Mi otro Jon

Como decía aquel ínclito crítico de prensa, hoy toca otra más de "enfermedad semanal" en tono de comedieta, y con carácter benéfico-recaudatorio. Ahí tenemos de vuelta a nuestra inefable Carmen (Maura, no Machi, qué raro que ésta última no aparezca), con sus mismos tics de siempre, interpretando a la originalísima enferma terminal, a la que por arte de birlibirloque la "ciencia avanzadísima" (ver a Aitana como doctora me chirría, a menos que sea en peli X) le concede el deseo de "reencarnarse" en un camionero euskaldún, bien gordote él, para viajar a nada menos que La Palma a ver las olitas del mar y los volcanes humeantes...es más verosímil el programa electoral de alguna política desnortada del panorama actual...
En fin, una agradable y pastelosa comedia hispana con sus imprescindibles chascarrillos sin gracia esputados por los mismos comedietes de hace 25 años, cameos insufribles (jubílate ya, y a la Resi, Anita, porfa) y nada, unas pocas lagrimitas y 'to er mundo ej güeno" en los mundos de Yupi de la España plurinacional. Lo de siempre, no hay remedio para la comedia española. Es lo que hay. Potemos todes.

En estos tiempos en que la mayor parte de la información que nos llega es terrible y que el pesimismo es nuestro modo de vida, se agradece un poco de aire fresco de vez en cuando.

Mi otro Jon, cuarto largometraje de Paco Arango, nos propone un enfoque optimista sobre nuestra relación con el tiempo, la enfermedad, la muerte y la forma de afrontar estas circunstancias junto con la familia. Lo hace de una forma entusiasta, y eso se nota en cada escena.

Salí de la sala con una sensación agradable, pese a no haber visto, evidentemente, una obra maestra. De alguna manera, me recordó emociones de mi infancia relacionadas con el cine. De hecho los niños que estaban en mi sesión se lo pasaron en grande.

Esa puede ser su virtud, y al mismo tiempo su hándicap, ya que esa mezcla de escenas dirigidas al público infantil con otros momentos más reflexivos no acaba de cuajar del todo. Personalmente, la escena en la casa de Ana Obregón, me sacó totalmente de la historia.

Sin embargo, el trabajo de Carmen Maura y Fernando Albizu es excelente (a veces parece que son la misma persona), y las tres superveteranas (María José Alfonso, Marisol Ayuso y Mª Luisa Merlo), dan un toque muy gracioso a sus personajes.

En definitiva, una película recomendable para ver en familia y pasar un buen rato si no tienes unas expectativas demasiado altas. Aparecen muchas caras conocidas, y si no te gusta demasiado, al menos sabes que tu dinero no ha ido a los bolsillos de los ejecutivos de una multinacional, sino que va a ayudar a luchar contra el cáncer infantil.

Enhorabuena al equipo por el proyecto y el entusiasmo con el que lo defienden. Espero sinceramente que sea un éxito y se generalicen este tipo de iniciativas.

El filántropo Paco Arango dirige de nuevo una cinta benéfica para los niños enfermos de cáncer. Partiendo de una premisa atractiva, con tintes de ciencia ficción, entre el drama y una comedia poco conseguida; reúne a un extenso reparto liderado por la frescura y personalidad de Carmen Maura.

Un mensaje potente, un desarrollo de los personajes errático y varias situaciones exageradas y un tanto vulgares se conjugan en una historia con buen corazón para pasar el rato.

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Una comedia típica, con todos los tópicos manejados con soltura pero que tienen ese aroma bastante gastado de lo ya visto...

El problema de este "Jon" es que no arriesga... no sé como podría hacerlo en una comedia de estas características, para que el resultado fuese algo novedoso. Aquí se enquista en lo obvio.

Me ha gustado ver a Carmen Maura recuperando un protagonismo que el tiempo le ha hecho perder, algo inevitable incluso en los grandes, como ella, por el devenir de los años. Ignoro si en otros momentos más gloriosos hubiese aceptado participar. Pequeño papel para Ana Obregón, que sigue enmarcada en sus caracterizaciones de siempre... y está bien que así sea.

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Apoyemos el proyecto de Paco Arango.

Sigue a Merche, interpretada por Carmen Maura, quien recibe la noticia de que le queda poco tiempo de vida. Decidida a cumplir sus sueños imposibles y ver el mar por última vez, Merche se encuentra con una brillante científica que le ofrece una solución: introducir su alma en el cuerpo de un recién fallecido durante tres días. Ese cuerpo es el de Jon, un grandullón camionero vasco.

En general, la película es una comedia solidaria que busca tocar el corazón del espectador. La actuación de Carmen Maura es excelente, y su personaje es el corazón de la película.

La dirección de Paco Arango es sólida, y la cinematografía y el diseño de producción son eficientes. La partitura es adecuada y los efectos especiales son mínimos, pero efectivos.

Sin embargo, la trama es predecible y no ofrece muchas sorpresas. Además, la película a veces se siente forzada en su intento de ser emotiva y solidaria. Aunque tiene momentos divertidos y conmovedores, en general, no logra mantener un equilibrio adecuado entre la comedia y el drama.