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La ley de Comey (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2020). 2 episodios. Basada en el libro 'A Higher Loyalty' del exdirector del FBI James Comey (Jeff Daniels), en el que tendrán protagonismos los presidentes norteamericanos Barack Obama (Kingsley Ben‑Adir) y Donald Trump (Brendan Gleeson).
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
21 de octubre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Hillary y sus emails

La primera parte de La Ley de Comey, se centra en el famoso escándalo de Hillary Clinton y sus correos electrónicos. Fue un escándalo que puso en un gran brete al FBI por aquel entonces, ya que se trataba de la candidata demócrata a la presidencia. Aunque era una circunstancia que comprometía al FBI en su totalidad, fue el propio James Comey el que tuvo que tomar decisiones muy difíciles.

Lo que es más interesante de esta primera parte, es como plasma ese punto de no retorno del personaje de James Comey; elegir el camino fácil y cerrar el caso o seguir su propio sentido de la honradez. James Comey tomo el camino correcto, pero eso le trae muchas críticas por parte de todo el mundo; muchos llegaron a considerarle, como el hombre más odiado del país. Odiado por la fecha en que se reabrió la investigación a pocos días de las elecciones, que muchos entendieron como una interferencia en la intención de voto.

Aunque llega hacerse algo lenta esta primera parte, se llega a sostener con cierta dignidad por las grandes interpretaciones corales con las que cuenta. La Ley de Comey cuenta con un extraordinario reparto, con actores que han participado en algunas de las series más exitosas de los últimos años; por poner varios ejemplos, Michael Kelly (House of Cards), Holly Hunter (Succession) o Jonathan Banks (Breaking Bad). Por su puesto tenemos a Jeff Daniel como protagonista, que hace una interpretación extraordinaria en el papel de James Comey.

*Trump y los rusos

La segunda parte de La Ley de Comey se centra en la investigación llevada a cabo contra Donald Trump, por supuesta colaboración con el gobierno ruso para ganar las elecciones presidenciales. Se nos llega a mostrar las enormes dificultades que atravesó el FBI para poder realizar con suma discreción, la investigación contra el que acababa de ser nombrado Presidente de los Estados Unidos. La figura de Trump está muy presente en todo momento, en la que intercambia muchas escenas con el personaje de Jeff Daniels. Hay que aplaudir lo bien construidas que están dichas escenas, ya que se puede respirar la tensión y el repudio de ambos en ellas.

Hay más acción a lo que se refiere a la trama en este segundo episodio. James Comey es sometido a una presión cada vez más angustiosa, que le vuelve a poner en una tremenda encrucijada. La figura de Trump y la de Comey, aparecen como dos polos opuestos; Trump como el personaje que cree estar por encima del sistema democrático norteamericano, y Comey como la figura que lo defiende por encima de todo. Si ya era difícil mostrar una versión más grotesca de Trump, en esta miniserie se consigue superar con creces. Llegan a ser hasta incomodo de ver, ciertas apariciones que tienen lugar, con Trump de protagonista; no necesariamente en las que aparece diciendo algo en particular, sino en escenas tan superfluas como las de una cena.

*El juego fue inventado por los malos

La Ley de Comey nos muestra que el estado de derecho, puede ser corrompido sin que uno se inmute. Un alegato contra la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero también contra todas aquellas personalidades políticas que lo han quebrantado. A pesar de ello, la serie se hace densa ante tanta trama judicial; en este aspecto, recuerda mucho a la película protagonizada por Adam Driver, The Report. No es una serie trepidante que tiene lugar en la Casa Blanca, como lo eran series como House of Cards o Scandal; también por estar basada en hechos reales, lo que se puede comprender hasta cierto punto. Al estar dividida en dos únicos episodios, tampoco ayuda a la hora de mantener el ritmo narrativo de la serie. Probablemente hubiera funcionado en un formato distinto, en el que por ejemplo se hubiera dividido la trama en cuatro capítulos.

En lo que se refiere a los aspectos técnicos de la serie, destacar la gran fotografía con la que cuenta; una fotografía que le da un toque de oscuridad y decadencia a cada plano. También cuenta con una buena banda sonora, que acompaña de manera muy orgánica a la trama. En general, una puesta bastante estilizada y bien plasmada en pantalla, que te mete de lleno en este rocambolesco universo político.

*Conclusión

A poco tiempo de las elecciones norteamericanas, que mejor plan que ver una miniserie como La Ley de Comey, para ponerse a tono. Una miniserie que cuenta con una trama la mar de interesante, pero que a causa de su formato televisivo se llega hacer bastante densa. Sin embargo cuenta con un reparto inmejorable, comandado por el gran Jeff Daniels, a la vez que sorprende con su fantástica puesta en escena. Una miniserie que nos muestra la cara más decadente, de la historia reciente de Norteamérica. El público español podrá disfrutar de La Ley de Comey, a través de Movistar + durante este final de Octubre.

Escrito por Daniel Jiménez
Cinemagavia
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11 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si te gusta la política estadounidense, y sobre todo si has seguido con atención todo lo que ha sucedido en los últimos años en Washington, no te puedes perder esta serie con unas interpretaciones brutales y un ritmo tan nervioso como el de todo lo que rodea la Casa Blanca.

La Miniserie muestra a través de James Comey, Director del FBI, dos episodios fundamentales (o mejor dicho, escándalos) en la historia reciente de EEUU: los correos de Hillary Clinton por un lado, y el Rusiagate y sus conexiones con la campaña de Trump por otro. A través de estos dos casos se viven duros dilemas en el FBI, especialmente atendiendo a como las grandes decisiones de la cúpula de la organización podían afectar de un modo u otro al devenir de la política americana con unas elecciones presidenciales tan cerca (2016).

El desarrollo de la Miniserie puede llegar a ser en ciertos momentos demasiado difícil de seguir debido a la enorme cantidad de información y personajes que son presentados en muy poco tiempo. Pero eso no la hace peor, sino que la acompleja y contextualiza como debe para presentar unos hechos tan polémicos y relevantes que cambiaron la historia. A veces incluso puede ser necesario parar la reproducción para recapitular un poco, sobre todo en los primeros capítulos, si tienes la percepción de que te estás perdiendo.

Jeff Daniels y Brendan Gleeson bordan sus papeles. No obstante, a mi parecer se abusa del papel antagonista de Trump. Durante toda la Miniserie se le ve cara de enfadado y de pocos amigos (excepto en una escena), incluso en sus declaraciones en público. Todos sabemos de su dureza y falta de escrúpulos, pero también de su carácter bromista e incluso "pasota" que la Miniserie parece evitar con tal de fortalecer su papel como el "malo". Ben-Adir clava a Obama, aunque podrían haberle maquillado un poco mejor, parece demasiado joven. Y las apariciones de Scott McNairy, Jonathan Banks, y especialmente la de Michael Kelly son la guinda del pastel a un pedazo de reparto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
José Ignacio Villar Romero
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4 de febrero de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Comey Rule nos cuenta la historia de James Comey, quien fue director del FBI desde el comienzo de la presidencia de Obama hasta principios de la de Trump. Si bien su historia se centra especialmente en el periodo de la investigación de los emails de Hillary Clinton y cómo eso influyó en las elecciones de 2016 que harían que Trump ganase, el centro de la serie es una discusión muy interesante sobre la ley, el respeto, la interferencia rusa en las elecciones, etc. Para contar esta historia, que en el fondo tiene pocos “hechos interesantes” a nivel cinematográfico, pocos momentos épicos y que además cubre largos periodos de tiempo, especialmente el último año de Comey en el FBI, la serie se sostiene durante sus cuatro horas en un conjunto de actores que están simplemente soberbios, en una puesta en escena muy trabajada y en un papel suave pero apropiado de la música. Todo esto hace que nos metamos de lleno en lo que nos está narrando, y nos deja espacio a cada uno para llegar a nuestras propias conclusiones.

Y es que, en este sentido, The Comey Rule pone sobre la mesa muchas cuestiones importantes no solo para entender ese momento histórico sino para todas las sociedades del mundo. El primero de cuyos puntos, quizás el más importante, es la cuestión de los valores. Comey sale descrito como la clase de persona que tiene unos valores muy fuertes (la independencia del FBI, el deber de proteger a los ciudadanos, hacer lo correcto…) que guían sus acciones y las de la institución a su cargo durante el tiempo que en ella está. Y, durante buena parte de ese tiempo, esos valores son eficaces en granjearle el apoyo de los miembros del FBI e incluso del Presidente Obama.

Sin embargo, el centro de la historia surge porque, en realidad, en el mundo moderno los valores normalmente chocan contra la eficacia política. La cuestión de los emails es uno de los momentos que mejor lo reflejan: todos en el FBI saben que es un mal asunto meterse a investigarlo, que es una bomba que no se puede manejar bien dentro del plazo de unas elecciones que ya están en marcha. Es, a nivel objetivo, un error estratégico… y, sin embargo, es lo correcto. La política es la base sobre la que se construye el mundo en el que vivimos, es mucho más que simplemente las instituciones de gobierno, y buena parte del territorio político es un territorio ideológico donde los valores se enfrentan entre si por alcanzar una hegemonía en la ideología de una sociedad (es la base del funcionamiento de la sociedad civil).

El problema es que esta visión ideológica a menudo entra en conflicto con los intereses estratégicos de los actores en el juego institucional de la política. A menudo hay que hacer concesiones, cambios, hacer las cosas mal o en el momento equivocado porque eso es lo que va a beneficiar en otros espacios o ámbitos. Los valores firmes son, generalmente, poco flexibles, lo cual hacen que choquen con la realidad cambiante de los juegos de poder y conflictos políticos. Cuando tienes unas instituciones guiadas por una visión ideológica complementaria el sistema funciona bien (en el caso de Comey durante la presidencia de Obama, pero tenemos otros ejemplos como el ficticio Presidente Bartlett del Ala Oeste de la Casa Blanca); sin embargo, cuando tenemos unas instituciones con otros valores no complementarios, o dirigidas por personas que no siguen unos valores sino otros intereses, el resultado es una confrontación poco eficaz (en este caso, el egoísmo y la visión del mundo en torno al beneficio propio de Trump, o en personajes ficticios como los protagonistas de House of Cards).

Para el resto del análisis político, os dejo el link porque aquí me paso de extensión: http://tribulaciones.es/the-comey-rule-la-ley-de-comey/
Sepherim
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18 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está interesante porque da una perspectiva sobre lo que pasó con Comey y su despido que a tantos llamó la atención en el primer año de legislatura de Donald Trump.
La caracterización del presidente está muy bien conseguida e interpretada ya que parece él mismo, y la historia podría dar aún más de sí.
Quién sabe lo que verdaderamente ocurrió, porque existen muchas versiones.
Seeker
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20 de abril de 2021
2 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En términos generales este drama es flojo, demasiado largo y descaradamente escorado a la izquierda para satisfacer al hater medio anti-Trump.

Pero hay que reconocer que retrata muy bien no a Donald Trump, cuyos ex abruptos son de sobra conocidos, sino a esa izquierda autodenominada intelectual que hoy en día abunda en campus universitarios y frenopáticos de todo Occidente.

Se pretende vender una escalada de crisis dentro del FBI y la NSA producidas por Trump y su equipo como si en cuestión de días el país se hubiese abocado al colapso cuando a día de hoy, Trump ya no es presidente y dejó EE.UU muchísimo mejor que Obama (pese a la pandemia), cumplió todo su programa en 4 años (salvo lo del muro con México) y bajó sensiblemente los impuestos a sus conciudadanos.

Quizá por eso la izquierda antigua y nostálgica de la URSS echa pestes de Trump, porque pisoteó todos los oxidados dogmas socialistas demostrando que se pueden bajar los impuestos y sobrevivir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joaquinator
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