Cenicienta

Esto es ni mas ni menos que otra película que no verías los sábados en TVE. El ritmo no tienen sentido, las canciones, por muy buenas que sean las originales, aquí no pegan ni con superglue y las reivindicaciones ecologistas, simplemente absurdas.

Todo ello, se Intenta entremezclar con el omnipresente lobby gay que representa el "Hado Padrino" y pensarás que otra vez han prostituido un cuento clásico de toda la vida... si, otra vez! Habrás pasado casi hora y media de tu vida, aunque de aburrida que es, pensareis que ha durado como cuatro horas, y habréis mirado por lo menos quince veces vuestro móvil para intentar sobrellevarla, eso si es que no la habéis quitado antes.

Me había propuesto acabarla para poder hacer la critica, pero no os imagináis lo que me ha costado. Como diría Gandalf el Gris "corred insensatos!" y huid de esta película.

No tendrán en cuenta su exceso de pulcritud en el vestuario, que parece más plástico que otra cosa. En las interpretaciones que no llegan a encandilar, en la NO profundidad de su trama, en ser más previsible que el movimiento del sol y que en conjunto parece un desastre poco organizado. No tendrán nada de esto en cuenta porque el hada ¿"padrino"? es negro y gay y eso es digno de un OSCAR -desde que los Osca's dejaron de tener interés alguno por el cine.

El mayor problema de esta película es que todos sus personajes, y cuando digo todos es TODOS y cada uno de ellos, son insufribles. IN-SU-FRI-BLES. Parece que alguien escribió un guion (ya de por sí mediocre) y lo cedió a un montón de universitarios que interpretan todas las frases con un tono prepotente y arrogante que no viene al caso. No sé si es histrionismo o sobreactuación, o simplemente el efecto "niñato", pero parece que cada intervención conducirá a un portazo y a un Tiktok con el mensaje de "la vida me oprime".

Es muy complicado empatizar con personajes así. Y sí, ya sé que es un musical, pero la música no mejora. Es monótona y con el mismo efecto que la prosa: letras (se supone que "tristes") cantadas con ritmos marchosos y alegres al estilo Disney Channel. Y es que ni tan siquiera son letras originales. Por ejemplo, en cierto dado cantan la canción 'Am I wrong' de Nico & Vinz (tiene ya sus años la canción). Animo al espectador a comparar la versión original con la de la película y entender qué ocurre si coges una canción como esta, intentas aplicarla en un contexto dramático y encima la cantas con una instrumental floja que roza el cántico acapella. Queda algo suuuuper vergüenza ajena.

Imaginad por un segundo a alguien cantando 'Y sin embargo' de Sabina, pero tocando los bongós y con una base rítmica reggaetonera de fondo. Y luego falta aplicarlo todo a un contexto que desentone, como por ejemplo una escena de yo qué se, la bruja de Blancanieves caminando hacia la casa para envenenar a la princesa. Pues igual, la misma sensación anticlimática de que la droga ha corrido a mares entre productores, guionistas y actores. Esto resume bastante bien el tema de la música.

Cinderella (2021), con Camilla Cabello.
Le tenía ganas a esta revisión del clásico de Perrault, pero una vez contemplado he de decir que las lágrimas acuden a mis ojos de forma excesiva, como de forma excesiva la directora y guionista de la cinta se ha ocupado de destrozar el cuento de forma sistemática y con cierta saña o incompetencia.

En primer lugar, una historia conocida tiene una ventaja para quien la versiona, porque sabe cuales son sus puntos fuertes y dónde se acumula la intensidad dramática; y aquí nos encontramos frente a una historia plana, ya no predecible, sino falta de intensidad, desgarro emocional en los momentos en que se espera, fuerza visual cuando hay que aplicarla y poder narrativo cuando la acción lo exige.

Solo una cosa permanece en la película, una novedad que lo satura todo, hace que la cinta supure pesadez y molicie de forma constante, que lo que podría ser una revisión agradable de un clásico se convierta en algo indigesto y excesivamente reiterativo, tanto que produce rechazo, arcada y desluce el argumento y el posterior guión, y lo que produce tal hartazgo es la constante reivindicación feminista, que un poco ayuda y un mucho cansa.

No hay en la película mujer que no reclame su independencia, su igualdada frente al hombre y su deseo de ser un ente autónomo frente al macho opresor, que está muy bien la reivindicación, y así debe ser, pero si esa reclamación se extiende a cada frase, hecho o aparición femenina, se convierte en algo insufrible y una losa que hunde irremediablemente lo que aparece en pantalla.

Otro defecto es la tremendda superficialidad de la cinta, su falta de poder emotivo.
A destacar Camila Cabello, que ojalá haga más películas porque está realmente encantadora.
También destaca la banda sonora.

El resto es como una pancarta de una manifestación feminista que todo lo cubre y no deja ver lo que hay detrás. Una pena.

Después de lo leído, poca cosa me queda para añadir a lo que ya se ha expuesto en otras críticas. Admito que no he podido acabarla, algo que me sucede constantemente últimamente, y que era impensable para la gente de mi generación, acostumbrados a acabar cualquier película, aunque fuera mala, porque si pagabas para ver algo, te lo comías con patatas y el plato bien rebañado.
Aparte del optimismo y el pasarse por el forro cualquier recreación de lo que sea... ¿herramientas eléctricas en un entorno fairytale? Perdón, era steampunk. Ah, no, es un payaso escribiendo un guión - anda, ¡¡¡si es el incompetente pero ahora elevado a la cumbre por sus ideas políticas James Corden!!! ¡¡¡qué sorpresa!!!, todo es un subproducto hecho para todo lo que sea propagar ideologías baratas y olvidándose de entretener. Aparte... Los cuentos no fueron creados para inculcar un valor o idea sobre lo que era la vida a los niños?
Pues ya que estamos, analizo brevemente la "película" como lo que es: un repugnante panfleto ideológico/político. De los 9 personajes principales, tenemos 6 mujeres (67%), olé! los hombres importan un carajo, qué extraño en películas hollywoodianas últimamente, además de ser floreros (22%), tenemos un queer (11%) al que cuento como LGTB+, y no como no blanco, porque no vale juntar todo en uno. A mí todos estos temas de integración me la pelan, por no haber tenido nunca sentimientos segregacionistas contra nadie, pero ya que ellos van de este palo... resulta que tenemos un porcentaje desmesurado de féminas, un porcentaje enormemente desmesurado de representantes LGTB+, CERO representación étnica, y un porcentaje ínfimo de hombres. Señor Corben, señores de la izquierda progresista, snowflakes y sobre todo, gente multiétnica y multigenérica forrada de pasta a la que le importa poco patrocinar truños como éste mientras parezca que son progresistas, ni siquiera saben plasmar correctamente el mensaje políticamente correcto, falso, castrador y lleno de mierda que proclaman seguir ustedes. Les felicito eso sí, por haber subnormalizado a la masa, que no solo no se da cuenta de todo esto, sino que además lo aplaude (ya me lo imagino. "Oh, qué progresista, un hado madrino queer"). Vomito y defeco sobre este excremento, y con ganas.