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Una noche en Casablanca

Comedia La acción se sitúa en Casablanca, poco después de la Segunda Guerra Mundial. El gerente del Gran Hotel ha muerto en extrañas circunstancias. Para ocupar la vacante que deja, es contratado Ronald Kornblow, que abandona de inmediato la posada que dirige en un oasis. Tras su llegada Ronald entra en contacto con Corbaccio, un extraño sujeto que se dedica a estafar turistas a través de su Compañía de Camellos Amarillos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
5 de marzo de 2006
33 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido una de las mejores. Los chistes de Groucho siguen siendo delirantes (abajo cito unas cuantas frases que recuerdo), y Chico y Harpo no están mal. Ha mejorado el guión con respecto a otras y lo mejor de todo es que sólo tenemos que soportar dos números musicales: el del piano, tan pesado como siempre, y el del arpa, esta vez con buen ritmo. Pero nada de ver al guaperas de turno cantando insoportables temas "románticos"; de hecho, apenas se ponen cinco frases en boca de la pareja de amantes.
La escena de la preparación del equipaje está cerca del nivel de la del camarote y de la del falso espejo.

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Groucho: Es usted la mujer más hermosa que he visto.
Beatrice: ¿De veras?
Groucho: No, pero no me importa mentir si con ello saco algo.

Groucho, tras tirarle un plato de sopa encima al conde: No se preocupe, si se tira por encima otro plato de sopa, no se notará.

Tras un intento fallido de asesinato contra Kornblow (Groucho), éste aún sigue pensando que se trató de un accidente. Aparece en escena sucio y magullado.
Pierre: Señor Kornblow, ¿qué le ha pasado?
Groucho: Fue un accidente. Me atropelló uno de estos chóferes de Casablanca. Tuve que
esquivarle tres veces, y a la cuarta me subí a una palmera.

Chico: Oiga, ¿qué es esto? La botella está vacía.
Groucho: Sí, es que es champán seco.

Groucho "confunde" a la mujer de un cliente rico y poderoso con su amante.
Groucho: Señor Smythe, este es un hotel respetable, así que le sugiero que se vaya a otra parte con su amante.
Smythe: ¡Esta señora es mi mujer, debería avergonzarse!
Groucho: Si es su mujer el que debería avergonzarse es usted.
Smythe: ¡Tendrá noticias mías!
Groucho: De acuerdo, pero intente enviármelas en una postal.
jastarloa
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30 de agosto de 2006
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El regreso de los Hermanos Marx se produjo con esta película después de cinco años de abandono debido a las deudas de juego de Chico. El tema de Casablanca estaba de moda, unos años antes se había rodado el gran clásico de Curtiz, mientras que la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin. Y la verdad es que la cinta no está a la altura de "Sopa de ganso", "Un día en las carreras" o "Una noche en la ópera". Es posible que el director un más que interesante Archi L. Mayo ya maduro le faltase el talento de la comedia, ya que hasta entonces el drama, cine negro y la aventura habían sido sus películas.
Lo mejor sin lugar a dudas como siempre el genio de las frases de Groucho Marx, además de varios sketches divertidísimos, por cierto uno de ellos un remake del camarote de una noche en la ópera pero esta vez en una sala de baile.
Película de unos genios pero en horas bajas y no dirigidos por Leo McCarey o Sam Wood cosa que también se nota y mucho, aún así para los incondicionales resulta imprescindibles y para los que quieran descubrir el mundo Marx mejor empiecen por otra de las sugeridas más arriba no sea que no les parezca una obra maestra, pero estos chicos las tienen y además varias.
vircenguetorix
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18 de febrero de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la Segunda Guerra Mundial, un piloto francés fue obligado por los nazis a transportar un tesoro (joyas, lingotes de oro y valiosas pinturas) hacia algún lugar de América del Sur. Durante el viaje, el piloto hizo escala en Casablanca donde fue interrogado y detenido… y el tesoro desapareció. Se sospecha ahora, que puede estar escondido en el hotel Casablanca, pues los nazis están tan interesados en hacerse con él, que ya han eliminado a los últimos tres gerentes. Pero la vida sigue y alguien más acepta tomar el cargo que los otros han dejado saliendo en una funeraria. Se llama Ronald Kornblow (¡Groucho Marx!) y por supuesto contará con dos ayudantes, Tony y Rusty (ya saben ustedes quienes son), para que lo vean salir en ataúd… o para resolver junto a ellos el ya largo misterio del tesoro perdido. Nunca antes el apellido de los artistas y la K de su personaje venían tan al caso.

“UNA NOCHE EN CASABLANCA” surge por interés de United Artists y su productor David L. Loew, quien además de los Marx, de entre el viejo equipo, solo cuenta con Sig Ruman quien vuelve a hacer las veces de su “temible” enemigo, en un rol que se convierte en una de sus mejores intervenciones.

Es fácil deducir que el filme no fue asumido con la intención de hacer algo demasiado original o memorable, y que tan solo se buscaba unos buenos dividendos complaciendo al público con una historia divertida que le hiciera reír durante un rato. La primera pista es que se aprovecha el enorme éxito obtenido cuatro años antes por “Casablanca”, un filme que proseguía en la memoria de mucha gente. Se buscaba parodiarla de alguna manera, pero quizás por la friega de la Warner, a la que el más locuaz de los Marx respondió con varias cartas que hicieron historia y que pueden leerse en su libro “Groucho y Yo”, apenas se redujo a poner en los créditos The Marx Bros., intencionado reflejo de la clásica firma Warner Bros.

En segundo lugar, se mantienen algunos puntos comunes con filmes anteriormente realizados, y entonces volvemos a ver a Chico interpretando “Barrilito de cerveza”; se hace otra rutina de Harpo tratando de que chico entienda lo que él acaba de ver; regresa el improcedente intermedio musical… y el común romance de la parejita alterna, otra vez vuelve y juega, con la dichosa salvedad de que, el joven de ahora, no sabe cantar.

Sin embargo, el objetivo de generar un rato divertido se logra en buena manera, pues, por fortuna se contó con el notable creador de gags Frank Tashlin (futuro exitoso director) quien aporta, cuando menos, dos de los mejores momentos que tiene la película: Harpo sosteniendo el edificio que un policía toma como una burla, y la estupenda secuencia con el nazi Stubel tratando de empacar su ropa y los tres aliados convirtiéndolo en un imposible.

Fue este el último filme que bien podía llamarse “de los Hermanos Marx”. Su carrera buscaba acercarse a la recta final… pero ya habían logrado un más que merecido lugar en la historia de la comedia cinematográfica.
Luis Guillermo Cardona
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7 de julio de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última gran película de los Hermanos Marx. No está entre sus cinco films más míticos, pero tiene momentos verdaderamente divertidos. Después rodarían "Amor en conserva" una de sus peores películas. Así que cabe decir que es con "Una noche en Casablanca" la película con la que el trío se despidió del cine.

Quizá aquí no gozaron de la libertad creativa de sus mejores películas, y queda en mera parodia del cine negro de finales de los años treinta, principios de los cuarenta (que no es poco) y tiene tramas paralelas, como el lío amoroso de la recepcionista, que no aportan nada cómico a la película, pero tiene sus grandes momentos. Especialmente tres escenas que están entre las mejores de su filmografía:

El duelo a espada entre Harpo y Kurtz.
El momento donde Chico debe descifrar lo que quiere decir Harpo con su mímima.
La escena de los trajes y los baúles (memorable)

Mención especial a la gran frase de Groucho a mitad de película:

"Ya sé que la botella está vacía, es champán seco"
Rufus T Firefly
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19 de diciembre de 2011
17 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva película de los hermanos Marx, donde vuelven a actuar como si fuera un teatro, escenarios donde dramatizar o en su caso, satirizar.

Una noche en Casablanca, nos presenta una película donde en un hotel de allí estan matando a todos los gerentes, y por casualidades del momento, llaman como nuevo gerente a Kornblow (Groucho), y con esa perspectiva junto a un tesoro oculto por los nazis y un camellero sinvergüenza (Chico) y se crea la trama.

Un guión, aunque nada original, interesante porque puede dar para mucho, el problema radica en que su adaptación para las gracias y lo bufonesco de los hermanos Marx, consigue enrollarlo de tal forma, que pierde atractivo, siendo en algunos momentos algo aburridos.

Otro punto negativo, son los escenarios, y es que se hecha de menos y más con ese titulo tan sugerente un paisaje o por lo menos algunos planos, pero no deja de ser todo simples decorados en grandes almacenes de California.

Por último añadir, a los hermanos Marx actuando, parece que estuvieran en un teatro, donde la cámara es el publico, y lo hacen nota en demasía perdiendo esa visión que se le pide al cine y por lo que está por encima del teatro en ese aspecto.

En resumen, película normal, del montón, que sigo sin comprender su sobrevaloración crítica y valorativa en muchos medios, a no ser que la memoria sea la causante de ese positivismo reminiscente.
Ranxomare
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