente al mundo de la lucha, era inevitable que Saraya (Florence Pugh) decidiera prontamente que ese era su camino para seguir, primero formando una efectiva pareja junto a su hermano Zak (Jack Lowden) y trabajando junto a sus padres, ambos luchadores, Ricky Knight (Nicky Frost) y Sweet Saraya (Lena Headey).

Pero cuando llegan a su pueblo las audiciones para integrarse a la WWE, Saraya, o Britani, su nombre de lucha, y su hermano, no dudan en acudir, pero todo se complica al ser ella la única seleccionada para viajar a los Estados Unidos y buscar aprobar su última oportunidad para llegar a la gran empresa de la lucha libre mundial, por lo que lejos de la familia y sola, deberá mostrar su carácter y aptitudes para superar los diferentes escollos que le permitan cumplir su sueño y el de su familia.

Lo que sobresale en esta segunda película de Merchant es el cariño que se ha puesto en su realización para lograr una película que le haga justicia a su personaje principal, la luchadora Paige y su historia de superación, si bien esta es muy similar a otras, el logro de Merchant es haber sabido capturar y mostrar la esencia de sus personajes, y narrarlo todo de una manera clásica y amena.

Para ello, el realizador y guionista toma como base la interacción de esta familia tan peculiar, los Knight, y aborda su vida de la manera más auténtica y sensible posible, logrando que alrededor de la protagonista convivan otros personajes complejos pero nobles, que además han sido interpretados con una convicción tal que permite que el relato se amolde de una manera por demás amable, pero sin llegar a lo meloso.

Y, además, el reparto elegido colabora a conseguir ese tono siempre agradable, gracias al trabajo de actores como el ya mencionado Frost, Vince Vaughn o Dwayne Johnson, y sobre todo, el invaluable esfuerzo de una actriz todo corazón como Florence Pugh que una vez más y ahora en un tono muy alejado de sus trabajos previos como el visto en ‘Lady Macbeth’, logra otra sólida interpretación en una película muy simpática y entretenida.

https://tantocine.com/luchando-con-mi-familia-de-stephen-merchant/
Quique Mex
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7 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El material no es especialmente original o interesante, pero Merchant. mente pensante responsable de unas cuantas comedias recientes de indudable solidez, se maneja con habilidad y consigue un cast tan eficaz que es difícil ponrle tacha. Eso sí - el largo tiene un punto familiar (no pun intented) que hace que a ratos parezca casi made in Disney Channel. Aunque el humor british se nota en unos cuantos momentos. Para bien. Se deja ver.
metabaron
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5 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una noticia que ha corrido como la pólvora por todos los noticiaros es el salario que algunas de las estrellas de cine del momento están cobrando por firmar su presencia en una película. Cantidades claramente estratosféricas en millones dólares. Parece que el actor Dwayne `La Roca` Johnson esta como segundo en la lista de los mejor pagados. El mismo que casualmente sale haciendo dos cameos en esta película. Su apodo `La Roca` es fruto de sus éxitos en campeonatos de lucha libre profesional, justamente el tema que hace de hilo conductor en esta historia. Cae de cajón que el alto coste de alguna estrella cinematográfica es fruto de la cantidad de público que atrae a las salas, más allá de si es o no un extraordinario interprete.

Peleando en familia es una película sencilla y modesta y Dwayne `La Roca` Johnson sale, como dije, en dos momentos del film. En el primero bien podría decirse que vale el salario que cobra, porque el tío esta que se sale, es una secuencia que no tiene precio, por autentica, por genial, y por cómica. Su segunda aparición, casi al final, es fruto de su entidad como exluchador profesional porque aúpa, hasta la cima del éxito a la joven protagonista de esta historia. Aunque esto no es ni con mucho lo mejor que depara este film. Lo que destaca por encima de todo es el comando interpretativo formado por los cinco personajes principales de la historia, como son, el padre, la madre, el hermano, el preparador de aspirantes a lucha libre, y la propia protagonista, que son capaces de captar el trasfondo emocional que arrastran cada personaje, en una ejecución perfecta de sus papeles en la que logran mostrar lo sencillo y modesto de la vida de cualquiera, y es por eso que hacen de esta peli una obra magistral. Incluso las minúsculas apariciones de los personajes que rodean la historia de estos cinco titanes son dignas de mención. Por no destacar el rollo cómico de los diálogos que se traen cada uno de ellos, que es inmejorable. Una película llena de cualidades que sabe hacértelo pasar en grande.

—Esta es la verdadera noticia que habría que redactar; <Lo que te hace disfrutar una película como “Peleando en familia” no tiene precio< —.

Aunque nada tenga que ver, debo decir que lo primero que me ha venido a la mente, es que no recordaba una película tan fantástica, por la unión interpretativa de actores, desde la genial obra de culto de Alan Parker, Los commitments.
Siempreasimetrico
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2 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El proyecto comenzó cuando Dwayne Johnson estaba rodando la sexta parte de Fasta and Furious (2013) en Inglaterra, y por casualidad vio un documental en Tv "The Wrestlers: Fighting with My Family"sobre una familia loca de luchadores. La historia le pareció graciosa  y contacto con el escritor y director británico Stephen Merchant (The Office) para que desarrollara la historia y la convirtiera en una película biográfica. 

Persiguiendo el sueño americano y con el punto de vista como una comedia algo loca funciona perfectamente esta historia de de la familia Knight. Paige (Florence Pugh) que junto a su hermano mayor Zak (Jack Lowden) siguen una tradición iniciada por sus padres, Ricky (Nick Frost) y Julia (Lena Headey) quienes encontraron la salvación de sus descarriadas vidas en un ring.

Florence Pugh una actriz joven muy versátil a la que hemos podido ver en "Lady Macbeth" o la serie "La chica del tambor" y que  próximamente la veremos en la película de terror "Midsommar" crea un personaje fuerte y sentimental, manteniendo un buen equilibrio sobre todo en la relación con su hermano mayor que llega a deteriorarse al ser elegido ella y no el para prepararse en Estados Unidos.

La historia ocurre en pequeña ciudad inglesa de Norwich. Papá (Nick Frost) conocido como "Rowdy Ricky"y La mamá (Lena Headey) que es “Dulce Saraya” no quieren que sus dos hijos sean médicos o abogados, quieren que sigan la tradición familiar de la lucha libre. Malviven de los pequeños combates que ofrecen a un pequeño publico, hasta que un ojeador norteamericano de de la WWE  (Vince Vaugh) le ofrece la oportunidad de luchar en las ligas mayores a Paige, la hermana pequeña.

La película aparte de resultar divertida fluye con bastante realidad, siendo poco artificial como suele pasar en este tipo de historias, algo que hay que agradecerle a  Stephen Merchant que ha sabido construir un buen guion lleno de buenos sentimientos, risas irónicas y personajes como bastante dulzura como el de Paige.
Destino Arrakis.com
videorecord
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