The Good House

Sinopsis

The Good House sigue a Hildy Good (Sigourney Weaver), una irónica agente inmobiliaria de Nueva Inglaterra y descendiente de las brujas de Salem, que ama su vino y sus secretos. Su vida compartimentada comienza a desmoronarse cuando reaviva un romance con su antiguo amor de la escuela secundaria, Frank Getchell (Kevin Kline), y se entrelaza peligrosamente en el comportamiento imprudente de una persona. Encendiendo emociones y secretos familiares largamente enterrados, Hildy se ve impulsada hacia un ajuste de cuentas con la única persona a la que ha estado evitando durante décadas: ella misma.

Tierra de locos.

La aventura de The Good House, termina siendo un viaje placentero sobre la dicotomía de aparentar estar bien y no querer estar bien. La entretenida propuesta que nos entregan sus directores Maya Forbes y Wallace Wolodarsky en la adaptación de la novela de Ann Leary.

Es un enfrentamiento contra los problemas personales más profundos radicados en un pequeño pueblo en las cercanías de Boston. Más allá de centrarnos en el personaje principal interpretado de manera sublime por Sigourney Weaver, es canalizar todo lo que rodea el entorno y esa es la gran dinámica que te invita esta entretenida película.

Los dramas que vive Hildy personales se acentúan en un pueblo en donde todos tienen algo, por lo cual no sentirse orgullosos. En eso la película sabe jugar muy bien con la doble moralidad a la que su personaje principal se ve expuesta.

Gracias a esa interesante apuesta que sabe hacer muy bien, es que nos permite adorar con todo la vida de Hildy que nos lleva por su tormento sometido en el alcoholismo. La interpretación de Weaver es tan sublime que es capaz de llevar a su ritmo interpretativo toda la película. Como espectadores tenemos una conexión absoluta siguiendo el recorrido que nos plantea, en donde la pretensión de demostrarnos que ella está bien con su adicción es todo lo contrario a lo que nosotros vemos como espectadores.

Es irritable como su ambiente.

Como mencionaba anteriormente, la película realmente se alimenta de la incomodidad de un pueblo en que nadie pare ser lo realmente perfecto, pero que es capaz de siempre juzgar al otro sin mayor remordimiento. Un relato asombroso de como actúa en gran parte la sociedad en el día a día.

Dentro de todo esto tenemos una película que se maneja por los caminos del humor satírico y también entrar en el drama más profundo. Una mezcla que por momentos funciona y en otros pierde algo de peso, no quedamos con una película que en general funciona bastante bien y logra ser muy entretenida cuando te embarcas dentro de ella.

Tenemos un viaje interesante sobre la negación y la sociedad en sí misma, que nos permite disfrutar de una Sigourney Weaver como a todos nos gusta, demostrando que es una de las mejores actrices que tenemos en la industria y que hace méritos absolutos para una temporada de premios. Disfrutar de lo que estamos viendo en pantalla es conectarte con lo que te propone la actriz.