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Murder One (Serie de TV)

Serie de TV. Drama Serie de TV de 41 capítulos (1995-1997). Theodore Hoffman, "Teddy", un gran abogado defensor, defiende en cuestión de pocas horas a dos hombres acusados del mismo asesinato. Richard Cross, un empresario filántropo, fue inculpado porque tenía una aventura con la hermana mayor de la víctima. Pero cuando se retiran los cargos contra él, la acusación recae sobre Neil Avedon, un joven actor hollywodiense de éxito. A medida que Hoffman ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
21 de enero de 2007
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
De lo mejor que he visto en televisión. Son 23 capítulos con una trama que se desarrolla hasta el final y un caso paralelo en cada uno de ellos. A raíz del asesinato de una menor se celebra un juicio apasionante. Desde la preparación de los abogados, la elección del jurado, los argumentos de los letrados, las decisiones de la juez, hasta el veredicto, todo te engancha. Es un juego de gestos, miradas, frases, en el que quedas atrapado.
Daniel Benzali es el alma de la serie y su sutil duelo con Stanley Tucci provoca sentimientos contradictorios.
Encuentro a faltar series de esta categoría.
Jack
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5 de diciembre de 2008
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La recuerdo como uno de los momentos mejores de mi vida de espectador televisivo. Una vez que su argumento me atrapó –y eso debió de ser en el segundo capítulo-, esperé con auténtica ansiedad el siguiente, ansioso por saber si mis sospechas eran ciertas. Me mantuvo atento y esperanzado meses y meses, como nunca antes. Un placer de la rutina doméstica.

¿Porqué? No lo sé con exactitud, pero creo que ese fue el resultado de varios factores. El primero, el interés de la propia historia: humana, posible, en cierto modo previsible, pero con un punto de disparate moderado. El segundo: la víctima, a quien realmente no llegamos a conocer, y las terribles circunstancias de su muerte. El tercero: la personalidad del acusado. Frágil, complejo, camaleónico. El cuarto: la identidad del asesino, porque de asesinos iba la cosa. No creo que sea descubrir mucho decir que el asesino aparecía mucho en pantalla, pero nunca estuvimos seguros de que lo fuera efectivamente. Como en las mejores películas de Hitchkock, el guionista nos proponía posibilidades complementarias. La quinta: la magnífica interpretación de todos los actores, escogidos sabiamente. De entre ellos recuerdo la creación del personaje que hizo Stanley Tucci, y el descubrimiento personal de Daniel Benzali, a quien después volví a perderle la pista, y que estaba inconmensurable en el suyo: el abogado Ted Hoffman, equilibrado y astuto, metido de lleno en un juicio complejo y en una vida personal que se le iba escapando de las manos.

En el último episodio se nos reveló la verdad de los hechos. Fue como aquel día en que el teniente Gerard detuvo al manco y le estrechó la mano a Richard Kimble, encarnado por el desaparecido David Janssen, con el que tanto habíamos huido por moteles y carreteras secundarias de Estados Unidos en las noches de los sesenta. Es decir, en Murder One los hábiles guionistas y los diferentes directores tuvieron la maestría de mantenernos alertas, expectantes y ansiosos por conocer la verdad de los hechos hasta el último minuto. No creo que haya mejor prueba de su propio talento y de su enorme oficio.
Paco Ortega
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27 de junio de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama judicial estructurado en dos temporadas totalmente diferentes, que tiene como nexo de unión un despacho de abogados criminalistas y donde, a pesar de los tópicos, predomina la moralidad de los líderes del despacho.

Daniel Benzali en la primera temporada, verdaderamente apoteósica, donde se plasma paso por paso un juicio criminal en EEUU, desde la constitución del jurado con las técnicas psicológicas para hacerlo, como la investigación paralela que hace el despacho a la investigación policial, los tejemanejes de la fiscalía para lograr las sentencias condenatorias, hasta la vida íntima de los profesionales, de los acusados y de las víctimas desveladas hasta en el último detalle, todo ello en el marco de un thriller judicial con un final inesperado.

La segunda temporada, Anthony LaPlagia sustituye a Benzali, y siguiendo la trama argumentativa de la primera, y manteniendo a su equipo de abogados con el fichaje de un Letrado de color, se dedican a defender tres homicidios, el cometido a un candidato a gobernador, el de un jugador de la NBA, y por último el más peliagudo de un asesino en serie que mató a 17 personas en venganza por lo que el consideraba una mala práctica judicial que ponía en libertad prematuramente a 17 monstruos potenciales que habían cometido delitos contra sus semejantes sin pagar lo suficiente por ellos, erigiéndose en un Justiciero.

Gran serie judicial, exquisitamente dirigida e interpretada, con un glamour importante y muy instructiva. Mi valoración, un sobresaliente, 9.
andeltor
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