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Sombras en el rancho

Western Jim Harvey, un decidido y joven aventurero, es contratado para escoltar una caravana que debe atravesar territorio inidio. Durante el viaje son atacados por la tribu del jefe Águila. La ayuda que Jim prestó al hijo de éste podría ser la única circunstancia que los librara de la muerte. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
5 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabalga en solitario Jim Harvey (Murphy) cuando encuentra herido a un indio yaqui, Tigre, hijo del jefe Águila. Ya las mismas denominaciones de estos nombres en la versión hispana de la cinta, delatan un cierto desinterés por parte del guion y de los traductores, pues el tigre es un felino que exclusivamente se encuentra en Asia. Y más tratándose de indios yaquis asentados en las riberas del río del mismo nombre en el estado mexicano de Sonora, que difícilmente habrían oído hablar de estos pantéridos.
Por lo demás Jim extraerá la bala que ha recibido Tigre directamente con su cuchillo, sin siquiera tomarse la molestia de pasarlo por el fuego como era lo habitual. Gesto que luego le agradecerán al liberarlo cuando estaba sometido al tormento indígena conocido como la "muerte sin sueño", que consiste en cortar los párpados a la víctima para que sus ojos no tengan defensa alguna ante la exposición a los rayos solares.
Estamos pues ante un western de indios, pensamos enseguida. Pues no, porque a renglón seguido encontramos al héroe dirigiendo una pequeña caravana. Tan pequeña que solo cuenta con tres carros, unas vacas y un ternero, lo que denota de paso la pobreza de medios de la película.
Bueno, pues también trata de caravanas. Tampoco, porque enseguida se enreda la trama con intentos de linchamiento que hacen al sheriff de Borax, Murchoree (excelente Wills), jugarse el tipo y organizar luego la correspondiente persecución del preso evadido. A todo ello hay que añadir la parte policial del argumento para buscar el culpable de cierta delación en la que andan por el medio asuntos de minería.
Convendremos por tanto que la obra pretende abarcar muchos temas a la vez en apenas 79 minutos de metraje. De ahí la sensación de barullo y de provisionalidad que queda al final, de la que tampoco se libra la parte sentimental. El que mucho abarca poco aprieta, y se nota ...
Y eso que tiene a su vez elementos positivos, como por ejemplo el personaje de Jim que está muy bien perfilado, sometido siempre a "La forza del destino" inexorable como se canta en la ópera de Verdi, inspirada como se sabe en "Don Álvaro o la fuerza del sino" de nuestro Duque de Rivas. Todo se combina para que aparezca como un cobarde y un asesino. Nada puede hacer salvo huir para buscar al verdadero culpable. Positivo consideramos también el debate que se plantea sobre la inocencia y la culpabilidad, o sobre la crueldad de las masas ciegas que buscan venganza antes que la justicia. Hay asimismo algunos toques humorísticos, como el jamelgo que le hacen cabalgar a Jim que parece el que usaba D'Artagnan cuando se presenta jactancioso en París ante los "Tres mosqueteros".
Evaluando defectos y virtudes pensamos que al final prevalecen estas para conformar una obra interesante.
Lafuente Estefanía
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22 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Directo, arriesgado, magnético, pausado, misterioso y emocionante adaptación literaria en formato western, en el que un joven aventurero, es contratado para escoltar una caravana que debe atravesar territorio inidio.

Nathan Juran, apuesta por una incursión en un relato de intereses e intrigas personales con poderosas dosis de suspense y aventuras.

La selección del reparto está a la altura del relato y cada uno de los diferentes personajes, presenta claros aspectos definitorios, que hacen comprender e intuir el desarrollo de algunas situaciones.

Merece una mención y reconocimiento especial, la labor interpretativa del burro que acompaña al bueno de Audie Murphy, por lo que parece ser el terreno más peligroso del salvaje oeste.

Por su temática, estilo visual y por la presencia de algunos intérpretes habituales del western, como: Lee Van Cleef y Audie Murphy, me atrevo a decir que es una de esas producciones de serie B, con las que Quentin Tarantino, disfrutó en su infancia.

Sombras en el rancho, queda como un western de serie B, en el que el burro es la estrella de la función.
Jon
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19 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habría que llenar varios libros del mismo grosor de una guía telefónica para registrar los casos de hombres (y mujeres) acusados de un delito que no cometieron. En su condena primó la ligereza, el prejuicio, el racismo, la xenofobia, la discriminación… y hasta la furia de una turba irracional con ansias irrefrenables de desahogar su ira contra una sociedad donde la justicia rara vez funciona. Desde las escuelas debería enseñarse que, todo hombre, sin importar su raza, su nacionalidad, su religión… o su ideología, tiene derecho a un juicio justo e imparcial antes de dictar sentencia. Esto es Justicia. Cualquier juicio con sesgos es Tiranía.

De estas cosas nos habla la película, <<SOMBRAS EN EL RANCHO>>, un western dirigido por, Nathan Juran, segunda de tres ocasiones -“Gunsmoke” (1953) y “Drums Across the River” (1954), fueron las otras dos- en que se reunía con el recordado actor, Audie Murphy, a quien tenía en muy alta estima. El punto de partida fue la novela de Kenneth Perkins, “Three were Thoroughbreds”, la cual publicó en 1939, siendo primero llevada al cine por el director, George Sherman, como “Relentless” (1948).

La historia podría resumirse en la condena, sin juicio previo, que hace la turba de un pueblo contra un joven que sirvió de guía a una caravana, cuyos viajeros hombres fueron masacrados por los indios. Lo que ocurrió y por qué ocurrió, se irá desvelando poco a poco cuando, ayudado por Tigre -un indio yaqui al que salvara la vida-, Jim Harvey, el condenado, consiga escapar de la prisión.
Estamos ante un western de serie B, en el que se consigue dejar plantada una nueva denuncia contra los linchamientos y las condenas a priori, al tiempo que se reivindica esa conciencia y esa intuición femenina que todavía no aprendemos a valorar. Aquí las tres mujeres, en especial, Laura Saunders y Louella Buckley, son magníficos ejemplares de hembras definidas que saben cuál es su lugar.

Punto aparte se merece ese jamelgo, por algunos subvalorado, llamado Tumbleweed (Planta rodante), al que terminaremos amando cuando demuestre sus virtudes… no es por nada que, de su nombre, surge el título original de la película. ¡Ah, cuántas veces los animales son más sensatos que la “especie superior”!

Nathan Juran, director de origen rumano al que se conoce principalmente por sus labores como diseñador de arte y por filmes de género fantástico y ciencia ficción (“The 7th Voyage fo Sinbad”, “The Brain from Planet Arous”,“Attack of the 50 Foot Woman”…), consigue un singular western en el que entremezcla varios subgéneros y donde consigue una eficiente dirección de actores entre los que sobresalen: Chill Wills, como el sheriff incorruptible; Lori Nelson, la bella rubia que sabrá elegir lo que le dicta su mente y su corazón; y entre otros, Roy Roberts (Nick), el hombre que, quizás recordando lo que ocurriera con él mismo alguna vez, querrá devolver el bello favor que le hizo la vida.

Juran -apremiado seguro por la austeridad presupuestal-, no se detiene en detalles que considera superfluos y prefiere ahondar en la psicología de sus personajes y en la dinámica de la historia. ¿El resultado? Un filme que entretiene con coherencia y significación.

Título para Latinoamérica: EL PRECIO DE LA TRAICIÓN
Luis Guillermo Cardona
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