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Mis funciones secretas

Comedia Otoño de 1989: mientras el muro está a punto de caer en Berlín, la policía secreta vigila a cientos de miles de personas en Suiza. Viktor, un policía de buen comportamiento, se infiltra en un grupo de teatro de Zúrich para recabar información sobre la gente de izquierdas del teatro y posibles elementos subversivos que al parecer están colaborando con Moscú.
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
2 de agosto de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Zúrich, durante 1989, un policía se infiltra en los ensayos de una obra con el objeto de investigar a posibles elementos subversivos.

Comedia ligera de argumento seductor en la que la vida de un agente dará un vuelco tras introducirse en el mundo del teatro, ambiente que desconoce completamente, con las divertidas situaciones que de ahí se derivan (“podemos descartar que Stanislavski sea un agente de Moscú”).

Todo gira en torno a un hecho histórico –el descubrimiento de que la policía suiza almacenaba casi un millón de archivos secretos sobre ciudadanos con tendencias izquierdistas–, si bien el factor político queda un tanto desaprovechado.

La película discurre por los cauces habituales de la comedia romántica. Se suceden los equívocos, los desengaños y las declaraciones de amor muy sentidas. Los personajes nos caen bien, hacen gracia, deseamos que sean felices… Sin más.
Jackie Daytona
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9 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Planteamiento

Mis funciones secretas nos cuenta una historia sobre Suiza poco antes de la caída del Muro de Berlín. Corre el año 1989 y los servicios de seguridad interior de la Confederación Helvética realizan de forma sistemática labores de espionaje a sus propios ciudadanos.

En esta situación se encuentra Viktor (Philippe Graber) un anodino, aburrido y solitario policía. A Viktor le encomiendan infiltrarse en un grupo de teatro de fuerte orientación comunista. Desde este momento, la sátira política, la comedia romántica con toques de enredos están más que servidas y se desarrollarán a lo largo de la trama.

Esto se debe a que gran parte de la película funciona por la confrontación de ambos mundos. Estos están representados principalmente en el personaje de Odile (Miriam Stein), hija de militar de carrera y actriz revolucionaria con conciencia política. Por el lado reaccionario y burocrático tenemos al fanático policía Marogg (Mike Muller).

*Confrontación

La clave de la comedia en esta película está en la confrontación de ambos mundos e ideas. A lo largo de toda la cinta la sátira sobre el poder es constante. Pero tampoco se libran del azote satírico los intelectuales de izquierdas acomodados en su poltrona académica y elitista.

En este sentido, los mundos chocando funcionan de forma aceptable. Provocando más de un divertido gag y alguna que otra situación entrañable. Pone también en evidencia el exceso de celo por parte de algunos elementos del funcionariado, que se complementa con su falta de cultura y de miras por el mundo. Sin hacer spoiler hay un par de gags buenísimos debido a esto.

*Denuncia social

Suiza siempre se ha presentado como una suerte de paradigma de las libertades individuales. Una confederación democrática donde cantidad de asuntos de Estado se deciden por el voto directo de sus ciudadanos. Pero todo conjunto de luces esconden sus sombras. Podemos reseñar lo tardío del derecho de sufragio para las mujeres suizas (1971) o su servicio militar obligatorio.

Pero lo que Mis funciones secretas denuncia es como una democracia que ha presumido siempre del máximo respeto al individuo a su libertad, acaba espiando a sus ciudadanos. Si es cierto que la clave de comedia romántica permite satirizar y quitar hierro al asunto.

No obstante, esta denuncia de una situación lesiva para las libertades individuales, acaba siendo un mero decorado y un problema de fondo. No se incide más en esta idea, que aunque importante en la película, no pasa de mostrar a un policía con exceso de celo y a otro que no se cuestiona el seguir órdenes.

*Conclusiones

Mis funciones secretas es ante todo una película divertida. Tiene bastantes dosis de comedia romántica y de enredo. Su ambientación está bastante lograda al mostrar diferentes ambientes de finales de los 80 a través de decorados y del vestuario.

Si bien es cierto que es una película modesta, esta al final cumple. Su apartado de denuncia social podría haber sido más profundo e interesante. Pero esta película no se asemeja a Los Otros, título sobre el espionaje, pero que ahonda más en el drama humano.

El resultado final es una película ligera, entretenida y con bastante buen humor. Es una lástima que quizás por la temática y su lugar de procedencia, pueda echar para atrás a algunos espectadores. Pero en resumen, es una comedia bastante sencilla, simpática y asequible, aunque podría haber dado más de sí al hablar sobre el espionaje a los ciudadanos de Suiza.

Escrito por Juan Carandell Rojo
Cinemagavia
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10 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo falla, y es una pena, en esta producción suiza sobre un policía secreta metido a figurante de una compañía de teatro subversivo.

A pesar del intertítulo inicial con la localización espacio-temporal, es difícil, por lo menos para el espectador no-suizo, ubicarse en el relato y configurar los parámetros mentales necesarios para calibrar las circunstancias políticas y sociales que inciden gravemente en las desventuras de Viktor.

Poco sabemos, a mi pesar, de la historia reciente de ese país; y los sucesos y manejos del espionaje, la corrupción política y policial y la persecución a los propios ciudadanos que aparecen en la película los tenemos asociados (por la herencia del cinéfilo) a los momentos centrales de la Guerra Fría, tras el Telón de Acero. Ello hace que sea difícil (insisto, por ignorancia) asociarlos a la vida en Suiza durante la caída del Muro de Berlín.

A este desconcierto se suman otros elementos confusos que contribuyen a entorpecer la comprensión del contexto: nombres de políticos reales, referéndums cruciales (para los suizos) o actuaciones enigmáticas de algún personaje que se quedan sin respuesta, como todo lo que rodea al director de la obra.

No obstante, como somos buen público y nos gusta mucho el cine, nos centramos, como siempre, en la parte humana del relato. Y en ese aspecto lo difícil es sustraerse a la genialidad del protagonista.

El joven policía secreta, acostumbrado a obedecer, de racionamiento plano pero dedicación extrema, se ve golpeado por la desinhibición, anarquía y pasión que se encuentra en la compañía de teatro en la que tiene que infiltrarse. Sus balbuceos y torpezas no le impiden entregarse valientemente a su misión ni negar la evidencia de su enamoramiento de la actriz principal. La impecable interpretación de Philippe Graber consigue que nos metamos en los bolsillos de Viktor, nos olvidemos de lo político y nos desesperemos ante la posibilidad de que pierda al amor de su vida.

Por eso termino como empiezo: es una pena que una comedia romántica sencilla y con un punto de originalidad, se pierda entre tanto galimatías político; pues si tenía una intención denunciatoria, ha sido ineficaz y además perjudicial para el conjunto del film.

www.contraste.info
Revista Contraste
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