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Carmen, la de Ronda

Drama. Musical Ronda, 1808. El ejercito francés está siendo hostigado por la partida de Antonio, un guerrillero al que no consiguen atrapar. Hasta que Micaela, una joven enamorada de él, lo denuncia. Micaela está celosa porque Antonio no para de rondar a Carmen, la hermosa gitana que canta todas las noches en la venta. Mientras tanto, Carmen se enamora de un sargento francés. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
1 de febrero de 2014
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ninguna crítica y un suspenso como nota media es lo que merece «Carmen, la de Ronda» para el común de los usuarios, guiados por no sé qué criterio que desde luego yo no comparto. Pero no voy a entretenerme en protestas vanas. La película merece mucho más que eso.

Esta adaptación de «Carmen» a cargo de Tulio Demicheli es una de mis debilidades románticas, vaya eso por delante. Poco me importan las deficiencias técnicas. No me interesan los términos especializados de Cine. No me fijo en que el montaje podría ser menos abrupto y los primeros planos no tan reiterativos. Qué me va a importar que Sara Montiel lleve más o menos maquillaje, que haya unos extras detrás de los artistas que ponen cara de qué-hago-yo-aquí o la ambientación no sea exacta. Olvidaos de todo eso. Esta película está hecha para el corazón, para las entrañas, para los ojos.

Ojos que se vuelven locos por una Sara Montiel bellísima, mujer adorada a través de una Carmen gitana, una Carmen que «siempre paga», una Carmen que es libre hasta que se encadena por amor, y esto es maravilloso, esto es indescriptible: esa idea del amor a lo grande que hoy en día queda tan mal porque nos asusta concebir un sentimiento fuerte que nos trastorne la vida y los principios; amores desmedios, nada mojigatos, inquebrantables y eternos para bien o para mal que la copla, nuestra copla, refleja como muy pocos géneros, si no ninguno, lo consigue. De ahí que música e historia se fundan en cada canción que Carmen canta, todas representativas de los estados de ánimo, circunstancias y sentimientos de los personajes. Vaya escena la de esos «Ojos verdes» frente las rejas o la de «El día que nací yo», momento que te desgarra como le desgarra a ella... y a él, al soldado vasco-francés «embrujado» en una pasión sublime. Maurice Ronet es el galán de mirada clara que sólo puede enamorarnos, tal y como enamora a Carmen. Tremenda química, por cierto, entre estos dos actores, que se miran y te estremecen.

Una pareja y un amor para el recuerdo. Siéntela, no la pienses.
Kaori
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14 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película española de 1959 de 106 minutos de duración dirigida por Tullio Domichelli con Sara Montiel, Jorge Mistral, Maurice Ronet, German Cobos y Amadeo Nazzari en los principales papeles.

Adaptación de la obra "Carmen" de Prosper Mérimée, donde la acción se tranplanta a la Guerra de la Independencia y los contrabandistas se convierten en patriotas españoles en lucha con las tropas napoleónicas. Realizada en 1959, presenta a una Sara Montiel en su momento de mayor expléndor físico y está tan bien fotografíada y sus secuencias, que son numerosísimas, siendo la principal protagonista sobre todos los demas, es lo que más destaca de la película que tiene muy buenos decorados y secuencias muy bien apoyadas por la banda sonora de Gregorio García Segura. Se podría decir que la película gira en torno a la belleza y buen hacer de Sara Montiel y el resto de aspectos técnicos dan lo mismo. Unicamente resultan molestos los barridos verdosos en los cambios de secuencias. Nunca había visto a Sara Montiel tan guapa como en esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mariano Bayona Estradera
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1 de febrero de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los primeros mitos del liberalismo español, o sea, de nuestra izquierda, fue precisamente la guerra contra el francés. De hecho, si en lugares como hispanoamérica tuvieron su Guerra de Independencia, ¿por qué nosotros vamos a ser menos? Pues también, la rebautizamos así y tan contentos. Luego pasa lo que pasa. La derecha se pliega a lo que dice la progresía hasta el punto de desaparecer por puro mimetismo. Lo dicho no es que importe demasiado pero conviene ir aclarando errores que se dan por sentados. Aquí en 1808 hubo una revolución que al mismo tiempo que luchaba contra el invasor desmantelaba el Antiguo Régimen. Por algo las fuerzas más reaccionarias se mostraron a medio camino entre el bando nacional y al ocupante, a cada cual más peligroso, basculando hacia un lado u otro para intentar evitar males mayores.

Y sin más preámbulos hablemos de "Carmen, la de Ronda" versión retocada pero no en exceso, de la famosa novela de Prosper Mérimé de la que más tarde Bizet compuso la inmortal ópera. En el fondo, la historia original es horrenda pero para nuestra fortuna Tulio Demicheli le da unos retoques discretos pero muy favorecedores. Así, entre coplas, toreros y trabucos, construye una especie de superproducción castiza que bien puede medirse con las de Hollywood, siempre que no sean de las mejores. Por ejemplo, esa sangre está mejor que otras que he visto más de una década más tarde. La única pega es que los barridos de transición son un poco pobres. Con todo, estos amoríos en los cuerpos de los guapos Sara Montiel, Maurice Ronet y Jorge Mistral, llenos de pasión, celos y rabia, en medio de una España dividida entre franceses y guerrilleros, te mantendrá en vilo.
Reaccionario
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