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La belleza de las cosas

Drama. Romance En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, Stig, un joven de 15 años, comparte con sus compañeros de clase el interés adolescente por los misterios del sexo. Pronto descubre antes que nadie algo que no comparte con ellos: tiene un affair con su profesora, Viola, que está casada con Kjell, un vendedor ambulante de lencería. Kjell, que se apoda a si mismo Frank porque vende más, es amante de la ginebra, de Beethoven y de Mahler, y aunque ... [+]
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
31 de agosto de 2006
42 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última obra de Bo Widerberg, en la que interviene como director, guionista y montador. Se rodó en exteriores de Malmoe (Suecia) y en plató. Obtuvo el Premio Especial del Jurado de Berlín y el Gran Premio de la Academia Europea de Cine. Fue nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

La acción tiene lugar en Malmoe, en 1943, a lo largo de un curso escolar. Narra la historia de Stig Santesson (Johan Widerberg), de 15 años, estudiante de último curso de primaria, que comparte con sus compañeros la curiosidad por el sexo. La nueva profesora Viola (Marika Lagercratz), de 37 años, le impresiona por su belleza. Invitado por ella, acude a su casa, donde inician una ardiente relación sexual, que le devuelve a ella la ilusión por la vida y le descubre a él la práctica del sexo. La progresiva maduración de Stig le aleja de Viola.

La película desarrolla una historia de sexo entre Stig y su profesora. Él busca iniciarse en la práctica del sexo a cargo de una mujer que le inspira confianza y seguridad. Ella desea aliviar la insatisfacción de un matrimonio con un alcohólico, que viaja demasiado y que presta más atención a Beethoven y Mahler que a ella. Stig descubre, además, la ingrata realidad de la vida de los mayores, en la que abundan decepciones, insatisfacciones, frustraciones y egoismos. De la mano de Kjell (Tomas von Bömsser), marido de Viola, que consiente los encuentros furtivos de la esposa, Stig descubre la belleza de la música clásica, especialmente la de Beethoven de última época (cuartetos y fugas) y de Mahler. La muerte del hermano mayor le hace descubrir la fragilidad de la vida y el dolor por la pérdida de su referente de infancia. Gracias a Lisbet (Karin Huldt), compañera de colegio, vive una experiencia de sexo con una muchacha de su edad, que le resulta muy satisfactoria y muy diferente de la que le ofrece Viola, presa de apetitos compulsivos. Una experiencia de sexo impuesto bajo amenazas completa su periplo iniciático y le abre las puertas de una joven madurez, en la que él va a ser el protagonista de sus propias decisiones.

La música ofrece fragmentos de Händel ("Lascia ch'io pianga", de la ópera "Rinaldo"), Bach ("Pasión según S. Mateo"), Beethoven (cuarteto de cuerdas nº 13), Mahler (sinfonía nº 5), Brhams ("Requiem"), a los que añade la canción de la época "Boogie Woogie Bugle Boy". La fotografía hace uso de magníficos claroscuros de fuerte contraste y gran belleza. La edición opta por la consición, en ocasiones lacónica, de las escenas y una hilación sin fundidos ni transiciones. El guión cuenta una historia centrada en el proceso de maduración afectiva de Stig. Las interpretaciones son correctas y convincentes. La dirección traslada al relato elementos autobiográficos llenos de calidez.

La película narra una interesante historia sobre la maduración emocional y afectiva de un adeolescente, que se contrapone a otra de descontrol y decadencia.
Miquel
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23 de julio de 2011
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carpe diem, coged las rosas mientras podáis… Porque la dorada juventud es muy breve, y no ya la juventud cronológica y biológica, sino la espiritual, ese lapso pletórico de bonanza y plenitud en el que todo se confabula: la lozanía física, las facultades en ebullición, las hormonas reclamando su imperio de placer y aventura, la dulzura de unas horas que se deslizan inadvertidas, benignas, magnánimas todavía, sin haberse transformado aún en crueles verdugos de un tiempo ingrato que se escapa demasiado deprisa.
En ese momento detenido, la vida ríe, los astros cantan, el cielo te aguarda con su promesa de deseos tocados con dedos exploradores, curiosos, ávidos.
Pero qué poco dura. Después, el momento ha pasado y el paraíso ya se ha deslucido, las plantas se secan y amarillean, el cielo se vuelve de un gris tormentoso y descarga su lluvia furiosa a rachas, las horas se quitan el velo de seda y se revelan como ásperos verdugos del tiempo.
La fuente del placer desaparece y llega el castigo.
Así es la pubertad de Stig, que a sus quince años conoce cielo e infierno en rápida sucesión, descendiendo a lo más alto para caer brutalmente después, cuando los sinsabores y penas se imponen y le arrebatan su dorada juventud.
Qué luminoso es su rostro entre tanta mediocridad, qué exaltados sus sentidos entre la frialdad de la medianía. “Mediocridad”, esa palabra que él busca en el diccionario para estar más minutos a solas con su maestra, es la representación de un entorno no acorde con la hermosura del corto período de sus preciosos quince años. Ahí está el abatido marido de ella, un hombre derrotado digno de lástima; la guerra europea que amenaza de muerte a su adorado hermano Sigge; su casa, donde no sobra el dinero y el padre no es un dechado de afabilidad; y el espejismo del amor erróneo, más perjudicial que beneficioso.
Cuando sea mayor y pueda ver las cosas con perspectiva, tal vez Stig recuerde aquellas caricias con una mujer mayor como el tesoro que hizo detenerse las horas y concederle una tregua en la batalla del tiempo.
Vivoleyendo
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11 de mayo de 2012
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el principio consideré que me enfrentaría a una película idéntica a otras con el manido planteamiento del alumno que se enamora de la profesora.... Resulta sorprendente el cariz que van tomando los acontecimientos cuando avanzado el metraje y descubres que las cosas no son como habías pensado y las situaciones tampoco.
Un film creíble, discreto, con personajes bien perfilados, cargado de luces y sombras que enriquecen un planteamiento que en principio pudiera parecer simplista, al ser un camino ya muy trillado.
Escena memorable la del asiento de la profesora al que el alumno se aproxima para percibir su esencia...
Si buscas ese cine que escasea tanto, recomiendo que no te la pierdas....
LEUGIM
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14 de junio de 2007
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de delicadeza, sensualidad y sexualidad, donde se pone de manifiesto ese fenómeno tan dado, tan extendido, tan real y natural como es que el alumno se enamore de la profesora y ella le corresponda o de la alumna enamorada del profesor y viceversa. Aquí se trata del primer caso, es decir de un "Lolito" en lugar de una "Lolita", en su edad púber, 14 ó 15 años, cuando el semen parece que hierve y presiona por salir en dirección a su complementario femenino, que besa un día a su profesora provocando así la pasión entre ambos hasta desbocarse las pulsiones sexuales naturales.

En medio de la historia entre el alumno enrollado sexualmente con su maestra, hay varios detalles de gran humor: uno el recurso de la madre del muchacho ante los ronquidos de su esposo: apretar y hacer sonar a su vera un patito de goma de cuando en cuando durante la noche; el beso que el adolescente da en el asiento de la profesora cuando ésta ha tenido setandas durante la clase sus nalgas y su sexualidad recóndita; el marido de la maestra, de profesión vendedor que sin embargo en sus ratos libres se dedica a inventar e inventa un reloj de cucó que al dar determinadas horas expulsa tres chorros de su bebida preferida, la ginebra; el muchacho escondido en el interior de un potro de gimnasia para desde dentro contemplar a las muchachas en su clase de educación física.

Es una película fácil de seguir y hermosa, sólo tiene un problema, el final. Yo al menos no sé qué quiere decir eso que hace el muchacho en su ultimísima escena, y he preguntado a otros críticos y tampoco lo han entendido. ¿Habrá que leer el guión, preguntarle al director (Bo Widerberg) o quizás a su hijo el joven actor adolescente (Johan Widerberg) qué es lo que se ha de interpretar con esa reacción tan rara del protagonista principal en el cierre del film, cuyo sentido no es fácil de entender?

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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8 de noviembre de 2005
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue la despedida del reconocido cineasta sueco Bo Widerberg y trata una historia bastante convencional: las relaciones más sexuales que de otro tipo, que se entablan en Malmöe durante la Segunda Guerra Mundial entre un más que lanzado adolescente y su nada esquiva profesora (Lagercrantz). O sea, la típica historia de iniciación a la vida, al deseo, el sexo y esas cosas. Ahora bien, Widerberg impregna de un estilo indiscutible y de una estética muy atractiva a la película, bien lograda de ritmo también, y que no cae nunca en trillar aún más lo trilladísimo que cuenta.
Queda, por tanto, una obra de evidente calidad, rodada con sabiduría y elegancia formal, dónde al final el adolescente acaba actuando y siendo adulto, mientras la adulta adúltera acaba siendo alguien desequilibrado e irracional, cercano a la adolescencia. Cosas de la vida, de la belleza de las cosas y de su reverso feísta.
kafka
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