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La hora 25

Drama Condenado a cumplir pena de siete años por tráfico de drogas, a Monty Brogan le quedan sólo 24 horas de libertad antes de ingresar en prisión. Después de haber sido el rey de Manhattan, Monty está a punto de decir adiós a sus sueños de grandeza y al disparatado tren de vida que lo alejó de quienes lo querían de verdad. En esas últimas horas de libertad intentará recuperar la relación con su padre (Brian Cox) y con sus dos mejores amigos ... [+]
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Críticas 162
Críticas ordenadas por utilidad
31 de mayo de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recital cinematográfico que se cuela entre mis pelis favoritas. 'La última noche' aborda con furia e inteligencia el abismo de la redención, de la culpabilidad y de las segundas oportunidades, una película que se sumerge en la debilidad de sus personajes en las horas más decisivas de su vida. Brillantes diálogos, interpretaciones lúcidas y plenas de naturalidad, delicadeza y detallismo en el apartado visual y una realización de Spike Lee contenida de rabia y pasión.

'La última noche' se puede definir como un drama carcelario cuyo protagonista, Monty, aún no ha palpado los barrotes, pero que ya está prisionero sin remedio. Prisionero de su pasado, de haberse convertido en el rey de los bajos fondos de Manhattan a cambio de distanciarse de sus amigos, de su padre y de su novia. De poder haber sido mejor persona, pero no haberse atrevido a dar el paso. Edward Norton está pleno, contenido y sereno en casi todo el metraje, sin caer en el victimismo, para descargar toda la impotencia y resentimiento de su personaje en momentos puntuales. Un personaje que resulta ser un buen tipo (la película comienza con él dándole una segunda oportunidad y una alternativa de vida a un perro apaleado que después será su mascota) a pesar de que tomó malas decisiones. Junto a él, un Seymour Hoffman que transmite como pocos actores el apocamiento de personajes vacíos, onanistas y en constante crisis existencial, un Barry Pepper magistral (no puedo dejar de admirarle como uno de los mejores actores de reparto que a día de hoy se puedan encontrar), y Rosario Dawson, que me ha impresionado bastante puesto que no es una actriz a la que recuerde por su capacidad dramática.

Spike Lee nos imbuye en los miedos e incertidumbres de este elenco utilizando todos los recursos narrativos a su alcance, desde el propio libreto inicial hasta el montaje (la repetición de los gestos, como los abrazos que se dan entre los personajes y en qué situación lo hacen, en cambios de plano), pasando por un hilo musical cuya partitura lubrica las escenas otorgándoles fluidez y suavidad en su progreso, ayudando a plasmar ese interior que se muere por exteriorizar los verdaderos sentimientos de cada miembro del grupo de amigos que están "festejando" las últimas 24 horas en libertad de Monty.

La película se puede explicar en sus dos monólogos claves, el de Monty durante el primer giro de guion y el de su padre durante el clímax, definitorios con lo que la película pretende ser, siendo el primero una exposición de la frustración por los errores propios y el segundo de la alternativa y la posible reinserción que siete años en prisión no harán posible. Porque la película, en cuyo contexto está la espesa sombra de los recientes atentados del 11-S, también es una protesta contra el sistema carcelario que, lejos de su principal cometido de redimir a quienes infringen la ley, resulta ser un proceso de venganza social. Y que termina como no podía hacerlo de otra forma, dejando interrogantes y reflexiones acerca de cómo afecta a la vida de cualquier persona las decisiones que toma, buenas o malas: la apuesta del personaje de Barry Pepper en su escena de presentación, el error en la discoteca del de Seymour Hoffman, la que está dispuesto a tomar el padre de Monty en la secuencia final, o las del propio protagonista que le han llevado a esta "última noche". Una historia que se cierra dejando abiertos todos sus frentes, como la propia vida, que nunca para.

http://deusexmachina2.blogspot.com.es/
Aitor Maiden
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23 de agosto de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocas palabras: es de Edward Norton.
La mayoría de grandes actores son veteranos, y es su dilatada experiencia la que les hace buenos.
Pero con Norton no pasa eso. Desde “American history X”, donde era bastante joven, ya se veía que este tipo tiene tablas para comerse la pantalla y ponerse a la altura de quien queramos ponerlo, ya sea Pacino, De Niro o el mismísimo Marlon Brando, al que superó en “The score”.
En esta película, Norton transmite la tristeza de su personaje de una manera extraordinariamente eficaz.
El protagonista vive sus últimas horas de libertad. Su inminente encarcelamiento le hace intentar exprimir sus últimos minutos con su padre y también con sus amigos.
El director sabe expresar muy bien esa sensación de profundo pesar, que suele contrastar con un mundo que sigue girando ajeno a los problemas personales de cada uno.
Cualquier persona que haya padecido problemas como la pérdida de un ser querido, rupturas sentimentales, o cualquier otro acontecimiento negativo, puede identificarse perfectamente con el protagonista. Y es que ese sentimiento que el mundo se te cae encima y que el tiempo se para, mientras el resto del planeta sigue viviendo felizmente sin que le importe un bledo lo que te esté pasando, es encarnada perfectamente por Edward Norton. Se aprecia muchísimo en la parte de la discoteca, por ejemplo. Él intenta emborracharse para olvidar, mientras a su alrededor todos se lo están pasando estupendamente.
Otras partes muy buenas son sus monólogos a la cámara, en la que se hace un gran repaso en forma de crítica a la sociedad estadounidense (u occidental, si queremos), que sufrió el mazazo del 11 de septiembre, y que sin embargo mantiene su falta de valores y egoísmo colectivo. Nada cambia.
En ese gran abanico de virtudes que ofrece este film, encontramos otras secuencias no menos importantes. Por ejemplo, toda la historia del profesor encarnado por el estupendo Philip Seymour Hoffman, es también muy interesante. Me parece un personaje muy bien trabajado y cargado de matices.
No podemos olvidar tampoco la presencia breve, pero impactante, de Brian Cox haciendo de padre. La secuencia del coche es impresionante también, cargada de sentimentalismo y amor paterno-filial. Cox transmite también mucho con su personaje, desde el punto de vista de un padre cuyo hijo va a ir a la cárcel.
Otras secundarias son Rosario Dawson y Anna Paquin, que también aportan buenos momentos de drama y de lo que son las relaciones personales en nuestra sociedad.
Por cierto, me he atrevido a escribir esta reseña desde la memoria. Hace ya tiempo que la vi por última vez, aunque la recuerdo medianamente bien. Sin embargo, no logro recordar si en algún momento explican por qué tiene que ir a la cárcel. También me resulta un poco extraño que no esté detenido y que disponga de esas últimas horas de libertad, con la posibilidad de huir. No creo que sea algo muy creíble en el sistema judicial. Sin embargo, ninguna de esas dos cosas importan en realidad.
La película es un intenso drama en el que las interpretaciones están por encima del argumento. Es de esas en las que no pasan demasiadas cosas, pero que te enganchan por sus diálogos, sus personajes y la facilidad con la que se empatiza con ellos. Es, simplemente, tan humana que consigues conectar, a no ser que seas un espectador demasiado frío o que realmente no te guste mucho el cine. Trata de la pérdida, del arrepentimiento, de la amistad (y de la falsa amistad), de la familia y de muchas cosas más, que nos afectan, de un modo u otro, a todos los seres humanos.
¡Peliculón!
i42poloj
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9 de agosto de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un treintañero reúne en una fiesta a su novia y sus viejos amigos horas antes de entrar en la cárcel.

Despedirse de lo que amamos supone un trago difícil, requiere madurar, hacer examen de conciencia, asumir los propios errores, renunciar a los viejos sueños y afrontar el futuro. A veces se necesita plantarse delante del espejo y soltar todo el odio acumulado; en otras ocasiones ocurre que, durante un trayecto en coche, especulamos con destinos alternativos que sabemos ilusorios.

Spike Lee se lució con esta película que es, entre otras cosas, un sentido homenaje al Nueva York diverso, multicultural, cajón de sastre de pintorescos colectivos obligados a convivir. Edward Norton interpreta a un ex-camello que dedica sus últimos instantes de libertad a cerrar heridas, tender puentes, reconciliarse con el pasado, coger fuerzas para lo que viene. Le dan la réplica excelentes actores, muy metidos en sus papeles. Los amigos del protagonista, su novia y su padre, con sus distintas maneras de reflexionar y ver el mundo, tratan de echarle una mano. Un film conmovedor con un final formidable.
Jackie Daytona
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29 de diciembre de 2008
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más curioso es que las dudas que me deja la película es que acabará pasando con todos los personajes. Acabas sintiendo lástima de Monty, a pesar de que no es más que un camello que seguramente haya jodido unas cuantas vidas vendiendo su mierda. Pero de alguna manera, tras la muerte de su madre, tenía que abrirse paso y la vida no le dio más que esa oportunidad, tras el alcoholismo de su padre, de coger él los pantalones y hacer lo que sea para mantenerse.

Y pese a tener a dos amigos de la infancia como Jacob (modélico Philip Seymour) y Frank (colosal Pepper), su perro Doyle y una novia bellísima que le ama como Naturelle (adorable y muy natural Rosario Dawson), no puede salir de esa mierda que le permite pagar todos sus caprichos y ser feliz con su chica. Solo cuando se va durante 7 años, se da cuenta de lo que ha hecho y de lo que puede llegar a perder, de lo que va a costar recuperarse cuando salga, más allá de lo que le pueda pasar dentro que, dicho sea de paso, las va a pasar putas.

Y en esas 24 últimas horas, Montgomery intenta superarlo todo como puede, ese cúmulo de emociones al dejarlo todo por haberla jodido. Esos pensamientos sobre lo que va a pasar con su padre, sobre si algún día podrá recobrar la amistad con sus amigos, sobre si su novia lo va a esperar o no. Pero tiene que cumplir, la ha cagado y no puede echarse atrás, tiene que joderse esos 7 años, porque si no lo hace, puede perder muchas más cosas de las que ya ha perdido.
Pataliebre
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22 de febrero de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado mucho, y la verdad que es realmente agobiante. Cuenta la historia de un hombre al que van a encerrar 7 años en prisión por un asunto de drogas y cuenta su último día de libertad. Al principio parece que no va a ser gran cosa, pero a medida que avanza empieza a agobiar más y más, empieza a ser todo mucho más creible, aparecen cosas muy buenas de Spike Lee (lo digo porque aparecen cosas que recuerdan a Clockers, por ejemplo) y va ganando mucho. Y el final me ha encantado, te deja bastante mal.

Una cosa que no me ha gustado mucho es lo de meter el 11 S por ahí de calzador en un par de escenas, pero bueno, que tampoco estropea nada, solo que no sé, no me pega mucho por ahí metido.

Por lo demás genial, una historia que en otra manos hubiera quedado algo floja, con Spike Lee queda muy bien y con algunos toques geniales. Os la recomiendo a todos.

Un 9.
Fuel
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