La dama dijo que no

Magnífica comedia dirigida por George Sidney e interpretada maravillosamente por la dupla Clark Gable-Loretta Young. Serán alcalde y alcaldesa de dos pequeñas ciudades, y coincidirán en San Francisco en una peculiar e irreverente convención de alcaldes.
Sidney se apoya en el brillante guion de Albert Beich y combina con acierto la screwball, la comedia elegante y las disparatadas persecuciones del cine mudo (la llave de la ciudad que llega sin apenas flores a Clarissa podría ser llevada perfectamente por Oliver Hardy). Los secundarios tienen mucho que decir. Liderados por el siempre eficaz Frank Morgan, dotan a la película de unas cuantas minitramas tan insólitas como encantadoras y chispeantes. Miss Inconsciencia y La bailarina atómica, de un lado y, el jefe de policía y el juez Silas, del otro, dejan bien claro que no solo de Gable y Young se alimenta la película.

Comedia no muy exitosa en su tiempo y bastante olvidada, pese a sus notables protagonistas y a un considerable plantel de secundarios, desde Frank Morgan (El mago de Oz, Tortilla Flat) a Raymond Burr (futuro Perry Mason, aquí un malvado empresario).

El guión recuerda las clásicas comedias de equívocos de los años treinta, e incluso recupera gags del cine mudo, como la carrera del coche de bomberos con banda musical incluida. Gable está a la altura de Sucedió una noche, aunque Sidney no es Capra, ni el guión tan redondo. Loretta Young encantadora, en su papel de alcaldesa con silueta de escándalo y vocación de solterona.

La verdad, yo no tengo ni idea de cuál puede ser el verdadero objetivo por el cual se organiza una convención de alcaldes, a nivel estatal, aparte de gastar alegremente el dinero de los contribuyentes. Según esta película, esto es una gran verdad lo que la convierte en una cinta que se aproxima mucho al género realista si no fuera porque aquí tenemos, no a uno, sino a dos alcaldes honrados lo que ya rompe con todo indicio de credibilidad ya desde el principio.
Que nuestra alcaldesa republicana por Maine y licenciada en Harvard ( deliciosa Loretta Young), es capaz de rechazar una lujosa suite por otra más modesta para ahorrarle unos dólares a sus queridos votantes, además de estar dispuesta a ponerse a trabajar de inmediato sin haber hecho turismo ni nada ¿cuento de hadas, tal vez?.
Lo mismo puede decirse del alcalde de un pueblo de California ( Clark Gable también magnífico). Un reformista proveniente de las cloacas de los muelles, que ha obtenido la confianza de sus electores por su probada honestidad al haber sabido propinar un higiénico baño a sus corruptos opositores en la fuente de su ciudad y que además pretende construir pisos, pisos a precio módico, para sus conciudadanos desfavorecidos, ! con materiales de primera calidad, chúpate esa !.
! Si es que son almas gemelas!. Por mucho que observemos sus antagónicas personalidades y sus diferencias de clase y cuna, los espectadores sabemos que están hechos el uno para el otro y sólo nos queda averiguar qué clase de obstáculos van a tener que sortear por el camino.
Y no lo tendrán nada fácil. ! Ay !, los alcaldes, además de ser respetables, tienen que parecerlo y el escándalo acecha en cada esquina de la manera más tonta.
Ciertos enredos culminarán con sus huesos en comisaría lo que pondrá en peligro sus carreras y la reelección.
Si algo destacaría yo de esta película sería, principalmente, la enorme solvencia de estos dos grandes que con su gran actuación, consiguen dotar a la historia de más fuerza de la que, en realidad, posee. La atmósfera que Sidney le confiere también es muy agradable. Ese tono amable, elegante y lleno de simpatía que te promete un buen rato, distendido y placentero, de puro relax.
Los diálogos también son muy ingeniosos y las réplicas entre ellos poseen muchísima agudeza. Sin embargo, el enredo resulta más forzado en algunos tramos, aunque en otros va como la seda. Esto hace que la comedia no sea todo lo regular que debiera con escenas que funcionan muy bien ( el coche de bomberos, la comisaría...) frente a otras que no tanto ( el disfraz...)
Por otra parte, también están muy bien secundados por buenos actores, ( Frank Morgan a destacar), que les ofrecen un gran apoyo, lo que hace que esta cinta se siga con agrado, aunque no es la trama lo que más brilla en ella. Para pasar un buen rato.