Smila: Misterio en la nieve

Recuerdo el libro "La señorita Smila y su especial percepción de la nieve", del danés Peter Høeg como uno de los libros que más me ha costado terminar en mi vida. Sin embargo, también lo recuerdo como uno de los libros que más me ha costado dejar en mi vida. Se trataba de la historia de Smila, una chica medio inuit y experta en las propiedades físicas del hielo que investiga la extraña muerte de un niño vecino suyo con el que le unía una relación especial. La historia deriva en un policíaco extraño, denso y bastante complicado de entender hacia el final.

"Smila, misterio en la nieve", a la que han robado -por lo menos en la versión española- su hermoso título literario, es una de las películas que más me ha costado terminar en mi vida. Sin embargo, también la recuerdo como una de las películas que menos me ha costado dejar en mi vida. Trata más o menos de lo mismo que lo anterior, pero en una versión mucho más simplificada. Smila era un personaje fascinante y en ella radicaba todo el poder de atracción de la historia, pero Julia Ormond haciendo de Smila es tan plana como el trasfondo que el guión le ha otorgado.

Por lo demás, aquí tenemos una lección clásica de cómo desaprovechar un reparto de campanillas y de cómo tratar al espectador como si fuese gilipollas. August sigue haciéndole un flaco favor al mercado cinéfilo de adaptaciones literarias. No acaba de destrozarlas, pero no se le puede negar que por lo menos lo intenta con ganas.

Bonitos paisajes nevados, eso sí.

Este es el claro ejemplo de como un buen reparto no tiene porqué ser sinónimo de una buena película.

Hace tiempo que llevaba atraído por ella, el reparto era principalmente lo que más me seducía, veía los nombres y pensaba: ¡Coño, Richard Harris, Gabriel Byrne, Vanessa Redgrave...! y seguía leyendo y el elenco de secundarios era fenomenal: Tom Wilkinson, Jim Broadbent... caras conocidas, buenos actores, en definitiva.

Posteriormente se lo comentaba a mi amigo Fran, y le preguntaba que tal era la película, que si la había visto, vamos. Me dijo: no la veas, es una mierda. Ahí acabó la conversación sobre la película. Yo, estupido de mí, dude de él, y hoy la he visto, y al principio no pintaba mal. Pero conforme transcurre la película te vas dando cuenta de que la historia es un sinsentido, los diálogos de puta pena, los actores se dedican a hacer el chorra, ¡Hasta Gabriel Byrne está mal!. Además me estaba cogiendo un cabreo de la ostia, porque Richard Harris no salía en todo el puñetero film, y Julia Ormond no paraba de chupar cámara para ir de "femme fatale" a lo cutre, y para cuando tenía un par de frases mi querido Richard Harris ya era el final de la película.

Esta no es una película para el gusto de todos, y dependiendo de lo que se espere, puede llegar incluso a parecer una muy floja película. Para empezar, no tiene bastante acción, y en los pocos momentos en que la hay, ésta se resuelve con decididos milagros. En lo que a mí respecta, esto ni me molesta, ni me causa risa, ni se me hace extraño, pues, soy un convencido de que, cuando alguien asume una importante tarea con hondo empeño y con ferviente deseo de justicia como lo hace, Smilla Jaspersen, indefectiblemente el universo se pondrá de su lado, de tal manera que, es muy probable que ciertos obstáculos se resuelvan de manera literalmente milagrosa.

Escrito por Ann Biderman, basada en la novela, "Frøken Smillas fornemmelse for sne" de Peter Hoeg, lo que me gusta de este filme y me mantuvo atrapado a su particular historia, fue el apreciable estudio que hace el director danés, Bille August, de algo que me encanta decididamente: La defensa de las causas perdidas. Cuando en medio de la nieve callejera aparece muerto el pequeño Isaiah, la policía deja sentada su definitiva síntesis del hecho: “El niño jugaba en la azotea y se cayó”. Entonces, entra en escena Smilla, una atractiva mujer en problemas con su labor científica por su fuerte temperamento y su rectitud ante cualquier procedimiento. También, y para desgracia de alguien más, Smilla es una experta en todo lo alusivo a la nieve… y para rematar, era la gran amiga del niño fallecido. Para ella, las huellas que se ven en la azotea no dan cuenta de un niño que estuviese jugando… y este pequeño, pero significativo detalle, la lleva a indagar y a encontrar que hay cosas de enorme peso alrededor de esta muerte.

Julia Ormond -quien se ajusta correctamente al carácter y al aspecto físico que podría tener su personaje-, representa a una heroína sin pistolas, cuyas armas son la decisión, el compromiso indeclinable, y su fuerte carácter para enfrentar los sucesivos obstáculos que le saldrán al paso mientras se va develando el significado del meteorito que vemos caer en la secuencia inicial de la película.

<<SMILA, MISTERIO EN LA NIEVE>>, fue rodada en escenarios donde la nieve juega su doble papel de atractivo visual para una historia de alta intriga, y de frío ambiente para servir de metáfora a la falta de escrúpulos de algunos hombres quienes, en aras del dinero, se olvidan por completo de su compromiso con la sociedad y con la ética profesional.

Sólo quienes disfrutan plenamente con la búsqueda de la interioridad humana, conseguirán sentir que, en este aspecto, el filme de August resulta bastante movido y que, en los casos de Smilla y de Lukas -su vecino y amigo quien la motiva por igual para insultarlo que para besarlo-, los personajes tienen alma, una fuerte sensibilidad y un innegable atractivo humano.

Título para Latinoamérica: <<SMILA>>

Incomprensible el notable casting conseguido para el filme: la protagonista es un personaje difícilmente empatizable, la trama se ve a la legua (los primeros dos minutos de peli te dan la clave de una manera harto obvia) y el desarrollo es tan irregular como carente de punch, ritmo o suspense.

Aburrido filme.

Lo mejor: Que se rodara en la nieve de verdad. Y la casi total falta de FX innecesarios.
Lo peor: Julia Ordomond y el tercer acto.

Quisiera hacer una pequeña puntualización, para la historia no es importante ser rigurosísimo en cuanto a lo científico, pero al menos que pongan las radiografías en el negatoscópio como Dios manda, y no un abdomen boca abajo y con la izquierda en la derecha, o también un tórax con la izquierda en la derecha. En fin, era una pequeña observación.

En cuanto a la cinta sólo puedo decir que podía haber estado mejor, aunque, como he leído por ahí, se deja ver. Película entretenida, pero si tienes otra para a mano para ver, deja ésta como segunda opción.