La aldea

Hay películas que terminan por no encajar debido la manipulación de su trama real. Este es uno de esos casos en el que el trailer vendió un film de monstruos que no tenía nada que ver con la realidad. Sin embargo si le damos su lectura real “El Bosque” es una película diferente que está próxima al drama y en la que todos los personajes que aparecen tienen importancia en el relato que se cuenta. Se trata más bien de un cuento utópico sobre el sueño de un grupo de personas que hacen lo inimaginable por mantener al fantasma de la violencia alejado de sus vidas. Pero la violencia está en la naturaleza del ser humano, al menos eso cree Shyamalan y no se puede eliminar como si de una mala costumbre se tratase. La película transcurre en tres actos, uno de presentación y misterio, otro en el que sucede una tragedia y un tercero desconcertante que supondrá el desenlace. “El bosque” no es pues una película de monstruos ni de terror, es un relato sobre el miedo de los hombres hacia sí mismos, hacia el progreso y los problemas planteados por nuestra sociedad en la vida actual. Un cuento indispensable para soñadores de tiempos mejores.

Debo confesar que cuando salí del cine estaba muy decepcionada, ya que durante las casi dos horas de la proyección no había visto ni rastro de la película de terror que tan bien me habían vendido en el trailer. Y mi opinión es que precisamente ése es el gran problema de The village. Precedida por una campaña de promoción totalmente manipuladora, la gente acude al cine pensando que va a ver algo terrorífico, en la línea marcada por El sexto sentido. Por eso es una gran sorpresa (por no decir decepción) encontrarse con un drama rural con tintes de suspense que solo "aterroriza" en tres momentos contados.
No cabe duda de que M.Night Shyamalan sabe como hacer cine y no tiene rival en el empleo del sonido y la música. Pero ésa campaña de promoción impidió ver en su momento que es la mejor película de su director, un ejercicio de narración admirable y una demoledora reflexión sobre el poder de la familia y del dolor spbre las decisiones de las personas.
También sorprende el permanente estado de letargo en el que parecen estar actores como William Hurt, Sigourney Weaver y Joaquin Phoenix, saliendo algo mas ilesos en este sentido un sobreactuadísimo Adrien Brody y Bryce Dallas Howard, la mejor de todo le reparto.
Pero nada de ésto importa cuando lo que se ve en pantalla es tan emocionante y emotivo.

Lo mejor: Shyamalan, en todas sus facetas.
Lo peor: Nada

Empezaré diciendo que a mí El sexto sentido me decepcionó en su primer visionado. La vi en el cine con tan buenas críticas y éxito en USA que me esperaba algo más. El final increíble, lo reconozco, y me sorpdendió (no soy de los que van diciendo "yo ya me lo esperaba", porque no, yo no me lo esperaba) pero me aburrí las otras dos horas anteriores.

Luego le di una segunda oportunidad años después y lloré con ella. (En la escena del atasco y la confesión del hijo a su madre). Dicho lo cual, el resto de pelis de Shyamalan no me han decepcionado. Jamás. Y esta, la que menos.

No sé cómo le dejaron rodarla, no sé cómo pasó la censura, ni sé cómo no la denunciaron por atreverse a hacerla, y menos en el momento en que la rodó. Porque esta película (que algunas personas aún no han llegado a desentrañar) pone sobre la mesa una ácida crítica a Bush, la guerra de Irak y las armas de destrucción masivas que, en ese mismo año, eran la noticia de portada de todos los diarios y televisiones del mundo.

Es una obra imprescindible y atrevida que el tiempo pondrá en su sitio cuando pasen muchos años. Es una feroz crítica a la manipulación que el Presidente de los EE. UU. hizo al mundo, y sobre todo, a su pueblo.

Cambien ustedes el "Consejo" del pueblo por la "Comisión Bush", el "bosque" por "Irak" y los "monstruos" que se esconden allí por "armas de destrucción masivas" y tendrán la respuesta a lo que Shyamalan se atrevió a decir como mejor sabe, haciendo cine.

El director nos habla aquí de la sociedad del miedo, de cómo aterrorizar a un pueblo es la mejor forma de tener controlada a la gente.

Michael Moore es directo y rebelde en sus brillantes documentales, Shyamalan inteligente y sutil en sus películas. Ambos critican el país en el que viven, pero desde prismas distintos.

El bosque (The Village) es feroz y sin contemplaciones. Una mirada firme y muy dura a toda la sociedad, en concreto a la de Estados Unidos, y que pone toda la carne en el asador llevando su propuesta hasta las últimas consecuencias sin importarle la recaudación de pantalla, los espectadores que iban a ver "una de miedo" o el "share" de audiencia que iba a conseguir.

Hacía tiempo que una película no creía tanto en sí misma como esta. Podrá gustar o ser odiada, pero es una obra de una coherencia incontestable.

Como empezar una crítica sobre esta obra de arte. Me es muy difícil comenzar a escribir sobre ella porque es de las pocas películas que me han dado un duro golpe emocional. Yo he sentido lo que lo que sienten los protagonistas de la película aunque por otros motivos, sé lo que estar aterrorizado por algo. El miedo es el mayor poder que dispone el ser humano para coaccionar, para paralizar, para inducir determinadas comportamientos y someter al considerado débil. Decía Nietzsche: "Cuando miras dentro del abismo, el abismo mira dentro de tí". Y es que el miedo saca lo peor del ser humano a través del engaño y la manipulación.

"El bosque" es la mayor reflexión que se ha hecho nunca en la historia del cine sobre la emoción del miedo. Centrándonos un poco más en la película, la trama que sustenta dicha reflexión debe ser enmarcarda en el universo del cuento y de la fábula y como tal tendría que ser entendida. Casi todas las críticas negativas achacan su presunta mediocridad al descubrimiento final. También se critica que no sea una película de terror. Pero como bien han dicho otras personas antes, ésta no es una película de terror sino una fábula sobre la ALIENACIÓN humana.

¿En algún momento se explicita lo que provoca miedo en esta película? Definitivamente no. Lo que se pone de manifiesto son los sentimientos y las emociones de las personas que ven a ese "monstruo" en su cabeza. La película no engaña en ningún momento en ese sentido. ¿Por qué los espectadores asociamos los ruidos y las escenas intrigantes con un "monstruo" si la película no muestra absolutamente nada y cuando lo muestra explicita su engaño? Esto es lo que verdaderamente deberíamos preguntarnos y lo que plantea su visionado. El miedo como una de las emociones más poderosas que existe, no necesita de un referente real para su desencadenamiento. Y esta es la clave que gravita en torno a toda la película. ¿Acaso no está de actualidad este tema en nuestra sociedad actual? ¿Acaso no es ésta el arma principal de muchos gobiernos para ejercer su control sobre las personas? ¿Es el hecho de que uno de los personajes sea ciego mera casualidad?

No me gustaría acabar sin comentar el aspecto técnico que me parece más maravilloso en este film: su banda sonora. Absolutamente magistral el trabajo de James Newton Howard, cargado de matices, significación y emotividad. Un poema hecho música que envuelve a toda la película de un halo de magistral misterio y lirismo.

Esta historia nos invita a ser valientes, no en el sentido clásico del término, sino como seres hambrientos de conocimiento y de verdad. Que grande es la vida con películas como ésta...

M. Night Shyamalan consigue, extraordinariamente, reflejar en esta película un cuento moral con muchas lecturas, en donde yo destacaría el miedo como característica natural del ser humano. Acaso, hay algo peor que el miedo a lo desconocido, el miedo a lo conocido, el miedo a lo diferente, el miedo a la soledad, el miedo a lo incontrolable, el miedo al propio miedo.

Por tanto, no estamos ante una trama que quiera asustarnos, ni que demos botes en nuestros asientos, no se trata de asustar al espectador con un par de sustos “gratuitos” provocados por un aumento en el volumen de la música o una escena grotesca.

En definitiva, estamos ante el miedo como algo innato a la condición humana y que es muy difícil de erradicar a pesar de ser conscientes que las acciones tomadas no son "totalmente buenas", tal y como nos reflejan los personajes de William Hurt y Sigourney Weaver.