A la pálida luz de la luna

Lo primero que vemos cuando arranca el film es la de la mítica Gran Vía, un lugar repleto de personajes de todo tipo y a cada cual más raro. En el lado opuesto, nos encontramos las típicas urbanizaciones que pululaban a las afueras de Madrid donde vivían la gente con dinero o los que querían respirar una aire más sano.
El personaje interpretado por José Sacristán vive en la que podríamos definir como una "casa de locos".
Respecto al reparto femenino, está Fiorella Faltoyano (se nota su feeling, ya que compartieron cartel en "Solos en la madrugada" y "Asignatura Pendiente"), un personaje que es el contrapunto perfecto al del protagonista.
Sin duda lo más destacado es el reparto, y es que enumerar a todos los actores que participan en ella sería inacable: quizás la presencia de Berlanga sería lo más destacable y a la vez gracioso, ya que su momento en el film está a la altura de este gran director.
Aunque es una verdadera lástima que teniendo este reparto el director no logre afinar dejando en el alero la sensación de que hubiera podido ser una gran película.
Para un servidor, uno de los mayores encantos del film sería ver aquel Madrid que, tarde o temprano, estaba condenado a desaparecer para bien o para mal.

El mejor resumen que se podría hacer de esta película es que una especie de crónica de la España de mediados de los 80. Personajes de antes, pícaros, estafadores, vividores transitan con informáticos e intelectuales que se abren paso a una modernidad en ciernes.

El reparto es amplísimo con actores y actrices que son legendarios dentro del cine español. El hilo conductor lo llevan José Sacristán y Fiorella Faltoyano, una pareja en proceso de separación. Se nota la química entre ellos, después de haber trabajado en otras dos películas dirigidas por José Luis Garci "Solos en la madrugada" (1978) y "Asignatura pendiente" (1977).

El relato es el de la España del momento, 1985, por ejemplo con un noble arruinado y su mayordomo haciendo chanchullos en la Seguridad Social para sustentarse, un contable en paro, etc. El tema del divorcio, la precariedad laboral, la economía sumergida están muy presentes. Es curiosa la breve participación de Berlanga como director de una película porno.

Pero todo este reparto coral tiene un guión demasiado deshilvanado e inconexo, que avanza a trompicones, dejando situaciones simpáticas, graciosas, vistas hoy pueden resultar nostálgicas, si bien la calidad técnica de la película no es demasiado destacable.

Lo mejor: funciona como viaje en el tiempo a la España de los 80. Su destacado reparto.

Lo peor: Guión inconexo. Demasiadas historias, acaba siendo inconcreta.