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El caso Winslow

Drama Inglaterra, 1912. Los Winslow, una honorable y acaudalada familia británica, preparan el compromiso matrimonial de su hija, Catherine, con John Watherstone. Durante la reunión presidida por el cabeza de familia, Arthur, llega inesperadamente su hijo menor que ha sido expulsado del colegio por haber robado un giro postal de 5 chelines. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
24 de noviembre de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de haber visto " El caso Winslow" de 1999, Con David Mamet en la dirección, me he ido a esta versión de Asquith, a ver que tal.
El pequeño de los Winslow ha sido expulsado de la academia naval, acusado de sustraer cinco chelines. El patriarca de la familia, convencido de su inocencia, sacrificará fortuna, reputación y el futuro de sus hijos en aras de conseguir que se haga justicia y reclamar el derecho de su hijo a defenderse.
Al parecer la historia está basada en un caso real de principios del siglo XX, antes de la gran Guerra, en el que un proceso aparentemente insignificante como éste, puso al país en vilo acaparando su atención de otros acontecimientos más relevantes para la historia del país.

Si aquella, aún reconociendo su elegancia, sus mejores medios y la buena interpretación de los actores me ha parecido farragosa y soporífera, no puedo decir lo mismo de ésta que, siendo mucho más humilde, la he seguido con muchísimo más interés y emoción.! Coño! que, que una película sea british no tiene por qué ser sinónimo de frialdad como parecen entender casi todos los cineastas.
Y eso que, también a esta película se le nota bastante su origen teatral. Basada en una obra de Terence Rattigan que participó en la elaboración del guion de esta peli, al menos en esta versión no nos sustraen parte del juicio que yo eché tanto de menos en la otra, así como nos dejan participar de las ideas de sus oponentes sin que pasen por el tamiz de la interpretación de los pensamientos de los protagonistas, haciendo que, lo que resultaba maniquea en aquella, se muestre claro y nítido en ésta.
Al mismo tiempo, aunque los diálogos también pesan muchísimo en esta versión, no lo son todo. Los pocos cambios de escenarios y, sobre todo, la demostración de ciertas emociones en sus personajes, hacen que el espectador se pueda implicar un poco más en ellos, para poder así acompañarles con más ímpetu en su causa.
Las dos parten de una muy buena historia que se merece una buena adaptación así que, ¿ qué tal si se acercan a esta película?. Se lo pido más que a nadie, a quienes, como yo, no pudieron evitar bostezar con aquella.
Y que conste, que tampoco es que me parezca una gloria esta versión. Pero para mí, no hay color, a pesar de que aquí siga habiendo más teatro que cine.
Izeta
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19 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no se por qué se hace tanto "remake" habiendo tantas historias por contar. "El caso Winslow" tiene un remake muy posterior, firmado por David Mamet y, aunque tampoco está mal, a mí me parece que es inferior a esta versión británica de los 40. Como todo lo que está basado en obra de teatro, tiende a tener mucho diálogo y poca acción, pero lo cierto es que en ningún momento se hace pesada y mantiene la tensión hasta el climax final. Peli muy de época, con esas convenciones cuasi victorianas presentes, pero que ya deja asomar dejos de modernidad. Dirigida con mucha elegancia y atención a los detalles, con un gran plantel de actores british. Recomendable.
Troglo
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19 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama dirigido por Anthony Asquith, una magistral adaptación de la novela “The Winslow Boy”, del inglés Terence Rattigan. En esta novela Rattigan planteó una profunda disección de la sociedad británica de principios de siglo, su hilo conductor es la lucha de una familia por limpiar el honor del hijo menor, injustamente expulsado de una academia militar por un delito que no cometió. Su batalla saca a la luz pública la indefensión de los ciudadanos frente a la Corona y el ejército, pero al precio de poner a prueba la unidad familiar. Una elegante película despojada de todo fasto dramático, pero al mismo tiempo la rigidez del modo de vida que describe queda humanizado, consiguiendo muy meritoriamente hacer de una “cabezonería” casi suicida, una valerosa demostración de pureza de principios y fe personal contra viento y marea. Así, la película se erige como una pequeña e imperfecta rareza a contracorriente, beligerante en su pacifica reivindicación de la Verdad sin otro propósito que la Verdad misma, sensible en su retrato de una relación paterno filial basada en la confianza, y muy llamativa en su renuncia a alzar la voz para hacer valer su valentía en cuanto que la batalla legal se dirime antes en términos humanos y morales a un nivel personal, que en sociales o revanchistas, y no digamos ya económicos, convirtiendo todo lo anterior en una buena muestra de algo tan extraño de ver como es una solitaria y nada agresiva, pero precisamente por ello aún más valiosa, delicada y hasta heroica épica de la resistencia.

La película tiene una puesta en escena que roza la perfección en la que el director demuestra un gran dominio de todos los recursos del lenguaje cinematográfico, pero es su guion, de estructura perfecta, y con sutiles contrapuntos de intriga y emoción, y una dirección de actores impecable los que permiten a Asquith extraer todos los ricos matices de esta reflexión sobre la capacidad de impulso social que tiene la familia cuando sus relaciones están marcadas por la libertad, la responsabilidad, el respeto mutuo y un sentido trascendente de la vida. El director consigue apartarse también de la clásica "película de época" ya que pese a que la ambientación, decorado y vestuarios son perfectos, no se recrea en ellos en ningún momento, abandonando una estética preciosista que hubiera mermado la profundidad del mensaje, los personajes deambulan por la casa de los Winslow en casi todas las escenas, sin apenas exteriores, pero ello, gracias a los sutiles movimientos de cámara y la fotografía sencilla pero eficaz, fruto del trabajo excelente de Freddie Young, así como el elegante montaje, nunca llega a pesarnos ni a encarcelarnos en las tres paredes de un escenario teatral.

Una puesta en escena que roza la perfección, diálogos muy bien elaborados, los principales protagonistas realizando un espléndido trabajo, todo excelentemente cuidado, desde el gesto más insignificante hasta el momento más crucial, una sensibilidad con que se ha llevado a cabo la película encomiable… en tres palabras, “auténtico buen cine”, una de esas obras que, desgraciadamente, escasean. El film tuvo un estupendo remake en 1999 dirigido por David Mamet y titulado “El caso Winslow”, pero yo que queréis que os diga, bajo mi punto de vista es inferior a esta versión británica de los años 40.
Juan Marey
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