Un día difícil

De aquí me quedo con lo pronto que se pone rostro a la figura del chantajista, escasos dos tercios de hora (cuando el maloso de turno de Hollywood acostumbra a torturar bajo el anonimato al héroe que tiene perro, mujer y niño/a secuestrado/a, siendo lo último el leitmotiv de la cinta (y sobre todo a los espectadores) durante dos largas horas, en lo que tú te hueles quien es el tarado media hora antes aunque la película te quiera marear otro tanto más) e incluso mantiene un entretenido encuentro con él, con innumerables pullas e injurias en medio de deliciosas secuencias de zurra (otra cosa que tiene el thriller coreano es que a diferencia de la manida estructura del yanki, no te tiene dormitando las dos horas iniciales hasta que por fin llega el ansiado y legendario combate final entre el bueno y el malo, que el primero comienza siempre perdiendo para luego ganar, en lo que el público se despereza y termina dando por buena la dosis de zurra prometida por los trailers). Todo con lo mejor del toque coreano, su irreverente y brusca manera de expresarse/comunicarse actúa como un imán de cara al interés del espectador, que disfruta con el audio del VOSE sin entender ni papa y sin estar de por medio los actores hollywoodienses cuyas voces todos admiramos (Brando, DeNiro, Pacino, Nicholson...). Te entran ganas de hablar igual que ellos, esas exhortaciones escupidas con tanta vehemencia e ímpetu incitan el deseo de la repatriación, no puede ser, aquí en Occidente, la sociedad avanzada dicen, vamos todo el día lamiéndole el culo tanto al de delante como al de atrás, pero ahí las tonterías son las justas.
A eso habría que sumarle la creatividad (o mera ocurrencia, da igual, puntúa en todo caso) desplegada a la hora de desarrollar los sucesos y sorprender con giros también destila el agradecido sabor de comedia negra.
La casualidad, así como un levísimo trazo de algunos personajes (como ese entrañable policía, compañero del protagonista, que se tiraba todo el rato persiguiendo con un poseso al conductor que arrolló a un tío y cuando descubre que era su compañero, el prota, al final le deja ir, es incapaz de detenerle, pues es su amigo, o el antagonista, que dentro de su apariencia de persona corriente tiene bastante carisma y es un personaje que gusta de ver) son elementos que captan la atención del espectador y dejan buena sensación. Porque son vistosos y estimulan tanto la inteligencia emocional; atención a los diálogos, son inesperados, directos, viscerales y claros, repletos de verdades y de respuestas; como la matemática, con detalles visuales que funcionan en la trama cual mecanismo de acertijo matemático. Es un cine atento que trata de entretener al espectador de manera inteligente. Estas dos características están muy presentes en las dos mejores thrillers coreanos que he visto hasta la fecha, 'Memorias de un asesino en serie' y 'Mother', ambas del mismo director.