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Un día perfecto

Drama En una zona en guerra, en la que los cascos de las Naciones Unidas tratan de controlar la situación, varios personajes viven sus propios conflictos; Sophie (Mélanie Thierry) quiere ayudar a la gente, Mambrú (Benicio del Toro) quiere volver a casa, y Katya (Olga Kurylenko) quiso una vez a Mambrú. Por su parte Damir (Fedja Stukan) quiere que la guerra termine, Nikola (Eldar Residovic) quiere un balón de fútbol, y B (Tim Robbins) no sabe ... [+]
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Críticas 123
Críticas ordenadas por utilidad
24 de agosto de 2015
82 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando León de Aranoa es sin duda uno de los realizadores más particulares y de estilo más definido de nuestro país, aparte de uno de los más laureados (cinco premios Goya hasta la fecha por cuatro producciones distintas, más premios en San Sebastián, Ondas o incluso Sundance). Es el gran abanderado del cine social en España, ese que siempre se pone de parte de los más débiles (izquierdista, dirían algunos), y ha retratado como nadie la situación de desamparo de los solitarios que se acercan a la vejez sin nada a lo que agarrarse (Familia, 1996), los jóvenes del extrarradio de una gran ciudad (Barrio, 1998), los parados (Los lunes al sol, 2002), las prostitutas (Princesas, 2005) o los inmigrantes ilegales (Amador, 2010). Con mayor o menor acierto, León de Aranoa siempre ha estado ahí para hablarnos de esa realidad que no queremos ver pero que existe, acercándose al corazón y a los sentimientos de personas que normalmente sólo son un número en unas estadísticas o una cara triste más en un telediario.
Pues bien, León de Aranoa dice adiós (¿momentáneamente? ¿para siempre?) a su peculiar estilo, ese que han seguido fielmente otros realizadores (Daniel Guzmán en la premiadísima en Málaga 2015 A cambio de nada, sin ir más lejos), y filma con Un día perfecto su película más extraña y arriesgada hasta la fecha, porque no se parece nada a nada que haya hecho antes el madrileño y porque nadie diría que se trata de una cinta del mismo director que las arriba mencionadas. León de Aranoa tenía/tiene su estilo propio, su identidad como cineasta, y en ese campo era el mejor. El público tendrá que decidir si este cambio le sienta bien... o no.
Por lo pronto, Un día perfecto es sin duda la película más lograda que ha filmado Aranoa en lo que a técnica se refiere. Su realización es aquí mucho más depurada, más cuidada y, en una palabra, más estética de lo que ha sido nunca. Ese estilo informal que tenía con la cámara en su cine puramente social español, casi "descuidado", casi como si fuera un reportero gráfico grabando un reportaje a pie de calle, deja paso aquí a unos planos muy medidos de antemano, mucho más planificados y más deudores de la sala de montaje que en anteriores ocasiones. Ello da como resultado momentos, como los de las largas travesías en coche por las montañas de Bosnia, de una belleza visual que sencillamente nunca habían existido antes en el cine de Aranoa.
Sin embargo, la película, al igual que hace un personaje secundario en un momento de la película, también enarbola e iza una bandera en el horizonte, que es la de la indefinición. La película nunca sabe lo que quiere ser. ¿Es una road movie con chistes de carretera (y tiene mucho de ambas cosas, de comedia y de road movie)? ¿Es un drama bélico? ¿Es denuncia social? No se sabe, y la mezcla de las tres cosas da una sensación al conjunto un poco extraña, teniendo en cuenta que además es una película sin apenas argumento (unos cooperantes buscando la manera de sacar un cadáver de un pozo durante 100 minutos, y paren de contar). Uno se pregunta también si la historia de ¿amor? entre los personajes de Katya y Mambrú sirve verdaderamente para algo, si la propia Katya aporta algo a la trama o podría no haber estado ni siquiera presente, o si incluso el niño Nikola podría haber sido prescindible (y ya para qué hablar del personaje de un fugaz Sergi López). Mención aparte merece la música, que más allá de que gusten o no las canciones que suenan, supone una de las selecciones musicales más desgraciadas que se recuerdan recientemente en una pantalla, apareciendo sin orden ni concierto y ahogando continuamente las emociones que provocan las escenas (atención al uso que se hace de la versión de "Sweet dreams" que grabó Marilyn Manson... y eso que se trata de uno de los momentos más acertados del largometraje).
Sin embargo, sería una injusticia negarle a Un día perfecto un poder hipnótico verdaderamente auténtico, que hace que el espectador esté pendiente continuamente de la pantalla sin mirar el reloj. Quizás es el enorme carisma de Benicio del Toro, uno de esos actores que hacen fácil el difícil arte de la actuación, o el humor que aporta un soberbio Tim Robbins (la película tiene momentos muy divertidos, y casi todos ellos son protagonizados por el oscarizado intérprete), o el inspirador idealismo de Sophie, a quien da vida una Melanie Thierry que borda la inocencia de su personaje. Quizás sea el estupendo Fedja Stukan en su rol de hombre normal y corriente que sólo desea que su país vuelva a la normalidad. Quizás es la angustia que se palpa a lo largo y ancho del metraje, contagiada de esa tierra sangrante durante demasiado tiempo que fueron los Balcanes en los 90.
Sea lo que sea, hay algo en Un día perfecto que deja un buen sabor de boca final en el espectador, aunque la propuesta no sea ni mucho menos sobresaliente. Su metáfora de la búsqueda de la cuerda como la dignidad y la bondad de las personas en tiempos de guerra puede que sea tópica, sí, pero no por ello es menor poderosa.

Lo mejor: Todos los actores y ese algo especial que tiene, tan difícil de definir pero tan hermoso y mágico a la vez.
Lo peor: La selección musical y su indefinición.
Sibila de Delfos
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29 de agosto de 2015
43 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras leer las críticas de la prensa, pensaba que además de palomitas me iba a comer una pedazo de castaña, y nada más lejos de la realidad, bueno... casi nada, Iker Jiménez está más lejos todavía.

"Un día perfecto" es una de las mejores películas de León de Aranoa, ¿Qué digo de León de Aranoa? de cualquier León, independientemente de su edad, raza, o religión. Y es que es un drama que dosifica a la perfección momentos cómicos y toques antibelicistas, sin caer en el panfleto.

Y es que nos encontramos ante un guión del estilo "croquetas de pescado de mi abuela", al igual que mi abuela sabía que no nos gustaba mucho el pescado, el guionista sabe que a la gente no le gusta mucho que la den un mitin, y por eso envuelve en una bechamel de humor y aventuras la carga política, y la mezcla le sale buena, aunque eso sí, al lado de las croquetas de mi abuela, la película, una mierda...

En cuanto a la realización, la verdad es que me siento bastante realizado, y lo mejor no es eso, lo mejor es que me levanto igual. Respecto a la de la película, el director ha tomado un camino muy acertado, ante una historia como esta se podría caer en la tentación de utilizar un tono más documental, cámara al hombro, barridos, movimientos locos... Pero el acertado trabajo del director, junto al del director de fotografía, nos transmiten una sensación de cercanía a los personajes y al conflicto, y encima nos permite ver la película sin tener que tomar una biodramina.

Muchas críticas hablan de la indefinición de la película, creo que se debe más a los prejuicios por el pasado de cine social, y las pintas de promotor de ONG del director, que porque no estén bien mezclados los tonos del guión, ¿es un dramón? no... ¿es una comedia? tampoco... ¿importa? si está bien hecho, no...

Y no podría acabar mi crítica sin hablar de las actrices y de los actores, bueno, en realidad sí podría, pero no me da la gana. El reparto de la película es de lujo, Tim Robins, Benicio del Toro, Mélanie Thierry, Sergi López, un par de vacas en descomposición... Todos y todas transmiten naturalidad y verosimilitud, y las vacas además, enfermedades.

Resumiendo, "Un día perfecto" es una buena película, que aunque no llega a peliculón, entretiene, emociona, hace sonreír, y todo ello con un poso crítico.

Más en www.enriqueherrero.blogspot.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Enrique_Herrero
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29 de agosto de 2015
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo las criticas tan pobres que ha recibido esta película, no las entiendo. Es una muy buena película que mezcla drama y comedia y habla de un tema siempre espinoso como es la guerra y sus consecuencias en la población civil afectada y de la ayuda humanitaria que llega para intentar facilitar la vida a las víctimas.
Los dos chiflados: Benicio Del Toro y Tim Robbins, ambos magníficos, grandes actores, cada uno en su papel. Benicio Del Toro como mujeriego empedernido que intenta mantener la cordura ante la locura de la guerra y Tim Robbins que es realmente el chiflado de los dos y que aprovecha con gracia cada escena que protagoniza.
Las dos bellezas: Melanie Thierry y Olga Kurylenko. De Melanie Thierry esta es la primera película que veo y hay que reconocer que tiene talento para la actuación además de belleza. Sobre Kurylenko, que cada vez que la veo en una película me llena de alegría, y que cada vez afina mas con los papeles, desde que protagonizara la (muy floja) adaptación del videojuego "Hitman", pasando por su muy interesante rol como Chica Bond en "Quantum of Solace", hasta la reciente "El Maestro del Agua", cada película que acepta es mejor que la anterior.
La película es dramática pero aun así rebosa momentos cómicos llenos de vida. El equipo de ayuda humanitaria que forman Del Toro, Thierry, Robbins y Kurylenko intentan solucionar distintas situaciones complicadas a lo largo de la película, cuyos resultados, entre desastrosos y cómicos, sacan a la luz las diferentes situaciones y motivaciones personales de los personajes.
¿Consigue solucionar algo este disfuncional equipo de ayuda humanitaria? Vayan a ver la película y lo sabrán.
The Jedi Warrior
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30 de agosto de 2015
28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película del perspicaz Aranoa sobre la guerra de Bosnia, conflicto cinematográficamente olvidado, que sin llegar al punto de lucidez de la mejor película filmada sobre el tema, "En tierra de nadie" (Danis Tanovic, 2001), se deja ver con agrado. Cuenta con un buena fotografía, Aranoa se deleita con los paisajes bosnios (en realidad está rodada en Granada), una banda sonora cañera que acompaña bien a la historia, un guión cortito (buscar una cuerda para sacar un cadáver de un pozo de agua) pero que el contexto de la guerra le saca provecho, y un buen reparto encabezado por Benicio del Toro, que se basta y se sobra para llenar la pantalla, y un ácido y mordaz Tim Robbins que protagoniza los momentos más divertidos, acompañados de un gran descubrimiento (al menos para mí), la francesa Mélanie Thierry y un correcto Fedja Stukan en el papel de intérprete. Quizá sobre Olga Kurylenko, la más floja y su historia de "amor" con del Toro no aporta nada a la trama, es un personje un poco forzado, protagonizando los momentos más aburridos del film. Sí. Ya se que es raro decir que una ucraniana de metro ochenta, piernas infinitas y con más curvas que el Jarama sobra, pero es así. Quién me ha visto y quién me ve.

Es de agradecer la delicadeza y el tacto con el que Aranoa afronta el tema de la guerra, ya que a pesar de desarrollarse en un terreno minado, el director evita las escenas desagradables de explosiones o muertes (salvo las de las pobres vacas) tan habituales en otras películas de similar género, pero aún así muestra la desolación de la guerra (la entrada en el pueblo arrasado por las bombas y en la casa destruida es esclarecedora y elegante), y nos enseña con nitidez la estupidez de los conflictos y de la burocracia (¿La bandera o el agua?) con unos diálogos frescos y naturales. También es de agradecer que no caiga en escenas de sexo gratuito, aunque al inicio de la peli no apostaba por ello.

En definitiva, buena película, agradable sopresa, un soplo de aire fresco en el cine de Aranoa, que te hace salir del cine con un buen sabor de boca. Recomendable.
hate
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2 de septiembre de 2015
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transcurre durante la guerra de Kosovo o cualquier otra guerra. El paisaje bélico siempre es el mismo: edificios bombardeados, carreteras cortadas, carencia de agua, luz y alimentos, soldados de uno y otro bando por doquier, civiles que sufren las consecuencias del conflicto y muertos, muchos muertos.

En ese escenario, un grupo de cooperantes intenta cumplir con el nombre de su ONG, “Aid across frontiers”, para lo cual tiene que enfrentarse a todo tipo de contrariedades: las órdenes estrictas de las Fuerzas de Paz de la ONU, los famosos cascos azules, encargadas de mantener la paz en zonas de conflicto haciendo que se respeten escrupulosamente los tratados internacionales, el ejercito local que reivindica su autoridad en la zona, la desconfianza de la población para quien la palabra extranjero equivale a problemas, la falta de recursos e incluso a vacas supuestamente explosivas.

¿Qué cual es su misión? Algo tan aparentemente fácil como sacar del único pozo no minado de la zona un cadáver que alguien, no se sabe quien, ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero el muerto es grande y gordo y la soga delgada, por lo que al tratar de izarlo se rompe.

A partir de ahí empieza una odisea para el grupo de cooperantes que, mientras recorren las carreteras del país en busca de una cuerda que les permita terminar su trabajo, reflexionan sobre sus vidas y lo que esperan de ellas: Sophie, joven, idealista, soñadora, solo quiere ayudar a la gente; Damir, el interprete, quiere que la guerra termine de una vez; Nikola, el niño, quiere su pelota aunque no para jugar con ella; Mambrú, el seductor mujeriego, quiere volver a casa junto a su novia que desconfía de su promesa de serle fiel, sobre todo si tiene al lado a Katya, con quien tuvo una aventura en el pasado, que únicamente quiere una disculpa de Mambrú por haberla engañado; el perro quiere comer y que lo suelten; B… bueno B no sabe muy bien lo que quiere.

Tras ver la película leí las opiniones de algunos críticos y aquí va la mía de simple aficionada: ¡me ha encantado!

Fernando León de Aranoa, ese director que suele elegir como título de sus películas y documentales una sola palabra que condensa el contenido (“Barrio”, “Princesas”, “Caminantes”, “Familia”), y que cuando se explaya y elige más de una lo convierte en una expresión que pasa a formar parte del acervo popular (“Los lunes al sol”), nos ofrece en “Un día perfecto” una historia tan absurda en ocasiones como dura y emotiva en otras.

Parece que la película, claramente pacifista, no profundiza en lo escabroso y apenas pasa de puntillas por los temas que pretende denunciar. Y sí, entiendo que algunos la tilden de fría y superficial aunque no lo comparta. Rascando un poco entenderán porque a esa actitud aparentemente distante que adopta León de Aranoa yo no lo llamo falta de compromiso sino tacto: él muestra el abismo y nos deja decidir si nos quedamos en el borde o nos lanzamos a lo más profundo.

La historia busca, creo que deliberadamente, ser apta para todos los públicos por lo que evita herir la sensibilidad del espectador aunque sin esconder su intención antibelicista. Teniendo eso en mente, Fernando realiza auténticas filigranas para narrarnos los malabarismos diplomáticos que exige la pacificación de un conflicto bélico, el sufrimiento de los que lo padecen, la impotencia de los que intentan ayudar, el horror en fin, de esta guerra y de todas las guerras.

¿Y cómo nos lo cuenta? Con un entretenido formato de road movie recubierto de mucho humor. En ocasiones negro pero humor al fin y al cabo, no solo necesario sino imprescindible para seguir adelante. Un sentido del humor que se refleja, por ejemplo, en Mambrú( “Mambrú se fue a la guerra.¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!), el nombre del personaje que interpreta un fascinante y carismático Benicio del Toro, fuertemente criticado por algunos pero que a mí me arranca una infantil sonrisa nostálgica al mismo tiempo que una adulta media sonrisa irónica por una elección que tiene más miga de lo que parece:

Un sentido del humor que se muestra en los hilarantes diálogos que alcanzan su culmen cuando son Benicio y Tim Robbins, fantásticos ambos, quienes están en escena.

“La película tiene más capas que una cebolla. (...) Una obra casi maestra. (...)”, escribe José Manuel Cuellar en el Diario ABC. Yo, que suscribo completamente sus palabras, reniego, sobre todo, de los que atacan la elección de la música acusándola de romper determinados momentos. Lo hago porque si algo me parece excepcional en esta película es la banda sonora.

Cristales rotos, techos derrumbados, desolación... Sí, las imágenes tienen potencia visual por sí mismas, pero los “Sweet Dreams”, en la tétrica voz de Marilyn Manson, confieren a la destrucción del “Home sweet home” un fiero dramatismo.

Y si Manson canta al horror, Marlene Dietrich entonando, con su voz profunda e irrepetible, “Where have all the flowers gone?” de Pete Seeger, mientras cae la lluvia que parece arrastrar todo lo malo que hay en el mundo, canta a la melancolía y la pena.

Una sucesión circular de preguntas que reflejan lo absurdo e inutil de la guerra.

Una letra dura en la que, con un ritmo que se eleva por momentos para volver a descender como un gemido, cada verso termina con un desconsolado: “¿Cuándo aprenderán?”.

Un triste lamento que la gran diva alemana elevó a la categoría de obra de arte.
MAFALDA
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