Wellington Paranormal (Serie de TV)

Si te gusta el terror y te gusta la comedia, es decir, te gustan las comedias de terror esta es tu serie. El hecho de que surja en el mismo universo que "Lo que hacemos en las sombras" no es más que un método para atraer a más público, porque para nada depende de dicho universo.

Obviamente de terror no tiene nada, pero ciertos capítulos nos enseñan un poco sobre la mitología de Nueva Zelanda y sus leyendas. Y en cuanto a comedia, reina lo absurdo, pero tiene cada toque ingenioso que costará de pillar a la primera.

Una lástima que solo haya durado cuatro temporadas, tiene capítulos increíbles. También me apena no volver a ver a los personajes de Minogue y O´Leary y seguramente a sus respectivos actores, porque tienen una química cómica entre ellos genial. Bebe mucho de otra gran serie del estilo como es "Death Valley".

Esta serie está en la línea de Lo que hacemos en las sombras; un humor absurdo y una cámara que sigue a los personajes (recurso que se popularizó en The Office). Viendo que alguno no ha entendido nada y se ha erigido en crítico formal y moral, dejo esta otra crítica más cercana a la creatividad del neozelandés Taika Waititi (uno de los dos creadores). Está claro que la serie puede gustar o no, pero antes hay que conocer que no sólo existe el realismo plano y que el mundo no se reduce a la España profunda. Ciertamente no está a la altura de Lo que hacemos en las sombras, al igual que El gran Lebowski es serie que viéndola con may se cataliza, pero sobre todo, no es una serie para niños grandilocuentes con ínfulas de críticos cinematográficos.

El género del humor entiendo que, dentro del séptimo arte, es uno de los más complicados de realizar. Difícil es hacerlo funcionar y que contente a todos, puesto que la condición humana es lógicamente muy variada.
Dentro de las series o películas de humor, las que más detesto son las que infantilizan a sus personajes y los convierte en bobalicones simples y patéticos y, en donde el surrealismo, se adueña del más básico sentido común.
En esta serie en cuestión, borda el delirio de lo absurdo, disfrazada, a la moda que estuvo en alza, de falso documental, o de esas otras series que el cámara patrulla junto a policías, durante su jornada nocturna por la ciudad. Aunque la serie carezca de un buen presupuesto; los comentarios y los tontos diálogos repetitivos sin gracia, así como las acciones estúpidas del elenco de actores, acaba por aburrir hasta el infinito.
Apta para gente poco exigente y se ría por cualquier cosa.