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Los que vuelven

Terror. Thriller. Fantástico Una mujer ruega por el regreso a la vida de su hijo. Afortunadamente, sus plegarias son escuchadas por la Iguazú, la madre del día y la noche, y el bebé abandona la muerte en un llanto vital y ensordecedor, como el sonido que produce la potente cascada de agua misionense. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que dos películas que aparecen prácticamente a la vez tengan un mensaje tan parecido. Tanto Los Que Vuelven como la guatemalteca La Llorona (Jayro Bustamante, 2019) se centran en el mismo tema. De unos años a esta parte se ha venido pidiendo conciencia sobre el saqueo, exterminio y sometimiento que los pueblos indígenas americanos padecieron por los europeos y que acabaron por casi aniquilar cualquier raíz cultural que pudieran tener. Esto ha llevado que a lo largo de los siglos que estos mismos pueblos hayan reclamado visibilidad sobre este problema de tan difícil solución. Y el cine, una vez más, es la herramienta perfecta para poner sobre la mesa temas delicados.

Una mujer llora desconsolada en las cataratas de Iguazú sosteniendo el cuerpo sin vida de su hijo recién nacido. Ella le reza a la Diosa de ese lugar pidiendo que le devuelva la vida, y milagrosamente el bebé empieza a llorar para la sorpresa de su madre. Pero años más tarde, la Diosa reclamará el pago de su deseo.

Los Que Vuelven tiene varias tramas repartidas en diferentes líneas cronológicas y centrándose más en el drama histórico más que en una película de terror al uso. La historia funciona cuando se hace un dibujo global de las acciones y consecuencias siempre teniendo a la figura de la madre (no del personaje, sino del concepto) como motor de la trama. Entonces si fuéramos un web de cine generalista es una película que se podría recomendar pues pone sobre la mesa un tema más que interesante y además rodado con acierto y belleza, pero esta es una web de cine de terror y es aquí donde la película se desmorona, pues aunque en un último momento hay un cierto empujón en el género cuesta meterlo en ese saco. Aún así hay un par de escenas que rozan el gore, son crudas, descarnadas y totalmente realistas. En ese aspecto, una auténtica sorpresa.

La nueva película de Laura Casabé (La Valija de Benavídez, 2016) es una readaptación de un cortometraje suyo del 2010 llamado La vuelta del malón. Guion escrito a seis manos junto a Paulo Soria y Lisandro Bera. En el plano de la dirección realmente la película luce bellísima, rodar en la jungla siempre es un foco de problemas y contratiempos de producción pero cuando sale bien, y es el caso, la película es visualmente espectacular, tanto que lo que se dice siempre, llega a ser un personaje más, denso, estrecho y claustrofóbico. En el tema argumental pues es harina de otro costal, pues pese a que no veo nada que falle de manera escandalosa si que debo admitir que un ritmo tan lento y un argumento que le cuesta desarrollarse hizo que me costara entrar en la película. Aún así, las escenas que se centran más en los terratenientes y sus planes de explotación de la tierra me parecieron fascinantes. En el plano interpretativo destacan sobre el resto Lali González y María Soldi con personajes complejos y densos.

Película recomendable pero no para los amantes del terror pues en esta cinta es muy suave, casi inexistente. Pero como drama histórico para poner en perspectiva un problema que no se ha solucionado, en ese aspecto Los Que Vuelven es una película a reivindicar.

https://www.terrorweekend.com/2020/10/los-que-vuelven-review.html
TerrorWeekend
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15 de octubre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una especie de fuerza sobrenatural otorga milagros, que tiempo después te los cobra, o esa es la idea. La película, narrativamente cuenta muy poco y se apoya en demasiados insert de imágenes que no aportan contenido. El guion se preocupa más por crear un suspenso basado en poca información, que en el desarrollo de la historia y sus personajes. Las actuaciones son muy buenas. Aunque la colorización es buena, no lo es así el montaje, que deja planos largos en duración que se vuelven eternos y escenas que sobran por el solo hecho de no contar nada. La dirección de fotografía es impecable, tiene una imagen muy bien cuidada en los interiores y sobre todo en espacios abiertos donde la maleza y la selva suelen ser un punto en contra para la iluminación. El trabajo realizado por el departamento de arte y vestuario es fantástico. La banda de sonido es muy buena, creativa y adecuada al género. Convierte en dinámica una historia que no lo es y hasta en cierto momento la hace atrapante.
Nicolas Largeaud
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30 de noviembre de 2019
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Es rescatable por el hecho de partir de una historia autóctona, del litoral, más precisamente de las Cataratas del Iguazú.
Hay tensión, suspenso.
A toda promesa le llega su consecuencia.
Vista en MDPFF34 ( Mar del Planta Film Fest, Argentina )
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Claudio J M
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11 de octubre de 2020
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Esta cinta argentina se podría considerar más de suspense que de terror, y de hecho es en la contención y en la intriga por el misterio de los hechos que iremos descubriendo a lo largo de tres capítulos bien diferenciados donde reside su fuerza, acentuada por una banda sonora que consigue ponerte la piel de gallina a su antojo.

Las localizaciones selváticas y el contexto histórico ayudan a ponerse en situación, y aunque la trama caiga eventualmente en la reiteración, conforme avanza va ganándose una atención que no debemos perder si queremos comprender lo que ocurre, algo que no llegaremos a conseguir del todo por mucho que lo intentemos.

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Cine de Patio
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10 de noviembre de 2020
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Los que vuelven (2019), dirigida y coescrita por Laura Casabé, es una muestra más de que el cine argentino puede producir películas de género de calidad. En este caso se trata de muertos vivos en Misiones, que buscan venganza contra los pobladores blancos.

Por Nicolás Bianchi

Alejandro Fadel, Jimena Monteoliva, Laura Casabé. Estos y otros nombres comienzan a sumarse a una lista cada vez más vasta de realizadores argentinos que se vuelcan al cine de género, una tradición con poca historia en la cinematografía nacional. Lo positivo, además, no es solo el intento sino también los resultados, que cada vez más responden a un buen estándar de calidad.

Los que vuelven se sitúa en la selva misionera, a comienzos del siglo pasado. En una plantación yerbatera conviven los estancieros, blancos y cristianos, con la peonada originaria. La película se divide en tres capítulos, que también funcionan como los tres actos de la narración, en la que la historia de los que vuelven, o sea los que mueren pero regresan, se cuece a fuego lento para dar un muy buen tercer episodio.

María Soldi, en una actuación sumamente eficiente, interpreta a la joven mujer estanciera que convive con el personaje de Alberto Ajaka, el patrón. En el primer capítulo del film tiene un niño muerto en brazos y le pide a la Iguazú, entidad mágica o divina del lugar, que se lo traiga de vuelta. Unos años más tarde el niño, que por sus rasgos evidentemente no es hijo de esos patrones blancos, juega con ella a las escondidas en el caserón en el que viven.

Al mismo tiempo un peón es capturado en las inmediaciones del lugar. Tiene los ojos completamente negros y parece rabioso. El cura que interpreta Javier Drolas dice que está poseído. El resto de la peonada observa todo con distancia y cierta desconfianza. Hay dos mundos que conviven en la plantación, los colonos blancos o criollos y los nativos.

El entorno y el paisaje es un componente fuerte de la película. La selva misionera, sus caídas de agua, su espesura que parece esconder siempre algo son un elemento importante para la ambientación que realiza Casabé. A los blancos los que vuelven les pueden aparecer desde la vegetación, como si estuvieran camuflados o escondidos entre las hojas de las plantas.

El segundo capítulo, aunque resulta sumamente necesario para la trama, es seguramente el más flojo de los tres. Allí se develará el origen del niño y del mal que avanza también. Casabé opta por recurrir constantemente a la ambientación en detrimento del diálogo. Lo que crea la atmósfera de terror es el movimiento de la cámara por los alrededores de la estancia, luego por los rostros de quienes vuelven. En ciertos momentos la película luce estancada. Por otra parte un puñado de tomas con drones aparecen un tanto descolocadas para una historia que transcurre a comienzos del siglo XX. Son puntos de vista que no coinciden con la época.

De todas maneras en el tercer acto y capítulo la espera rinde sus frutos. Hay acción, sangre, austeros y logrados efectos especiales, y también toques de gore, porque Los que vuelven nunca deja de ser una película de terror. Muertos vivos posibles para la selva misionera, que constituyen una interpretación muy lograda de los zombies, personajes que abundan en la cultura popular occidental desde la década del 60, o quizás antes también. Como ellos el cine de género argentino está vivo.
El Golo Cine
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