La dimensión desconocida: Un mundo propio (TV)

Episodio de cierre de la primera temporada de la serie de TV "The Twilight Zone", "A World of His Own" es un ingenioso argumento que trata del escritor como un creador de vida, pero en un sentido literal, y de la manera en que lo ficticio, lo literario, pueden llegar a ser algo real y verdadero. El dramaturgo interpretado por Keenan Wynn controla la realidad a su antojo, y tiene el poder de un dios creador. Sin duda es un asunto con grandes posibilidades, limitadas por las limitaciones de un episodio de una serie de TV.

Para el último episodio de la primera temporada, escrito por Richard Matheson, se apostó por una comedia surrealista, sofisticada, con el imprescindible toque de fantasía. El episodio, escenificado en una sola habitación, está lleno de buenas ocurrencias y en general resulta ingenioso. Por su carácter liviano no figura entre los mejores capítulos, aunque en general sea bastante divertido. Supone la primera aparición en pantalla de Rod Serling.

200/04(03/07/20) Mordaz y muy sugerente episodio 36, cierre de la primera temporada de la serie de culto creada por Rod Serling para la CBS, “The Twiligth Zone”. Con un estilo ligero y de comedia nos adentra en como el proceso creativo puede hacernos creer que somos pequeños Dioses capaces de crear vidas dependientes de nuestros antojos. Se emitió por primera vez el 1 de julio de 1960, es decir, tiene 6 décadas y se mantiene fresco y divertido, sin perder atemporalidad en su análisis de como los artistas (escultores, pintores, arquitectos, directores de cine,...), en este caso un escritor, en su narcisismo puede llegar a creerse su mundo a tal punto de ser el dueño y señor de la gente. Dirige con gran sentido teatral Ralph Nelson (única realización de la serie), ello bajo un ingenioso y juguetón guión de Richard Matheson (escribió 16 episodios de la serie).

Al regresar a casa, Victoria West (gran marujona Phyllis Kirk) ve a su esposo, el dramaturgo Gregory West (solaz Keenan Wynn), a través de la ventana compartiendo una bebida y coqueteando en su estudio con Mary (deliciosa Mary LaRoche), una joven atractiva y cariñosa. Cuando Victoria irrumpe en la habitación, Mary no se encuentra por ningún lado.

En este caso la narración final clásica de la serie tiene gran importancia, pues de modo meta-ficcional Rod Serling por primera vez interactuará con los personajes, en un delirante guiño televisivo.

Un capítulo muy imaginativo, donde el carácter teatral del capítulo, donde todo sucede en una habitación y con tres personajes (más Serling y un elefante!), y todo transcurrido en tiempo real, se siente muy jocoso en sus giros constantes, en sus juegos de matrioshkas, teniendo un epílogo desternillante en su surrealismo.

El episodio, escenificado en una sola habitación, está lleno de buenas ocurrencias y en general resulta ingenioso. Por su carácter liviano no figura entre los mejores capítulos, aunque en general sea bastante divertido. Supone la primera aparición en pantalla de Rod Serling.