Roadie

El cantante de rock Marvin Lee Aday, exjugador profesional de futbol americano sacó su primer albúm en 1976, “Bato Out of Hell” y desde entonces ha tenido un considerable grupo de seguidores que no han faltado a otras citas como “Dead Ringer” (1981), “Midnight at the Lost and Found” (1983), “Bat Out of Hell II” (1993), “Welcome to the Neigbourhood” (1995) o “Hang Cool Teddy Bear” (2010). Pero antes de su carrera como cantante ya tenía una breve aparición en “The Rocky Horror Picture Show” (1975) de Jim Sharman, en que interpretaba a un gamberro motero poseído por su mal genio antes que por los fantasmas.

Pero durante los años venideros también intervino como actor en papeles secundarios per vitales. Especialmente sus caracterizaciones en “El Club de la Lucha” (Fight Club, 1999) de David Fincher y “Locos en Alabama” (Crazy in Alabama, 1999) de Antonio Banderas.

Alan Rudolph ya le confió a Meat Loaf un papel principal en “Roadie”, largometraje concebido como excusa de ser un “minnestrone” de “road movie” Y “musical” para honor y gracia del obeso cantante tejano que interpreta a Travis W. Redfish, un tipo campechano que al auxiliar a los miembros de una caravana, se enamora locamente de Lola (Kaki Hunter), una chica empeñada a encontrarse con Alice Cooper en uno de sus conciertos. Travis le intenta quitar esa idea de la cabeza y la seguirá por toda una ruta en que, entre parada y parada, conocerán a otros cantantes de la talla de Roy Orbinson y Deborah Harry (como el propio Cooper, interpretándose a si mismos) en bares y tugurios de carretera.

“Roadie” no es uno de las mejores películas de Rudolph pero goza de una buena banda sonora musical (Meat Loaf compuso el tema principal para el film) que un director de su talla no puede tener mejor suerte y en un momento en que sus películas “Bienvenido a los Ángeles (Welcome to L.A, 1976) y a cuatro años de su mejor película hasta la fecha “Elígeme” (Choose me, 1984), gozaba de una modesta popularidad.

Mejor de lo esperado, a tenor de la raquítica puntuación, este artefacto fruto de la incursión de Rudolph en el sub-género que podríamos denominar "comedia de rock and roll" (Spinal Tap, Rock and roll High School, Cero en Conducta, etc.). El Trozo de Carne está perfecto en su papel de paleto sureño que se convierte en "el mejor roadie del mundo". El guión es prácticamente una sucesión de gags, alcanzando su cima en algunos como el del detergente, la cabina de teléfonos o el generador eléctrico. En realidad cualquier momento en que la familia de Trozo de Carne esté en pantalla es digno de pasar a los anales de la comedia absurda rivalizando con los gags de esa obra maestra que es The Jerk.

Cualquier persona con algo de interés por el rock and roll debería darle una oportunidad, aunque sólo sea por los cameos de Alice Cooper, Roy Orbison, Hank Williams Jr. o Blondie... creo que merece un status de culto que no parece tener ahora mismo.

Travis Redfish (Meat Loaf) es un camionero del estado de Texas, el cual cambia su oficio a “roadie”, siendo el que viaja con un grupo musical en sus giras y que se encarga de toda su parafernalia y aspectos técnicos. Pero lo que motiva realmente a Travis no es el oficio, sino su interés por una “groupie” (fanáticas que siguen a toda costa y a todo exceso a determinado artista), Lola Bouilliabase (Kaki Hunter), una adolecente de dieciséis años. Los problemas para Travis serán la orden del día.

¿Quién le dijo a esta partida de cantantes que podían ser comediantes? Meat Loaf desde su debut en el film “The Rocky Horror Picture Show” (1975) no ha mejorado su arte ante las cámaras en lo más mínimo, limitando su participación mayormente a cameos. Lo más destacable de Kaki Hunter en el cine fue con la saga de “Porky's” (1982), esta retirada desde el 1991.

Por otro parte Don Cornelius es conocido por su programa televisivo “Soul Train” desde el 1971, siendo todo un éxito. ¡El mejor del reparto!, Art Carney (1918-2003) ganador del Oscar por “Harry and Tonto” (1974) y celebre por las series de televisión "The Honeymooners" (1953-1956) y "The Jackie Gleason Show" (1966-1970).

Ser comediante, no es sinónimo de ser ridículo, chabacano o vulgar, es tener o desarrollar el arte de hacer reír, improvisar situaciones, cuando saber gesticular exageradamente o ser sarcástico y lo más importante aprende a reírte de ti mismo. En el film “It's a Mad Mad Mad World” (1963) tenemos un ejemplo de todo ello. Esta película generó por la venta de taquillas la cantidad de $4,2 millones en EEUU solamente, más $1,4 millones por la venta de alquiler en los videoclubes.