La ciudad de las sombras

Quizá la realización de la película podía haber sido mejor, sin embargo sus carencias son suplidas con creces por una línea argumental sólida e intelectualmente fuerte, destacando que el guión es del propio Matt Dillon.

Se trata de un vieja vital de descubrimiento con referencias muy claras tanto a Conrad (Corazón de las tinieblas) como a Dostoievsky (Crimen y Castigo). Pese a que en otras críticas he leído que la música resulta horrorosa, lo cierto es que es la mejor elección posible para el argumento; cadenciosidad sin límites y simplicidad, lo que da un cuerpo de banalidad a todo el viaje interior que sin duda es el efecto pretendido.

Existe un extraño género cinematográfico en el que podríamos incluir todos aquellos actores llamados a ser directores (con mayor o menor éxito) e incluso directores solamente que, tras un viaje a un país como el de esta película, acaban sensibilizados de alguna forma con alguna de las injusticias o situaciones que se viven en ese entorno, dando lugar a nuevas producciones ambientadas en ellos que generalmente suelen tener unas características parecidas.
La ciudad de los fantasmas es una película curiosa, que empieza tan extrañamente como insulsas son sus primeras imagenes, y que no acaba de arrancar hasta la primera media hora de película, es entonces cuando el espectador empieza a intuir qué está viendo, por lo que la falta de ritmo al principio es evidente. Sin embargo, ese ritmo se recupera hacia la mitad y se mantiene estable (para bien y para mal) durante el resto de la película.

Los curiosos planos ofrecidos al principio, que son originales, se olvidan un poco de cara al final de la película, como si el director dejara un poco de lado esa vertiente y se centrara en acabar la película sin mas. Cabe destacar que a pesar de parecer un capricho de un actor famoso, el resultado no ha sido tan negativo como podría esperarse (quizá trabajr al lado de grandes directores realmente sirve de algo). La historia contada por otra parte es curiosa y sobre todo paradójica, de cómo huir de un país desarrollado evitando problemas legales para embarcarse en una nueva aventura en lo que al principio fue una solución.

Interpretativamente, el reparto se sostiene por la sabiduría de los actores secundarios, aunque algunos están algo desaprovechados. Todos ellos eclipsan la figura de Matt Dillon, que no lo hace nefastamente mal pero si que es un tanto monótono en ocasiones. Resulta curioso que sean los actores secundarios los que sostengan el reparto ya que cuesta mucho recordar (si es que la hay) una escena donde no esté involucrado el personaje principal.

La película es diferente, y tiene algún que otro giro inesperado, sin embargo, todo es demasiado descriptivo y lento, haciéndose la película un poco larga sobre todo en los minutos finales donde todo está ya vendido y no son necesarias secuencias tan largas. A pesar de todo esto, no es un mal experimento a pesar de que divertir, no divierte mucho.

Los que vean vean el título pensarán que es una película de miedo, los que vean el cartel pensaran que se trata de un thriller de acción, pero los que solamente vean el trailer sabrán que es una película mediocre.

Más allá de la talla de actores como Gerárd Depardieu, que aunque le den un papel de estatua se desenvuelve brillante, se trata de una película quizás con un guión más original que la propia trama. En algunos momentos me he perdido por la historia, ya que lía en algunos momentos al espectador, y Matt Dillon muy simplón en su papel.

Partiendo de la base, que no me parece lógico que una persona que estafa 10 millones de dolares se vaya a Camboya a montar un casino de la mano de unos militares camboyanos, se trata de una película interesante y a su vez, mediocre, más bien por la tensión de algunas de sus escenas que por su propio desarrollo.

La ciudad de los fantasmas es una rareza exótica, un proyecto personal dirigido, escrito y protagonizado por Matt Dillon que encarna a un timador que ha estafado millones de dólares a través de una compañía de seguros ficticia y una vez descubierto el pastel ha huido a Bangkok. Allí tratará de localizar al cerebro de la operación para cobrar su parte, sin embargo las cosas se complican cuando la mafia rusa se entromete y su vida corre serio peligro.

La trama te mantiene a la expectativa aunque su resolución te decepciona puesto que se dan demasiadas vueltas y pocas explicaciones sobre lo que está pasando. El guión se enreda y se torna algo confuso pero el reparto está a la altura. Por eso, por la ambientación de la historia en la exótica Bangkok y porque Dillon no lo hace nada mal tras la cámara, le doy un seis aunque honestamente no pasaría del cinco.

Película mala donde las haya. La ví en dos sesiones porque me parecía soporífera nada más empezar. Matt Dillon fatal en la actuación, antinatural y forzado, James Caan bién, Skasgard correcto.Película a mi entender inconexa, con muchos puntos flacos en el argumento ( o montaje) que te dejan preguntando ¿por què hace esto? o ¿a qué viene eso otro? El principio es un punto de salida pero...¿hacia donde? En fin , película a olvidar y deseando que Matt siga con lo de actuar y lo de dirigir lo deja para otros.
Por cierto, no sé que pintan los personajes de Depardieu y de Byrne