Possum

De lo más extraño y perturbador que he visto últimamente. Esta cinta inglesa escrita y dirigida por Matthew Holness nos introduce en un cuento macabro de un marionetista que vuelve a casa de sus padres que fallecieron en un incendio, en su mano lleva un extraño bolso, en cuyo interior se encuentra una especie de muñeco araña con cabeza humana llamado "Possum". Por todos los medios intentara deshacerse de él, pero siempre regresa a torturarle.

La atmósfera es totalmente opresiva, imitando mucho en su realización a las películas de horror inglesas de los 70. Recordando también mucho al cine de Cronenberg (Spider)

Sean Harris (el villano de las dos últimas películas de Mission: Impossible ) interpreta a Philip, un tipo extraño que causa repulsa, una buena interpretación que transmite perfectamente ese punto de locura esquizofrénica. En otro lado la única persona que puede soportar su compañía es su único pariente, su tío Maurice (Alun Armstrong) entre los dos actores prácticamente conducen la película, en la cual hay también el misterio de un niño de 14 años desaparecido. 

Un film de terror curioso y enfermizo que tiene muy pocos diálogos, pero que te pica la curiosidad hasta el final. Aunque reconozco que no es una historia nada convencional y en este sentido me cuesta recomendarla.
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En últimas fechas el cine de terror parece moverse hacia un terreno que transita por lo que ocurre en la mente de los protagonistas (traumas principalmente), quizá acercándose un poco a las cintas que se hacían en los setenta, que tenían tendencia al drama psicológico. Así, hoy en día, cada vez más, se opta por sugerir en lugar de mostrar el golpe efectista que produzca el susto fácil. La película tiene un aire a extraño, con un ritmo un tanto lento, con pocos diálogos y que carece de terror puro como tal; va más en la línea de lo psicológico (los monstruos internos) la apuesta del director: metáforas, alusiones y símbolos como hilo conductor. En general me pareció una película bien hecha, pero solo recomendable para aquellos que gustan de propuestas sencillas con aire de cine indie, no esperen una gran producción ni nada por el estilo.

Siempre llama la atención cuando una película de muy bajo presupuesto es impulsada por la crítica profesional así que por esa única razón me dispuse a ver "Possum".
La primera impresión es que sus escasos 85 minutos de duración se hacen demasiado largos para la historia que intenta contar, todo se desarrolla de manera surrealista, casi sin diálogos y la mayoría de las imagenes se muestran de forma inconexa, por lo que el hilo central es difuso. ¿De qué va la historia? Un marionetista regresa al hogar de su infancia con una maleta donde guarda una gigantesca araña con cabeza humana, entre idas y venidas entre su casa y la de su tío intentará deshacerse de esa extraña araña que parece estar acechandolo.
Lo mejor de la historia es sin dudas el protagonista, Sean Harris y su papel de esquizofrénico, su personaje da la sensación de haber estado sin dormir durante días, además algunas apariciones de la araña que si bien no hacen poner los pelos de punta, despiertan una sensación de incomodidad.
En resumen, es una película "Freak" que solo recomendaría a personas que se identifiquen con esa palabra.

Possum es de las pocas películas del siglo XXI que llegan a intrigar de verdad. Sean Harris consigue atrapar al espectador con su tela de terror psicológico, lo que te deja con todos los sentidos pegados en la pantalla después de cada escena. Los diálogos son escasos y están tejidos minuciosamente para que sea posible sacar conclusiones propias que se irán esclareciendo conforme se acerca el final. La película sufre altibajos que la música intenta enderezar como titiritera sin querer ser la protagonista. No es el cine típico que uno se espera, pero las palomitas te pueden sentar bien si te gustan los dramas psicológicos.

Esta película de horror psicológico hace hincapié en los traumas de su protagonista en muy buena forma. Tiene momentos escalofriantes, siempre ubicados en una fría atmósfera que resulta perturbadora. Es un filme en donde hay que leer entre líneas, sino resulta muy difícil de digerir. Necesité paciencia para verla con medido entusiasmo, y si bien no me dejó indiferente, creo en un 6 como el puntaje adecuado.