El dinero tiene miedo

Entretenida y desenfadada comedia dirigida con muy buena mano por P. Lazaga para componer una trama alborotada, risueña y divertida, en su sencillez.
Con aires de astracán y voluntad de cine negro, la historia discurre con inusitada fluidez y hace gala de un dinamismo extraordinario.
T. Leblanc cumple con su esperado papel de deliberado y entrañable histrionismo mientras que M.G. Bur aporta su circunspecto y tímido ademán. Por su parte M. Garcés proporciona aplomo, contundencia y convicción.
La narración está muy bien estructurada, su capacidad de fabulación es francamente buena y posee numerosos detalles que denotan la maestría del director.

Cine negro a la española con un Tony Leblanc desplegando su potencial gesticulante. Le acompaña el inefable Gómez Burr otro de los grandes cómicos del panorama del cine de humor.

Llámenlo como quieran pero si no llega a ser por su mierdero final la película sería una obra de lo más digna. Surtido de una sociedad incipiente y ansiosa de modernismo con señoras insatisfechas, pardillos con corbata y chulos estafadores de aires muy dignos. Excepcional música del gran Antón García Abril un fijo que puso música a innumerables películas y series; en este caso una melodía tipo espías muy acertada para dar un aire internacional a las típicas tonterías nacionales.

Hubo un tiempo en que la inflación, aún más que ahora, era una bestia parda que devoraba las fortunas hechas, a golpe de ventas de terrenos u otros pelotazos beneficiarios de los planes de desarrollo, por una emergente clase social de nuevos ricos. Por entonces, nuestra moneda (la entrañable peseta) era, cómo divisa, sumamente débil, y la devaluación estaba a la orden del día, y aun del minuto. Y en aquellos tiempos, Suiza, no como ahora, sí que era lo que era, y era más difícil, entonces, que quebrase un banco suizo que el que hoy se arruinase Bill Gates. Entonces, en aquellos días, era verdaderamente rentable cambiar nuestras sufridas pesetas por los más sólidos dólares, marcos o francos suizos, y dejarlos a buen recaudo, bajo los inviolables sótanos de algún banco helvético… Y en este contexto vemos una divertida comedia en la que dos de estos neo millonarios (Tony Leblanc y Gómez Bur), algo catetos, se verán arrastrados, por un timador con aspecto de gran señor de los de siempre (Mauricio Garcés), hasta una aventura de evasión de capital en la que dejaran, en todo momento, bien sentada su condición de patosos, miedosos y hombres de escaso mundo…

Una españolada divertida, de las últimas de Tony Leblanc -antes de reaparecer en la gran pantalla cómo padre y tío de Torrente-, que aparte de las típicas situaciones de las comedias de la época, tiene algo novedoso, un cierto glamur, el que le da el parecido físico de su protagonista, el actor mejicano Mauricio Garcés, con Clark Gable. Sí, no me miren así, véanle si no, agitando sus grandes orejas; por no hablar de su tez y su bigote…

Una de las películas más flojas de Lazaga, ya que no parece ni su estilo ya que su principal fin siempre fue entretener.

Las películas de Lazaga son sobres todo unas críticas sociales muy entretenidas y aunque no son muy artísticas, son a veces muy acertadas.

En este caso nos encontramos ante una comedia muy peculiar, el traslado de divisas españolas a Suiza para que “los suizos sigan viviendo como suizos”, sin duda es la mejor frase de la película, el resto es una trama interesante pero muy poco creíble, los protagonistas son muy tontos para poseer tanto dinero y ser millonarios.

Toda la acción puede ser entretenida pero todo el rato se me pasa por la cabeza lo absurdo que es todo esto y que ni el más tonto lo haría tan mal, es quizás lo peor de la película.

A diferencia de otras películas de Lazaga, esta película fluye muy mal, no camina con la misma fluidez que sus comedias más tontas, hay algo extraño en esta película, simplemente no me entretiene.

La otra cosa es la crítica directa o indirecta que realiza a Suiza, vivo en Suiza y es cierto, es un país sin moral, mientras el mundo se hunde, “los suizos siguen viviendo como suizos”.
Es una crítica al país que recoge todo el dinero negro del mundo, de los mayores narcotraficantes, dictares, asesinos…un país un tanto extraño ya que en sus calles y en sus montes se respira paz y tranquilidad.

Podría haber sido una interesante película, una graciosa comedia y una buena crítica pero…es una película un tanto extraña y con poco humor.

Dos multimillonarios bobos, Benito Gorostiza (Leblanc) y Agustín Pardo (Gómez Bur), que se arriman a un estafador que vive a lo grande, Juan Quesada (Garcés).
La cosa va de la evasión de capitales y de divisas a Suiza en los correspondientes maletines con los riesgos consiguientes. "A la cárcel solo van los tontos. -Y los que se pasan de listos". Y es que "En el mundo del dinero la mentira y la verdad van muy unidas".
Una tontuna de comedia basada en la aburrida gesticulación de Leblanc y en algún detalle de Gómez Bur. Muy poca cosa y muy poca gracia. Una de tantas cintas pretendidamente "de risas" que dan más pena que otra cosa.
Mala de pedorreta en la que solo se salva la música.